Finanzas personales

¿Qué son las cédulas hipotecarias?

Las cédulas hipotecarias son un tipo de bono emitido por parte de las entidades financieras que proporcionan una rentabilidad fija a largo plazo.

Hipoteca
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Las cédulas hipotecarias son instrumentos financieros que se usan en el mercado de capitales, y que se encargan de representar derechos de crédito respaldados por una cartera de préstamos hipotecarios. Se trata de un tipo de valor que proporciona una rentabilidad fija a largo plazo y que se emiten por parte de entidades financieras. Es decir, cuando una persona contrata una cédula hipotecaria, recibe una rentabilidad por el dinero que ha decidido invertir en estos valores.

Las cédulas hipotecarias son emitidas con la garantía de la cartera de préstamos hipotecarios de la entidad financiera, que deben responder a una serie de requisitos específicos. Al estar garantizadas por distintas coberturas constituidas por préstamos hipotecarios seleccionados por la entidad, solo pueden ser emitidas por parte de cajas de ahorro, entidades de crédito oficial y sociedades de crédito hipotecario.

En función de las garantías ofrecidas, podemos encontrarnos con dos tipos de cédulas hipotecarias:

  • Con garantía global: La garantía se compone por el conjunto de los préstamos hipotecarios de la entidad financiera, a excepción de aquellos que respaldan las cédulas hipotecarias que poseen una garantía especial.
  • Con garantía especial: Están compuestas, por una parte, de los préstamos hipotecarios de la entidad financiera.

Más allá de distinguir entre estas dos modalidades, este tipo de inversión posee otras características, como que son emitidos a través de una escritura pública y que acostumbran a ser títulos con una amortización de entre uno a tres años. Para algunos expertos es un activo del mercado monetario.

Ventajas y desventajas de las cédulas hipotecarias

Una vez comprendido qué son las cédulas hipotecarias, conviene hablar de sus ventajas y desventajas. Entre las primeras conviene destacar que presentan un riesgo limitado y una seguridad de cobro, así como un plazo de amortización fijado previamente y la posibilidad de disfrutar de una liquidez inmediata, por lo que en cualquier momento se podrá vender a un tercero en el mercado secundario y que este tercero sea quién herede el derecho de cobro de la misma.

Ofrecen una rentabilidad fija y predecible, ya que se conoce de antemano, al igual que ocurre con la amortización, siendo habitual que el cálculo se realice de forma anual. También ofrecen comisiones bajas e incluso nulas, pues es usual que las entidades financieras o bancarias no cobren comisiones por su compra. A lo anterior hay que sumar la existencia de una doble garantía, ya que además de la garantía de pago del emisor, se dispone de derecho de cobro sobre la cartera hipotecaria con respecto al resto de los acreedores del banco o caja.

No obstante, al igual que sucede con otros productos, también hay una serie de inconvenientes y riesgos. Para empezar, si el título cotiza a la baja en el momento de llegar a su vencimiento, se podría llegar a perder dinero con la operación, además de que existe un cierto riesgo de liquidez. En el caso de que se decida vender la cédula hipotecaria antes de su vencimiento por la necesidad de financiación, esta tendrá que ser puesta a la venta en un mercado secundario, lo que implica que habrá que esperar a que haya alguien interesado en comprarla, lo que podría darse en una cantidad de tiempo mayor o menor según el caso.

Es importante señalar que, al igual que sucede con otras inversiones, las cédulas hipotecarias llevan asociados algunos riesgos que se deben asumir. Algunos son peligros directos como las subidas del tipo de interés, las caídas pronunciadas que puedan darse en el mercado inmobiliario o la falta de liquidez de los clientes, que se suman al riesgo del inversor expuesto a la falta de pago de la entidad financiera, puesto que, si su situación no es buena, es posible que no pueda realizarse un nuevo pago de títulos. Por este motivo, es importante analizar el estado financiero de la entidad bancaria antes de comprar la cédula.

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