Nuevas palancas

La banca se queda sin ideas para ser rentable tras las fusiones y los despidos

Los principales espadas de las grandes entidades reconocen que el primer reto del sector ya no es la incertidumbre o la reputación, sino la persistente baja rentabilidad. 

La banca española exprime los bajos tipos con un río de emisiones de deuda
La banca se queda sin ideas para ser rentable tras las fusiones y los despidos
Nerea de Bilbao

"Los bancos tienen un serio problema de rentabilidad". Esta frase la expuso el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, en un Encuentro Financiero celebrado ayer en Madrid, pero fue secundada por el resto de banqueros presentes en el acto. La incertidumbre derivada de la crisis sanitaria del coronavirus o incluso la constante mala imagen que afecta a su reputación han pasado a un segundo plano. Una vez que casi no queda margen para una mayor consolidación y la consiguiente generación de sinergias a través de reestructuraciones, los bancos ahora deben utilizar el ingenio para poder catapultar la actual exigua rentabilidad. 

El mapa del sector bancario español se ha transformado completamente durante los últimos años y ya es uno de los más concentrados entre las grandes economías del Viejo Continente. Solo este 2021 han desaparecido dos entidades, que han pasado a formar parte de un conglomerado mayor: Bankia en CaixaBank y Liberbank en Unicaja. En el pasado más reciente también se produjo la absorción de Popular por Santander, aunque en este caso a través de un proceso de liquidación y resolución ordenado. Estas operaciones han originado de forma agregada unos 1.840 millones de euros en sinergias anuales. 

Estas fusiones han derivado en importantes reestructuraciones que se han saldado con miles de empleados despedidos. No obstante, la banca no ha necesitado siempre adentrarse en una transacción de este tipo para ajustar sus costes. De hecho, BBVA y Banco Sabadell, que entablaron conversaciones para 'casarse' pese a que posteriormente la relación no cuajó, por lo menos en este intento, han lanzado sus respectivos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) este 2021 sin participar en la transformación del esquema sectorial nacional y aludiendo a los nuevos hábitos de los clientes o la digitalización. 

El CEO de CaixaBank, Gortázar, aseguró en su intervención que el problema de la rentabilidad es que es estructural, fundamentalmente asociado a los tipos de interés en negativo. "La fusión puede ser un remedio cuando está bien ejecutada, pero no es el único´", indicó. El grupo se ahorrará anualmente el equivalente a la mitad de la base de costes del último ejercicio de Bankia en solitario. Para el directivo, hay otras muchas soluciones, aunque, eso sí, no descarta que aún se produzcan operaciones de este tipo. El problema surge cuando se aplican estas medidas pero los costes continúan al alza y no permiten capturar plenamente todas las eficiencias.

Como alternativa a esta vía se encuentra, por ejemplo, Sabadell. Precisamente por ello, el nuevo foco estratégico del banco catalán es mejorar este punto específico dándole una vuelta de tuerca a su negocio y centrándose en la banca corporativa, intentando atrapar una mayor cuota de negocio en pymes, autónomos o grandes empresas. El consejero delegado de la entidad, César González Bueno, lamentó la "tormenta perfecta que ha sufrido la banca por los tipos bajos, los costes estructurales excesivamente elevados o la complejidad de la transformación digital". Sobre esto último admitió que no ha sido el sector más preparado para afrontar los nuevos cambios.

"La clave es establecer un marco claro sobre qué hacer en cada área, luego dejar que esa ejecución fluya"

Dado que por ahora no ha conseguido a un acompañante, el grupo presidido por Josep Oliu está siendo el más ingenioso a la hora de intentar mejorar su rentabilidad. Sabadell ha puesto en marcha mecanismos para conseguir un balance a punto. Por el lado de los costes negocia ya un ajuste de empleo y cierre de oficinas, pero también ha sido de los más activos en desprenderse de negocios no estratégicos, como recientemente su filial andorrana. BBVA también se subió a este tren con la venta de su filial estadounidense tras reconocer que no era capaz de consolidarse en ese mercado.  "La clave para buscar la rentabilidad es establecer un marco claro sobre qué hacer en cada área, pero luego dejar que esa ejecución fluya", deslizó González Bueno, quien no ve recomendable fijar objetivos muy precisos. 

Las palancas típicas de mejora empiezan a sufrir cierto agotamiento, por lo que los bancos tienen que comenzar a tomar decisiones dirigidas a buscar nuevas opciones en la parte de los ingresos, como perfilando y ajustando su negocio, y no tanto en reducir la parte de los gastos. Buscar cómo rentabilizar el ahorro o mejorar los productos y la oferta de valor que ofrecen a sus clientes son algunas de las opciones. El presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), José Manuel Campa, también tomó palabra en el encuentro para añadir que efectivamente el reto de la rentabilidad es el número uno del sector. Un reto previo a la crisis del Covid que no ha desaparecido, sino que más bien se ha acentuado. 

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