Fiscalidad

Declaración de la Renta: ¿Qué pasa si tengo dos o más pagadores en un año?

El número de pagadores que tenga cada contribuyente afecta en los límites obligatorios para presentar la declaración, pero no varía la tributación por el IRPF.

La nómina de febrero llega con ajustes en el IRPF de miles de españoles
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Europa Press

En menos de un mes –desde abril hasta junio- los contribuyentes deberán entregar la declaración de la Renta de 2022. Se deberán incluir todos los ingresos, ya sean rendimientos del trabajo, de actividades económicas, capital inmobiliario o inmobiliario. Los primeros son los ingresos más habituales que se incluyen en la tributación del IRPF y son sueldos, pero también, por ejemplo, las pensiones u otras prestaciones.

Es posible que a lo largo del año recibas rendimientos del trabajo diferentes. Es el caso de los contribuyentes con dos trabajos, que han estado en paro y trabajando durante el año o han cambiado de empleo. Esto importa de cara a la declaración de la Renta porque implica que ya existen dos o más pagadores.

Obligación de declarar

La principal diferencia entre tener uno o más pagadores es la obligación de presentar la declaración de la Renta. La Agencia Tributaria establece que los contribuyentes con rendimientos del trabajo superiores a los 22.000 euros anuales tienen que declarar. Pero ese límite se rebaja a los 14.000 euros anuales, cuando del segundo y del resto de pagadores el contribuyente ha cobrado más de 1.500 euros.

Pese a esta diferencia, el número de pagadores no determina el tratamiento fiscal del contribuyente. Es decir, tener uno o más pagadores no obliga a pagar más impuestos, en concreto del IRPF. Para todos, y sin diferencia, se aplican los tipos impositivos de entre el 19% y el 47% según los tramos de ingresos, una vez aplicadas las deducciones y reducciones, según las circunstancias personales.

Atención a la retención

No obstante, es posible que la declaración salga a pagar a Hacienda si los pagadores no están aplicando la retención del IRPF correcta. Se trata de un adelanto de lo que corresponde a cada trabajador pagar por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y lo aplican los propios pagadores sobre el salario y según las circunstancias personales de cada contribuyente.

Hay que tener en cuenta que los pagadores calculan la retención en función de los rendimientos que obtendrá el trabajador de esa empresa, pero la suma de todos los rendimientos –de varios pagadores- puede conllevar una obligación mayor. Esto implica que, a lo largo del año, el contribuyente ha pagado menos IRPF del que le corresponde y la declaración de la Renta sirve para ajustar la diferencia.

En la nómina cada trabajador puede conocer cuál es la retención que le están aplicando. A partir del salario bruto, se retiene un dinero en concepto de pago adelantado del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). En el caso de los beneficiarios de prestaciones públicas, la Seguridad Social pone a su disposición un Certificado de retenciones e ingresos a cuenta del IRPF para conocer los importes aplicados.

Solicitar un incremento de la retención

El contribuyente puede solicitar un incremento de la retención si calcula que, debido a que obtiene más ingresos de otros pagadores, le corresponderá una tributación mayor. Por ejemplo, la Seguridad Social ofrece la posibilidad de solicitar un incremento voluntario de la retención de IRPF, mientras que los trabajadores también pueden hacer lo mismo con sus empresas.

El objetivo es evitar que la declaración de la Renta no tenga como resultado pagar a Hacienda, es decir, que las retenciones aplicadas a modo de anticipo del IRPF sean las correctas. No obstante, al contribuyente también le puede interesar abonar la diferencia en un único pago al presentar la declaración de la Renta. Lo importante es saber que el número de pagadores no implica pagar más o menos impuestos y que cada contribuyente puede valorar en qué momento pagar el IRPF, si a lo largo del año o con la declaración.

Eso sí, la retención es obligatoria y la solicitud de una rebaja del IRPF aplicado no siempre será aceptado. Los pagadores deben aplicar un mínimo y solo se podrá reducir aún más en ciertos casos excepcionales que recoge la ley.

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