La escalada de los tipos de interés en la eurozona a máximos de dos décadas devuelve el brillo a la cuenta de resultados de los bancos. Tras consolidar los récords de 2022 -cuando la política monetaria comenzó a coger ritmo al calor de la inflación-, el sector ha vivido un año dorado que tiene como protagonista el impulso de la actividad crediticia. Los ingresos por intereses han sido la principal baza tanto por la propia repreciación de las carteras como por la nueva producción de préstamos, cuyo coste se ha encarecido. Sólo CaixaBank, Banco Sabadell, Bankinter y Unicaja han visto incrementada esta partida en un 42% durante el ejercicio pasado.
Estas cuatro han sumado un total de 18.402 millones de margen de intereses, frente a los 12.926 contabilizados al término de 2022. De esta cifra, el grueso procede de CaixaBank, que es la entidad con mayor negocio dentro del territorio nacional. La firma presidida por José Ignacio Goirigolzarri ha obtenido más de 10.113 millones, más de un 50% superior a la recabada en los doce meses anteriores, cuando superó ligeramente los 6.500 millones. A esta le sigue Banco Sabadell, con un repunte a doble dígito (24,3%), hasta los 4.723 millones.
Completan la lista Bankinter, en los que la mejora del 44% le conduce a registrar un margen de intereses por encima de los 2.200 millones, así como Unicaja Banco, cuyo crecimiento en este sentido ha sido del 26%. De este modo, la banca doméstica ve fortalecido su balance, en el que los ingresos por comisiones también han jugado un papel relevante, impulsando el margen bruto de las cuatro analizadas más de 4.700 millones. En conjunto, los ingresos corrientes de las citadas han alcanzado los 24.770 millones, un 23% más en comparativa interanual.
Estas cifras se han logrado en un entorno favorable para el negocio bancario que se ha beneficiado de una morosidad contenida. La ratio de mora apenas ha aumentado unas décimas entre enero y diciembre de 2023, factor que achacan al hecho de que el saldo vivo crediticio se ha reducido a causa de las mayores amortizaciones, mientras el volumen de préstamos en 'stage 3', como se conoce en el argot financiero, no ha experimentado cambios significativos pese al escenario de tipos altos. La contención se apoya en el tirón del empleo y el colchón de ahorro acumulado en la pandemia, que en algunos casos ha servido para cancelar la hipoteca.
De cara a este 2024 algunos prevén que todavía es posible exprimir un poco más estos vientos de cola. A este respecto, uno de los más optimistas es el consejero delegado de Banco Sabadell, César González-Bueno, tras asegurar que el margen de intereses aún no ha tocado en España, pero sí en Reino Unido, por la diferente velocidad del ciclo monetario. Sin obviar las incertidumbres sobre la evolución de la economía y la amenaza de desaceleración, el foco se encuentra en dónde estará el pico del coste de financiación en medio de unos meses renqueantes para la producción hipotecaria, mientras el euríbor comienza a abaratar los préstamos para adquirir vivienda.
La contratación de crédito atraviesa una etapa a medio gas en España, comportamiento que podría revertirse a partir del verano en caso de confirmarse el movimiento de ficha a la baja por parte del Banco Central Europeo (BCE). Precisamente esto lleva a CaixaBank a apoyarse en el negocio de seguros, fondos y pagos para mantener la rentabilidad sobre el 13,2% este año, tal y como apuntó su CEO, Gonzalo Gortázar, durante la presentación de las últimas cuentas, para admitir que la caída del precio de las hipotecas tendrá impacto en su balance.
Con alguna excepción, la perspectiva de que puedan rebasar el umbral histórico de ganancias descansa en una mejora del ROTE y en la posibilidad de una reactivación de la demanda de crédito, siempre que el banco central siga la hoja de ruta que descuenta el mercado. El beneficio de CaixaBank, Sabadell, Unicaja Banco y Bankinter han logrado un beneficio conjunto de 7.260 millones, en medio del polémico impuesto extraordinario que grava con un 4,8% los ingresos por intereses y comisiones, por lo que el desembolso efectuado ha ascendido a 671 millones en este caso. Teniendo en cuenta Banco Santander y BBVA la cifra se eleva a 1.046 millones.
