Informe de BofA

La banca se juega su política de dividendos ante un alza del colchón anticrisis del BdE

La posibilidad de que el Banco de España eleve este indicador del 0% actual al 0,5% repercutiría sobre la ratio de solvencia de las entidades y restaría capacidad para repartir beneficio entre los accionistas. 

Fachada Banco de España
La banca se juega su política de dividendos ante un alza del colchón anticrisis del BdE. 
EUROPA PRESS

La banca española mantiene la morosidad a raya. En contra de los pronósticos que apuntaban a un potencial repunte de los impagos, la mora se mantiene contenida tras cerrar 2023 en el 3,54%, prácticamente el mismo nivel que en diciembre del año anterior, y en mínimos desde 2008, cuando se produjo el estallido de la burbuja inmobiliaria. La fortaleza del mercado laboral y la evolución de la economía nacional, que creció durante el último ejercicio una décima más de lo previsto, hasta el 2,5%, han alejado la posibilidad de problemas en el mercado crediticio.

Precisamente, la ausencia de vulnerabilidades en el sistema financiero español es lo que ha llevado al Banco de España (BdE) a mantener en el 0% (zona neutral) el colchón de capital anticíclico (CCA) aplicable a las entidades durante el primer trimestre de 2024. Se trata de un instrumento diseñado para reforzar la solvencia del sector bancario durante las etapas en las que la cantidad de préstamos crece mucho, que suele ser cuando se toman más riesgos y 'forzar' así a que el sector cuente con un colchón de capital en épocas de bonanza para utilizarlo cuando los vientos se dan la vuelta. 

Aunque el organismo se desmarcó de otros bancos centrales nacionales y lo dejó prácticamente sin cambios en su última revisión al entender que no hay síntomas de alerta, sí que abrió la puerta a estudiar modificaciones en la interpretación de este colchón, de tal manera que en lugar de situarse el territorio neutral en el 0%, desde el que sólo sube, el colchón anticíclico tenga opción de colocarse en terreno positivo, aunque no haya señales de turbulencias, para que pueda moverse en ambos sentidos. El propio gobernador, Pablo Hernández de Cos, puso sobre la mesa hace unos meses la idea de este 'Colchón de Capital Anticíclico Positivo Neutral' (CCAPN). 

La propuesta ha levantado dudas en las casas de análisis, entre las que se encuentra Bank of America (BofA). Desde la firma estadounidense advierten de que aumentar el 'Colchón Anticíclico' del 0% actual al 0,5% tendría efectos negativos sobre la solvencia y les restaría capacidad para mantener la distribución de fondos, es decir, de dividendos. En concreto, en su último informe sobre la banca del sur de Europa avisan de que repercutiría sobre la ratio de CET1 'fully loaded', que se ha incrementado en las seis grandes (BBVA, Banco Santander, CaixaBank, Banco Sabadell, Bankinter y Unicaja) durante el último ejercicio. 

La otra gran pata que se vería comprometida sería el reparto de dividendos, la principal baza del sector bancario. Tras los positivos resultados obtenidos el ejercicio pasado en el que los pesos pesados obtuvieron más de 26.000 millones de beneficio, las entidades han anunciado la distribución de más de 9.700 millones en concepto de dividendo, cifra a la que hay que sumar las recompras de acciones. Sin incluir a CaixaBank, que todavía no ha ofrecido detalles sobre su plan de adquisición de títulos propios, y Bankinter, que es la única excepción, las cuatro firmas ejecutarán programas de este tipo por más de 4.000 millones. 

El Banco de España lleva a cabo un seguimiento del ciclo financiero mediante el análisis de varios indicadores, entre los que destaca la ratio entre préstamos y PIB, que sirve para medir la evolución crediticia frente a la economía. En otras palabras, si el volumen de capital que concede la banca se dispara por encima de la actividad se activa la señal de alerta ante la amenaza de que se estén gestando riesgos potenciales. Las revisiones se llevan a cabo de manera trimestral.

La expectativa es que la trayectoria a la baja de este indicador se mantenga en niveles similares, comportamiento que obedece tanto a la expansión de la actividad como al freno del crédito que se viene detectando desde finales de 2022, cuando el Banco Central Europeo (BCE) acababa de arrancar la subida de los tipos de interés, proceso que ha seguido hasta el pasado septiembre tras colocar las tasas oficiales en el 4,5%, máximos desde 2001.  

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