La reforma laboral impulsada por el Ejecutivo de Pedro Sánchez nace con el claro objetivo de acabar con la precariedad y desincentivar la temporalidad en un mercado de trabajo en el que hasta ahora han sido protagonistas y en el que impera una importante rotación laboral, con contratos de un día o que acaban a fin de mes, y tasas de temporalidad del 25%, la mayor de Europa, según Eurostat. Pese a los fines de la nueva norma, no será fácil cambiar la mentalidad y costumbres con respecto a la contratación -pese a los desincentivos- de muchos empresarios y también trabajadores, que en casos no tan extremos pueden acumular más de 15 contratos al año. Habrá que estar atentos a lo que suceda a partir de ahora, ya que las centrales sindicales responsabilizaban de esta precariedad a la reforma laboral del Partido Popular de 2012.
Según la Estadística del Servicio de Empleo Estatal (SEPE), durante el pasado año se firmaron casi 19,4 millones de contratos, por parte de 7,13 millones de trabajadores, lo que supone una media de 2,72 por persona. Resulta significativo que de estos, hasta 124.000 asalariados 'renovaron' en 15 ocasiones o más y 880.000 fueron contratados cinco veces o más. Esta última cifra supone un aumento con respecto a 2020 -el año de la pandemia del coronavirus-, un ejercicio en el que se firmaron 628.000 contratos de una duración igual o superior a cinco días, teniendo en cuenta que los acuerdos contractuales cayeron un 30% con respecto a 2019 por la Covid. Por ocupaciones, las relacionadas con la agricultura, el turismo, la hostelería y el mundo de la cultura están especialmente condicionadas por la rotación, que afecta en mayor medida a los trabajadores extranjeros y es mayor en ocupaciones elementales y testimonial entre directores y gerentes.
La nueva reforma laboral recoge la penalización de la alta rotación de contratos temporales. Así, los contratos temporales inferiores a 30 días tendrán una cotización a la Seguridad Social adicional de 27,53 euros cada vez que se den de baja para desincentivar el uso de contratos de muy corta duración. La penalización será creciente. Cuantos más contratos cortos, mayor es el desincentivo: con un contrato corto de diez días la penalización sería de 27,53 euros; si el mismo tiempo de trabajo se cubriera con dos contratos de cinco días, de 55 euros… Excepcionalmente, esta cotización no se aplicará a los regímenes especiales de trabajadores por cuenta ajena agrarios, de empleados de hogar, de la minería del carbón y tampoco a los contratos por sustitución.
La nueva legislación penaliza la temporalidad, pero el casi el 30% de los contratos siguen teniendo una vigencia inferior a un mes
El artículo 151 de la Ley General de la Seguridad Social, que regula los contratos de duración determinada inferior a 30 días, para los que prevé una cotización adicional a cargo del empresario a la finalización del mismo. Esa cotización adicional se calculará multiplicando por tres la cuota resultante de aplicar a la base mínima diaria de cotización del grupo 8 del Régimen General de la Seguridad Social para contingencias comunes, el tipo general de cotización a cargo de la empresa para la cobertura de las contingencias comunes.
La duración media de los contratos inscritos en los servicios públicos de empleo durante febrero de 2022 fue de casi 59 días, la cifra más alta en este mes desde el año 2015, cuando se situó en 58,28 días de media, según datos del SEPE. El dato de febrero (57,83 días) supera además al del mes de enero de este mismo año, en el que la duración media de los contratos fue de 52,21 días. En total, en febrero se registraron en los servicios públicos de empleo 1.444.057 contratos, un 19,1% más que en el mismo mes de 2021. De todos ellos, 316.841 fueron contratos indefinidos, la mayor cifra de toda la serie histórica.
Desde el Gobierno se ha insistido en que la reforma laboral recién aprobada ya está dando los primeros resultados. Han crecido los contratos indefinidos, caen los de carácter temporal, aumentan los trabajadores fijos discontinuos -una modalidad previstas para determinados colectivos- y caen los contratos de corta duración, aunque ligeramente. Los contratos de un día de duración, que suponían uno de cada cinco, se han reducido, posiblemente a causa de la penalización de este tipo de acuerdos cuando sean inferiores a un mes. Mientras, los contratos con una duración igual o inferior a un mes, suponen algo más del 29%, frente al 32% de hace un año. En total, en febrero de 2022 se registraron 421.509 contratos de un mes de duración o inferior al mes.
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