Primeros 3.000 afectados

14€, coche propio... Así tumba Trabajo la 'red' de falsos autónomos de Amazon

La Inspección tumba el sistema con particulares sin licencia que arrancó en 2017 al entender que se basa en un grupo de miles de repartidores a las órdenes del gigante.

Imagen de un almacén logístico de Amazon.
Imagen de un almacén logístico de Amazon.

"Sólo necesitas tener un coche, un teléfono móvil y unas horas libres". Ese era el lema con el que Amazon aterrizaba en España su servicio Flex, a través del cual armó un 'ejército' de repartidores particulares sin licencia para entregar miles de paquetes en las principales ciudades y dar respuesta a una demanda disparada. Tres años más tarde, la Inspección de Trabajo ha tumbado el modelo, al entender que se trata de 'falsos autónomos', al igual que sucede con otras plataformas como Glovo, Deliveroo O Uber. El supervisor asegura que el gigante del comercio electrónico determina todas las condiciones de trabajo: desde los turnos de horas, que son asignados discrecionalmente, a la retribución de las mismas, que asciende a 14 euros brutos, pasando por la geolocalización de los profesionales.

Mediados de 2017. Amazon está montando su propia red logística, para tratar de depender menos de las grandes del sector como Correos, Seur o MRW, que en los últimos años se habían quejado de las duras condiciones que les imponía. Tenía que responder a unas ventas que crecían exponencialmente y hacerlo a un coste muy reducido. Primero lo hace con Logistics, su propia 'paquetera' con la que se salta a los operadores subcontratando a empresas más pequeñas. Y luego con Flex, el polémico 'Uber de la logística' que ya había probado en Reino Unido y Estados Unidos. El sistema, en esencia, apenas ha sufrido cambios en este tiempo. 

La compañía asigna turnos de hasta cuatro horas a través de la aplicación móvil, para repartir entre 10 y 15 paquetes por hora. ¿La remuneración? 14 euros brutos, a los que hay que detraer el coste del combustible, el desgaste del vehículo y la cuota de autónomos. Según los cálculos de UGT, el rendimiento neto por hora es de apenas 5 euros. No se incluye el tiempo extra que se necesite para completar todas las entregas o si hay que volver a la estación logística -algo que no es algo excepcional- para dejar los productos que no han podido ser entregados por la ausencia de los clientes en sus domicilios.

Pronto el servicio empezó a recibir una demanda significativa de conductores que se unieron. Y las alarmas saltaron entre las paqueteras 'tradicionales', que acusaban a la estadounidense de competencia desleal, y también entre las organizaciones sindicales. En ese año 2017 se presentó la primera denuncia por parte de la UGT. A esa siguieron otras muchas más en Madrid, Barcelona, Bilbao... Y no sólo de ellos sino también de la propia patronal logística UNO, que, pese a ello, acogió a la multinacional en sus filas como miembro de pleno derecho. Todas estas demandas fueron las que motivaron una investigación que después de meses de trabajo desemboca en varias actas que afectan a casi 4.000 empleados -entre las de UGT y el resto- y supondrán más de 5 millones de euros de cuotas a la Seguridad Social impagadas. 

Las actas están especialmente fundamentadas por la Inspección, según confirman fuentes sindicales, que señalan que algunas de ellas llegan hasta los 200 folios. En ellas, el organismo dependiente del Ministerio de Trabajo plasma lo que entiende como numerosos indicios de relación laboral (y no mercantil) entre los repartidores de Flex y Amazon. Entre ellos se encuentra el control exhaustivo del servicio: desde la organización del trabajo, con la asignación discrecional de turnos o la geolocalización de cada uno de los 'riders', hasta el poder sancionador a través del Código de Conducta de Proveedores de la empresa. A estos suma otros que aún son más 'clásicos' como la imposibilidad de rechazar un servicio consignado por parte del particular. "Hay indicios que son aún más evidentes que los de otras plataformas como Glovo o Deliveroo", aseguran fuentes de UGT.

En dichas actas, que han desembocado en las altas de oficio en el régimen de trabajadores por cuenta ajena a los miles de repartidores, los inspectores hacen bastantes referencias a diferentes sentencias de los tribunales superiores de justicia que han determinado que en el caso de Glovo o Deliveroo hay una relación laboral. En este sentido, un apoyo clave para el organismo es el del TSJ de Madrid cuyo pleno de 17 magistrados zanjó hace ahora justo un año que los repartidores de las plataformas debían considerarse empleados. Marcó así el camino para otras demandas que estaban por llegar.

Todo apunta a que Amazon recurrirá todas estas actas y seguirán el mismo camino que el de las otras plataformas: se iniciará un procedimiento de oficio que recorrerá todas las instancias judiciales hasta llegar al Tribunal Supremo. Éste ya se ha pronunciado sobre el primer recurso, referido al caso de uno de los 'riders' de Glovo. Lo hizo el pasado mes en una sentencia histórica que tumba este esquema laboral, al concluir que hay una relación laboral clara entre las partes. Consideró que la empresa "no es una mera intermediaria" en la contratación de servicios sino que es una compañía "que presta servicios de recadera y mensajería fijando las condiciones esenciales para la prestación del servicio".

"Hay indicios que son aún más evidentes que los de otras plataformas como Glovo o Deliveroo"

Este sistema de Flex ha levantado ampollas también en otros mercados mucho más grandes y consolidados que el español como es el de Estados Unidos. No sólo por la relación laboral, sino también por otros aspectos vinculados con las condiciones de trabajo. Por ejemplo, se ha destapado el uso de 'software' y 'bots' prohibidos por la plataforma para poder acceder a los mejores turnos de horas, especialmente competidos entre los repartidores. Esto ha llevado incluso a que en las centrales logísticas de ciudades como Chicago se haya visto un fenómeno llamativo destacado por Bloomberg: los repartidores cuelgan sus móviles en árboles junto a estas instalaciones para aprovechar la proximidad y esos programas para obtener los bloques de horas. Por su parte, el medio Vice desveló el mes pasado que el gigante tecnológico utiliza un programa para vigilar grupos de Facebook creados por 'riders' para discutir sus condiciones de trabajo o posibles medidas de presión.

Otros frentes laborales

Este no es el único frente laboral que mantiene Amazon por sus condiciones de trabajo y su organización. Junto con el enfrentamiento que mantiene con la plantilla de su mayor centro logístico en España, ubicado en San Fernando de Henares (Madrid), la compañía recibió una sanción de 817.000 euros el pasado mes de junio por parte de la Inspección de Trabajo de Cataluña por la 'cesión ilegal de trabajadores'. ¿La razón? Confirma que 350 empleados de las 'paqueteras' pequeñas que subcontrata -Instapack, One Motion o Ahora Vengo- trabajan a sus órdenes. En el lado de la regulación, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) le calificó el pasado mes de septiembre como un operador postal, con lo que se asegura el control de sus tarifas, al poder determinar si son demasiado elevadas o por el contrario demasiado reducidas.

La presión sobre la mayor empresa por ventas en internet en España se incrementa. Su fulgurante crecimiento ha puesto en alerta a todos los reguladores y 'vigilantes', aunque hasta ahora las sanciones hayan sido relativamente pequeñas. La decisión de la Inspección de tumbar su sistema de repartidores 'falsos autónomos' es un frente más

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