El contexto alcista del mercado del crudo a nivel internacional está disparando el coste de llenar los depósitos de los conductores españoles. El rally de precios que acumulan la gasolina y el gasóleo en las últimas semanas ha encarecido sustancialmente los viajes veraniegos, que aunque son más baratos que el año pasado, comienzan a alejarse del mínimo de los últimos meses, registrado en mayo. Lo hace coincidiendo con uno de los fines de semana de mayor actividad en las carreteras españolas, que este año pasa a formato 'puente' por la festividad del 15 de agosto, que cae en martes.
A fecha del 31 de julio, cuando se dieron a conocer los últimos datos, el precio medio de la gasolina en España ascendió a 1,65 euros por litro, mientras que el diésel se quedó en 1,501 euros por litro, según el Boletín Petrolero de la Unión Europea. Estos valores se situaban en niveles similares a los registrados en abril, cuando la tensión de precios estaba en caída libre, pero para la primera semana de agosto también se prevé un nuevo aumento.
La geopolítica, causante de estas subidas
La Agencia Internacional de la Energía y el Departamento de Energía de los Estados Unidos han apuntado a una previsible escasez de diésel durante la segunda mitad de año motivada por una mayor demanda que oferta. Esta alerta ha tenido su efecto en los mercados mayoristas, que durante el último mes han registrado una subida de la cotización del diésel de un 24%, más del doble de lo que ha subido el barril de petróleo Brent (+11%). La cotización de la gasolina creció en esta misma proporción.
A esta situación hay que sumar la tensión geopolítica en torno al mercado del crudo. Estados Unidos optó por liberar el año pasado cerca de un millón de barriles de petróleo de sus reservas estratégicas cada día para hacer frente a las presiones del mercado derivadas de la invasión rusa de Ucrania. Esta decisión dejó los inventarios estadounidenses de gasolina y gasóleo en niveles mínimos desde los años ochenta.
EE.UU. pretendía rellenar sus inventarios cuando su crudo de referencia, el West Texas, volviera a situarse en un rango de entre 67 y 72 dólares por barril, pero sus adversarios habituales no están dispuestos a permitirlo. Rusia y sus aliados dentro de la OPEP+, como Arabia Saudí, han ido recortando progresivamente la producción hasta fijar un precio mínimo de 75 dólares por barril, una operación que dificulta a Estados Unidos que pueda llevar a cabo el llenado de sus reservas.
Se esperan subidas para las próximas semanas
Toda esta situación ha elevado los precios del carburante en las gasolineras en torno a un 5% desde principios de julio, aumento que podría continuar en las próximas semanas, según apunta Nacho Rabadán, presidente de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES).
La Asociación de Operadores Petrolíferos, que representa a las grandes petroleras, se muestra más cautelosa a la espera de que este aumento de la demanda se consolide: "China está dando muestras de debilidad en el crecimiento económico y hay dudas sobre algunos países europeos, habrá que ver si la demanda tira más que la oferta", explican desde la entidad.
Ante estas subidas, los consumidores buscan fórmulas para mitigar el impacto en sus bolsillos, optando por soluciones como las estaciones de servicio 'low cost', que reivindican su negocio aprovechando la coyuntura. Un análisis realizado por la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae) con datos del Ministerio de Transición Ecológica asegura que repostar en estas instalaciones permite a los conductores ahorrar una media de 16 céntimos por litro en el caso de la gasolina y 19 céntimos si se echa diésel.
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