El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, se ha referido este viernes a la compra de parte de Telefónica por la compañía saudí STC en un encuentro con el sector empresarial en la sede de CEOE. El jefe del Ejecutivo ha defendido que el interés de grandes inversores extranjeros por empresas españolas es un signo positivo, ya que indica que "el país avanza en la dirección adecuada". Además, ha reiterado que el Consejo de Ministros cuenta con "los instrumentos necesarios para proteger la soberanía nacional" y analiza detenidamente la inversión, puesto que el límite para la inversión extranjera es el choque con los intereses de carácter nacional.
"El Estado cuenta con los mecanismos para velar por que cualquier inversión extranjera no trascienda los límites y suponga una influencia indebida sobre empresas estratégicas o comporte el acceso a tecnologías críticas", ha sostenido. También los tiene la Unión Europea, pero no puede cerrar las puertas a las compañías extranjeras, en opinión de Sánchez, quien ha invitado a "huir de tentaciones que emanan del proteccionismo" o abogan por cerrar fronteras. El jefe del Ejecutivo ha recordado que estas compañías crean oportunidades, empleo, riqueza y que esta relación forma parte de la reciprocidad comercial en el orden internacional abierto en el que Europa crece y prospera.
El secretario general del PSOE ha marcado distancia con las posiciones defendidas desde el partido de Yolanda Díaz y ha templado los ánimos respecto a la compra del 9,9% de Telefónica por parte de Saudi Telecom, al garantizar que el Gobierno ya cuenta con capacidad de control de estos movimientos. El presidente del Ejecutivo en funciones ha reivindicado que España ha dejado de conformarse con tener un papel secundario en las negociaciones europeas y por primera vez juega un papel relevante a través de un liderazgo integrador que respeta las posiciones de otros estados miembro, pero a la misma vez, defiende los intereses nacionales en las instituciones comunitarias.
Cercanía con el sector empresarial
Sánchez ha aprovechado su primera intervención tras su contagio por coronavirus y desde que Puigdemont hiciese públicas sus condiciones para apoyar una eventual investidura para escenificar su cercanía con los empresarios. El presidente de la patronal, Antonio Garamendi, y Sánchez han protagonizado un caluroso saludo a su llegada al encuentro, en el que han intercambiado risas y toques en la espalda, tras un año plagado de desencuentros en el que los CEOE se ha distanciado de la posición del Gobierno en casi todas las negociaciones. Además, se trata de un hecho relevante porque a diferencia de otras ocasiones, este año Sánchez no ha iniciado el curso político rodeado del Ibex, sino de afines en el Ateneo de Madrid.
Ambos han presentado el Resilient EU 2030 que recoge el trabajo desempeñado durante los primeros meses de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea y que será presentado al resto de países comunitarios en Granada. El documento recoge la propuesta estratégica para fortalecer la seguridad económica y el liderazgo global de la UE durante la próxima década, lo que constituye uno de los pilares principales del semestre, anunciados por Sánchez en el discurso inicial de la presidencia. Los empresarios europeos también pusieron el acento en esta materia a través de la patronal Business Europe, de la que Garamendi es vicepresidente.
Sánchez ha defendido que el planteamiento está muy alineado con las líneas dibujadas por Ursula von der Leyen a comienzos de semana en el debate de Estado de la UE. El líder del Ejecutivo ha detallado el conjunto de coyunturas a las que Europa debe hacer frente en un mundo en el que el multilateralismo ha sido dejado de lado y se vuelve a apostar por el proteccionismo en diferentes puntos del Globo. Sin embargo, pese a este escenario, ha celebrado que el comercio internacional no se resiente, sino que sigue creciendo y de hecho ha sido la principal palanca del PIB español durante los últimos años. Por ello, entiende que el continente debe centrar sus esfuerzos en encontrar el equilibrio entre la competitividad y la resiliencia, con el foco en la economía sin perder su papel líder a nivel internacional.
El cabeza del Ejecutivo en funciones ha señalado a la reindustrialización como apuesta clave de la UE para la próxima década frente a las dinámicas extendidas en los últimos años por las que se había delegado la fabricación de materiales y bienes clave para la cadena de suministros y la actividad económica en terceros países. No obstante, Sánchez ha matizado que no se trata de sustituir toda esa producción, sino de centrar la industria europea en los bienes en los que Europa ya es más competitivo a nivel mundial, en los que podría situarse a la vanguardia o los que resultan imprescindibles para la seguridad de la UE.
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