Este 2024

BBVA anticipa un mercado hipotecario flojo en España hasta que no bajen tipos

La entidad prevé que la actividad crediticia se mantenga estancada después de un 2023 débil, en el que el crédito para vivienda ha echado el freno en España en contraste con la financiación empresarial y al consumo. 

BBVA
BBVA anticipa un mercado hipotecario flojo en España hasta que no bajen tipos. 
Jesus Hellin 2023/ Europa Press

BBVA augura un 2024 positivo para la entidad que puede ser "incluso mejor" que 2023, cuando cosechó el mayor resultado de su historia tras rebasar la barrera de los 8.000 millones por primera vez. Estas expectativas se apoyan principalmente en el potencial de México, que se ha consolidado como la locomotora del grupo, con una aportación al beneficio de 5.340 millones, el 66% del total. Un impulso que prevén mantener de cara a los siguientes doce meses tanto en margen de intereses como en préstamos, para el que proyectan un avance a doble dígito del crédito. 

Esta previsión contrasta con las estimaciones para España, mercado para el que anticipan un freno de la actividad y más en concreto del segmento hipotecario, que está pendiente del cambio de rumbo del Banco Central Europeo (BCE) en su política monetaria. Así, según ha especificado el consejero delegado, Onur Genç, la formalización de nuevas hipotecas seguirá estancada en el corto plazo. "A menos que los tipos de interés bajen o lo hagan a un ritmo muy rápido, el crecimiento del mercado hipotecario será negativo", ha admitido el número dos del banco en respuesta a La Información.

El negocio crediticio ha experimentado mejoras en todas las áreas salvo en España, donde ha empeorado menos de un 1%, retroceso que se eleva al 2,2% en el caso de los productos para adquirir una vivienda. El tirón del crédito al consumo y de la financiación empresarial han servido para compensar este retroceso, que se verá mitigado por la repreciación de las carteras crediticias de los próximos meses antes de que los tipos comiencen a bajar. Así, su expectativa es que el volumen del margen de intereses rebote un tímido 5% este año a nivel nacional frente al doble dígito que esperan en México, mientras la incertidumbre en Turquía es total. 

Este comportamiento registrado por BBVA no es aislado, sino que se trata de una tendencia que se viene detectando tiempo atrás. Según los últimos datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la firma de hipotecas para la adquisición de una casa sufrió un desplome del 19,1% en noviembre (últimos datos disponibles) con respecto al mismo periodo de 2022, encadenando así diez meses consecutivos a pesar de que se ha suavizado. En este sentido, los analistas llevan tiempo avisando de que factores como la escasez de oferta y su acceso a la misma pueden conducir a la banca española a sufrir asimetrías en su balance mientras la amortización de hipotecas se mantiene.

Esta situación ha desembocado en una contracción del saldo crediticio, que ya se encuentra en mínimos desde mayo de 2006 tras situarse por debajo de los 500.000 millones de euros. No obstante, desde la Asociación Hipotecaria Española (AHE) creen que esta tendencia se moderará a medida que se revierte el encarecimiento de la financiación y la disponibilidad de los ahorros originados durante la pandemia por las restricciones se acaban. Por ahora, el sector bancario avista un menor volumen de cancelación de los préstamos bancarios a pesar de que seguirán siendo gratis en el marco de la prórroga de las medidas incluidas en el Código de Buenas Prácticas para hipotecados en apuros. 

En conjunto, la cuenta de resultados de BBVA y sus guías han tenido buena acogida en el mercado con un alza superior al 6%, empujando a la entidad a anotarse su mayor subida en bolsa desde finales de abril de 2022, hasta los 8,6 euros por acción. El rebote, calificado por algunos analistas de "demasiado positivo" se sustenta sobre una hoja de ruta para 2024 "razonable" basada en el crecimiento de los mercados emergentes y la repreciación de la cartera de crédito. A esto hay que añadir el refuerzo de la remuneración al accionista hasta los 0,55 euros por acción, a los que hay que sumar un nuevo programa de recompra por valor de 780 millones. 

Pese a ello, el banco todavía cuenta con un exceso de capital que su presidente, Carlos Torres, ha estimado entre los 2.400 y los 2.500 millones, importe que han prometido "devolver a los accionistas". Se trata de todo un guiño a los inversores después de remarcar que las compras de títulos propios se mantendrán en el futuro, aunque su cotización se sitúe por encima de su valor en libros, algo que no sucedía desde el estallido de la crisis financiera mundial en 2008. 

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