Aplicación de la jornada reducida

En qué trabajos y sectores se puede rebajar la jornada laboral a 37 horas y media

Aunque la norma afectaría a alrededor de un 70% de la población activa, debería adaptarse a distintas realidades horarias, como la del comercio, el turismo o la salud. Esta es la aplicación que tendría el cambio de jornada según el tipo de trabajo que realiza cada empleado.

En qué trabajos y sectores se puede rebajar la jornada laboral a 37 horas y media
En qué trabajos y sectores se puede rebajar la jornada laboral a 37 horas y media
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Tras el acuerdo de investidura entre PSOE y Sumar, reducir la jornada laboral a 37 horas y media a la semana parece cada vez más cerca. Entender cómo afectará a la productividad es algo que resonará en la cabeza de empresarios y trabajadores en los próximos meses, más aún si consideramos que en España hay una media de 1.718 horas trabajadas al año por empleado, según datos de la OCDE. Pero además, resulta crucial conocer en qué sectores y para qué trabajadores es viable este ajuste de la jornada laboral, en un país donde buena parte de los convenios colectivos tienen acordada actualmente una jornada máxima superior a las 37,5 horas.

Lo primero que debemos tener en cuenta es que, según los datos de la última EPA, el número de personas que a priori se verían afectadas por esta rebaja de la jornada laboral es de más de 11 millones de trabajadores. Si a esto le sumamos que, según la misma EPA, la media de horas semanales por trabajador es de 37,8 horas (sumando todos los tipos de jornada, incluso media jornada o reducida), esto implica que la norma potencialmente afectaría a un 70% de la población activa. Pero, ¿en qué sectores tendría un mayor impacto?

Jornada reducida en empresas de tecnología y programación

Los trabajadores en el campo de la tecnología y programación resultan candidatos casi naturales para una jornada laboral más corta. Un estudio de Buffer sobre el teletrabajo revela que el 98% de los profesionales en tecnología desean continuar trabajando de manera remota, al menos parcialmente. Esto podría facilitar una transición más fluida hacia horarios más flexibles sin perder eficacia.

Trabajo de 37,5 horas en el sector salud

El ámbito sanitario plantea un desafío más complejo. Aquí no solo es importante el tiempo, sino también la calidad de la atención. Según datos del Consejo General de Enfermería, un 67% de los enfermeros en España han experimentado síntomas de burnout, especialmente a raíz de la pandemia. Reducir las horas laborales podría, por tanto, mejorar la calidad de vida de estos profesionales y, posiblemente, la atención al paciente. Algo que a día de hoy parece quimérico, teniendo en cuenta las rotaciones que superan ampliamente las 40 horas semanales entre el personal sanitario de nuestro país.

Hostelería y turismo: ¿se puede acoger a la jornada de 37,5 horas?

Este sector es otro que podría necesitar una revisión exhaustiva para implementar jornadas más cortas. Según el INE, el 42% de los empleados en hostelería y turismo trabajan más de 8 horas al día. La implementación de una jornada de 37,5 horas requeriría una reorganización de turnos y, posiblemente, la contratación de más personal para cubrir las demandas del sector.

Industria y manufactura: ¿afecta la jornada reducida a la productividad?

La industrialización 4.0 ya es una realidad en muchas fábricas españolas. Una situación que, como en el caso del sector tecnológico, abre puertas esperanzadoras a que las jornadas sean cada vez más reducidas. Por eso, la automatización podría ser el catalizador para que los trabajadores de este sector puedan disfrutar de una jornada laboral más corta sin sacrificar la productividad.

¿El comercio se acogerá a la jornada reducida?

En el sector comercial, donde según el INE aproximadamente un 20% de los empleados trabajan más de 40 horas a la semana, la adaptación de una jornada laboral reducida podría enfrentarse a barreras endémicas. Principalmente, la necesidad de estar disponibles para el cliente en horarios amplios (incluyendo sábados, domingos o festivos). Sin embargo, algunas empresas ya están experimentando con horarios más flexibles, utilizando herramientas digitales para atender a los clientes en línea.

Como podemos observar, la implementación de una jornada laboral de 37,5 horas semanales es un reto que requiere un análisis detallado de las particularidades de cada sector. Mientras que en algunos casos, como en el de tecnología y programación, la transición podría ser más sencilla; en otros, como en el de la salud, el comercio o la educación, requeriría de cambios estructurales y un replanteamiento de los modelos de trabajo actuales. Así que la gran pregunta es: ¿cómo piensa abordar el hipotético nuevo gobierno esta realidad?

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