Después de un año 2022 en el que el bolsillo de los ciudadanos se vio resentido por la pérdida de poder adquisitivo a causa de la elevada inflación -que llegó a alcanzar los dos dígitos en julio- empresas y trabajadores entendieron que era necesario subir los salarios. Los datos reflejan que así lo están haciendo, tanto en el sector público como en el privado aunque cada uno de ellos atienda a criterios diferentes, pero en el mes de septiembre han evolucionado a la par por primera vez en 18 meses, según refleja la herramienta de 'Economía en tiempo real' de la Fundación CaixaBank.
Los trabajadores públicos y los del ámbito privado experimentaron una subida de su salario neto del 4% interanual el mes pasado, según los registros de la Fundación, lo que iguala la subida pactada por la patronal y los sindicatos para las empresas al tiempo que supera en un punto porcentual la acordada para el ámbito público. Esta era de un 3,5% anual, pero recientemente se ha sumado otro 0,5% adicional porque la suma del IPC armonizado de 2022 (5,5%) y el dato del IPC adelantado de septiembre (3,2%) superaba el 6%, condición reflejada en los Presupuestos Generales del Estado para aplicar esta subida.
Por tanto, hay otros factores adicionales que explican el alza registrada en el sector público que en términos generales se había situado a la zaga del privado, como apunta el economista de CaixaBank Research Josep Mestres a La Información. "El indicador de salarios proviene de los datos de nóminas domiciliadas en CaixaBank. Las nómina mensual corresponde al total de ingresos salariales netos percibidos durante el mes y, por tanto, los aumentos en la nómina se deben tanto a mejoras salariales como a incrementos de las horas trabajadas" explica por escrito.
De forma que el porcentaje reflejado en la gráfica constituye la variación interanual mediana, es decir, "aquella por la que la mitad de las nóminas tienen variaciones interanuales superiores y la otra mitad, inferiores" y se calcula cliente a cliente de forma anónima, matiza el economista. Las subidas salariales habían sido más intensas en el sector privado desde el mes de mayo -precisamente en el que se firmó el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva - llegando a superar al público incluso en siete décimas porcentuales en junio (4,7% frente al 4%) aunque en agosto la diferencia fue solo de un punto porcentual.
No obstante, más allá del 'gap' entre el reflejo de la estadística y la subida real que ha aplicado el sector público, también pueden existir diferencias entre los trabajadores de administraciones inferiores al ámbito estatal (autonómicas o locales). También puede haber diferencias entre los complementos y retribuciones que percibe cada trabajador público. Las fuentes sindicales consultadas apuntan en esta dirección, los cambios en el tratamiento de la antigüedad, las promociones, o a los conocidos como deslizamientos salariales, esto es, los incrementos del salario bruto que no pueden explicarse por la negociación colectiva.
En el sector privado tampoco se ha registrado una subida uniforme, de hecho los diferentes sectores económicos, territorios y empresas presentan alzas dispares dado que el acuerdo firmado por los representantes de CEOE, Cepyme, CCOO y UGT opera como acuerdo marco pero no es de obligatorio cumplimiento. Para el 2023 se pactó un incremento del 4% lo que se esperaba que superase la inflación media del año, con el objetivo de compensar la pérdida de poder adquisitivo registrada en 2022. Sin embargo, algunos sectores han tenido que elevar mucho más los salarios, en especial en los tramos inferiores porque estos se habían visto superados por el SMI.
