Para alquileres estacionales

Contratos de hasta 11 meses: la 'trampa' de los caseros para evadir la Ley de Vivienda

Los expertos aclaran que este tipo de pisos temporales van al alza al igual que los turísticos, poniendo en jaque a los alquileres residenciales. Es un nuevo método para sacar rentabilidad y evitar ajustes como los de la normativa. 

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Contratos de hasta 11 meses: la 'trampa' de los caseros para evadir la Ley de Vivienda
Europa Press

La nueva Ley de Vivienda vuelve a dar un giro al mercado del alquiler residencial. La normativa aprobada hace casi un mes ha generado diversos rifirrafes en el sector y más después de los resultados de las elecciones autonómicas del 28-M donde los resultados pusieron en duda su aplicación en algunas comunidades autónomas. Ahora el dilema está en que los propietarios están buscando distintas formas de escapar de las posibles amenazas y están utilizando pisos residenciales para alquileres de media estancia. Se ha convertido en el nuevo método de los caseros para tirar de contratos de hasta 11 meses para esquivar tanto la Ley de Vivienda como la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU).

El alquiler estacional es utilizado para personas que desean vivir en España, pero el acuerdo entre el dueño y el inquilino tiene un límite de tiempo. Puede tener una duración, por ejemplo, de sólo dos días, pero el tope máximo es de casi un año. La portavoz y directora de estudios de Fotocasa, María Matos, indica que al no llegar a los 12 meses, este tipo de pisos y alquileres no alcanza a regirse por la LAU, por lo que tampoco llega a afectarles la Ley de Vivienda. Lo mismo ocurre con los inmuebles que son destinados al turismo, con los que incluso pueden llegar a tener mayor rentabilidad que con los estacionales.

“Al margen de estar fuera de la Ley, este tipo de alquileres también aumentan la rentabilidad para el propietario, aunque tiene otro tipo de costes: los de mantenimiento por la alta rotación, limpieza, entre otros”, indica el portavoz de Pisos.com, Ferrán Font. Los agentes han notado que este tipo de contratos han aumentado, y que los propietarios están optando más por las estancias de corto plazo porque les genera mayor estabilidad y seguridad. “Nosotros hemos detectado una gran fuga de las viviendas en alquiler residencial al alquiler de pisos compartidos, por ejemplo, y son básicamente dos líneas que se cruzan en los datos, una que sube y la otra que baja”, añade Matos.

Sin embargo, el problema viene de antes. Font ha comentado a este periódico que todo parte de una situación de inestabilidad y “poca previsibilidad del mercado del alquiler”. Se trata de un negocio que está “muy poco profesionalizado por lo que tenemos propietarios particulares que ven las noticias no solo de la okupación o la morosidad, también de la propia Ley de Vivienda y todo esto crea un escenario de incertidumbre”, zanja el experto. Además, los agentes del sector sienten que esta normativa ha llevado a que los dueños de pisos sientan una posible situación de dificultad, lo que da paso a que busquen métodos alternativos para adaptarse y no “salir perdiendo”.

El problema del cambio de uso de estos pisos residenciales a estacionales es que generará nuevamente falta de oferta para quienes sí están en búsqueda de este tipo de estancia a largo plazo. La Ley de Vivienda ya ha provocado que los caseros actúen de forma más selectiva para intentar asegurarse ante posibles impagos, por lo que el acceso a un piso se ha dificultado aún más en el último tiempo. Además, ahora, si se sigue elevando el número de inmuebles que pasan a ser estacionales o turísticos, la oferta de alquiler caerá y esto provocará un aumento de los precios que actualmente ya están en cifras récord, especialmente para aquellos que quieren adquirir una vivienda, comentan los especialistas. 

Los agentes han notado que este tipo de contratos han aumentado, y que los propietarios están optando más por las estancias de corto plazo porque les genera mayor estabilidad y seguridad.

Uno de los mayores dilemas, y al que mayor foco ponen los agentes, es que esta situación puede generar un problema a nivel legal: el uso incorrecto de la vivienda en el caso de los pisos turísticos. Estos requieren de una licencia especializada para funcionar bajo esta categoría y es totalmente legal tener un piso para ello; por lo que un casero no puede llegar y utilizarlo de esta forma: “Ahí existiría un fraude legal”, sentencia Font. Por lo mismo, el experto hace un llamamiento a que se persigan este tipo de escenarios y a que se genere un ambiente lo “suficientemente atractivo para que no cambien su inmueble al mercado de la venta o al de corta estancia”. De lo contrario, el problema actual de vivienda para acceder a un piso en alquiler podría crecer. 

La portavoz y directora de estudios de Fotocasa indica que la Ley de Vivienda ha sido el punto de inflexión para que los usuarios comenzaran a buscar nuevos métodos. Matos también destaca que una de las formas alternativas que más ha cogido fuerza es el alquiler por habitaciones, que tampoco está amparado por la LAU, sino que por el código civil. Aunque partidos como Más Madrid y Más País intentaron añadir este punto en las enmiendas, el Gobierno hizo la ‘vista gorda’ y finalmente este tipo de alquiler quedó fuera de la normativa. Así como éste, el turístico y los estacionales también, por lo que se han convertido en el ‘oro’ de los propietarios que temen por la situación actual del mercado.

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