La clave del ahorro privado

Tres trucos que harán crecer tu pensión para vivir la jubilación sin preocupación

Según los expertos, en la jubilación existen una serie de gastos que hacen que no se acabe necesitando el 85% que se cree que se va a gastar, sino que realmente se necesita un 135%.

Un jubilado.
Un jubilado.
Imagen de Stefamerpik en Freepik.

El número de personas afiliadas a la Seguridad Social en España se sitúa en este momento en los 19 millones aproximadamente. Mientras tanto, el número total de pensiones alcanzó en abril los 9,83 millones. Esto significa que hay poco menos de dos personas trabajando por cada jubilado en la actualidad, lo que supone un desequilibrio de cara al futuro, ya que el aumento de la esperanza de vida hace pensar que para 2025, si no se hace nada por remediarlo, la ratio llegará a un trabajador por cada pensionista.

De mantenerse la tendencia a la baja, estas cifras podrían suponer una amenaza para la cuantía de la pensión de los futuros jubilados. De hecho, desde el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ya se han empezado a poner sobre la mesa posibles medidas para penalizar la jubilación anticipada y premiar a aquellos trabajadores que alarguen su vida laboral con el objetivo de equilibrar las cuentas. Por este motivo, para evitar depender en exclusiva de la pensión pública, conviene empezar a elaborar un plan cuanto antes para poder complementar la prestación y que la cuantía no se vea afectada. Pero, ¿cómo hacerlo?

Lo primero, calcular cuál será la pensión

Para poder saber cómo mejorar la pensión pública y cuánto se necesitará para complementarla y vivir sin preocupaciones, lo recomendable es analizar el dinero que se espera gastar al jubilarse. “Se trata de modelizar cuál será nuestra pensión pública esperada”, apunta en Finect Talks Esmeralda Gómez, divulgadora financiera y autora del libro “¿Quieres cobrar tu pensión?”. Es decir, para ello, será necesario analizar los gastos que se podrían tener y cuánto dinero haría falta a partir del momento en el que se deje de trabajar al jubilarse. Según apunta Gómez, en la jubilación existen una serie de gastos que hacen que al final no se acabe necesitando “el 85% que creemos que vamos a gastar, sino que realmente se necesita un 135%”.

Utilizar el pilar dos

Basar los ingresos del futuro única y exclusivamente en las aportaciones a la Seguridad Social puede no ser lo más recomendable en un momento de cambios como el actual para el sistema público de pensiones. Por ello, siempre conviene hacer que la pensión esté formada por distintos pilares, para garantizar que obtendremos la cuantía esperada en el futuro.

Este segundo pilar podría ser, según cuenta Gómez, la fórmula que ya se ha implantado en otros países, como, por ejemplo, Reino Unido. En este país las empresas están obligadas a inscribir de manera automática a todos los empleados que alcancen un determinado salario en algún tipo de plan o instrumento de pensiones y a realizar unas aportaciones mínimas a favor del empleado. Las aportaciones las hará la empresa siempre y cuando el empleado también contribuya a este fondo con una parte de sus ingresos. Es decir, se trata de una opción voluntaria para los trabajadores. 

“De lo que se trata es de intentar llegar a estas fórmulas de retribución flexible para que las personas que trabajan en las empresas se puedan adherir a una forma adicional que les permita que su pensión esté basada en varios pilares”, apunta la experta.

Y si no…combinar ahorro e inversión

Utilizar el pilar número dos en España no es todavía posible de la misma forma que existe en otros países. No obstante, si se quiere ahorrar a través de la empresa una de las fórmulas es, si la compañía ofrece la posibilidad, contratar un plan de pensiones de empresa y realizar aportaciones mensuales para incrementar el ahorro de cara a la jubilación.

No obstante, si se quiere hacer de manera individual, conviene valorar el tiempo que se tiene para ahorrar, cómo rentabilizar esos ahorros a través de la inversión y cuál es la capacidad de inversión que tiene cada persona. Es decir, tal y como explica Esmeralda Gómez, “el porcentaje de nuestros ingresos actuales que podemos destinar tanto a ahorro como a inversión”.

Una vez definido, el abanico de posibilidades es enorme, ya que existen diferentes productos para diferentes perfiles de ahorrador. Entre estos se encuentran, según apunta la experta, los fondos de inversión, el oro, las criptodivisas, los ETFs o fondos cotizados o las acciones de bolsa, entre otros, “con la posibilidad no solo de invertir aquí, sino que lo podemos hacer en el resto del mundo”.

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