El acuerdo entre el Gobierno y la Comisión Europea para evitar la implantación de peajes en España tiene su contraparte en la promesa de sacar todos los camiones que sea posible de las carreteras españolas para reducir su coste de mantenimiento. El Ejecutivo de Pedro Sánchez, que no dará a conocer el texto definitivo hasta que se firme la adenda al Plan de Recuperación, ha deslizado su intención de promover el transporte de mercancías por ferrocarril como forma de reducir las emisiones a la atmósfera de estos traslados.
Y es que España tiene un serio problema con el movimiento de mercancías: el 95,7% de las toneladas que se mueven por cada kilómetro del territorio nacional lo hacen en camión. Esto contrasta sustancialmente con el resto de países de Europa, donde la cuota de mercado del transporte ferroviario es muy superior al pírrico 4% español. La liberalización del sector, que venía a reducir los costes de este tipo de servicios, no sirvió para aumentar el volumen total de mercancías transportadas, y el operador mayoritario, Renfe Mercancías, languidece con sonadas pérdidas año tras año a la espera de un socio privado que intente reflotar su negocio.
Más de 8.000 millones de inversión
Para tratar de atajar esta situación, y las estampas de decenas de camiones, uno detrás de otro, por las distintas autovías —especialmente algunas muy transitadas como la A-3—, el Ministerio de Transportes ha puesto en marcha una hoja de ruta denominada Mercancías 30 con la que trata de convertir al ferrocarril en el eje del transporte multimodal. El objetivo pasa por pasar del actual 4% a alcanzar el 10% de cuota modal en el año 2030. Al mismo tiempo, la menor presencia de camiones en las carreteras permitiría reducir la contaminación, el ruido, la congestión o los accidentes.
El documento inicial fue presentado a los actores del sector a finales de 2021, quienes lo acogieron con notable éxito. La estrategia contemplaba movilizar 8.442,3 millones de euros en inversiones como nuevas infraestructuras, mejora de terminales, desarrollo de autopistas ferroviarias, digitalización o ayudas para las empresas del sector. Esta cuantía será previsiblemente incrementada visto que las modificaciones incluidas en esta adenda contemplan una serie de medidas para potenciar las mercancías por tren que requieren de aportaciones del Estado.
Según la información adelantada por El País, el borrador de la propuesta que eliminaría la obligatoriedad de implantar peajes incluye el compromiso para desarrollar "un programa de apoyo al transporte ferroviario de mercancías, que incluirá medidas de incentivo al cambio modal de la carretera al ferrocarril y el impulso a la modernización e innovación en el sector del transporte ferroviario", términos similares a la estrategia que ya tiene activa el Ministerio.
Bajar los costes para subir camiones al tren
Otra de las medidas contempla la bonificación de los cánones ferroviarios para los tráficos de mercancías durante un mínimo de cinco años. Estos cánones son las cuantías que los gestores de la red (Adif y Adif AV) cobran por la utilización de las líneas, estaciones, terminales de mercancías y otras instalaciones de su titularidad. Adif, que no da cifras de a cuánto ascienden los ingresos procedentes de los tráficos de mercancías, bonificó los cánones de determinados tráficos de 2022 por valor de 392.000 euros, duplicando la cifra del año anterior (218.000 euros).
El Gobierno también se ha impuesto como obligación el desarrollo de autopistas ferroviarias "en aquellos corredores en los que resulte viable y exista un interés empresarial para su desarrollo". La primera de ellas estará en marcha en 2025 y unirá Algeciras con Zaragoza, permitiendo acceder al interior del país a buena parte de las mercancías que llegan hasta la instalación portuaria situada en el Estrecho de Gibraltar. La línea que une Madrid con el puerto de Valencia también está habilitada para este tipo de tráficos, operando trenes de hasta 750 metros de longitud desde hace varios años, pero sin posibilidad de subir los camiones a los trenes.
Los planes de Adif incluyen desarrollar otras 13 infraestructuras similares, para lo cual hay que dotar a la infraestructura de determinados gálibos y medidas técnicas que permitan subir los contenedores a los vagones. Entre ellas se encuentran la expansión de la autopista ya existente hasta Barcelona, mejoras en las vías que permiten acceder a Portugal o finalizar el Corredor Mediterráneo entre Murcia, Valencia y Barcelona para sacar trenes a Francia.
Papel clave de las nuevas terminales ferroviarias
Otra de las iniciativas que está llamada a revolucionar la logística en España pasa por la puesta en marcha de una red de terminales o nodos intermodales que permitan subir las cargas al tren. Actualmente en marcha, ha supuesto la inyección de más de 150 millones de euros sólo en 2022 a la mejora de terminales en Barcelona (La Llagosta, ya adjudicada, y Can Tunis-ZAL Prat); Valencia (Fuente de San Luis); Madrid (donde Adif ha comprado el Puerto Seco y fusionará su gestión con la terminal de Vicálvaro); Valladolid, Sevilla, Vitoria y Zaragoza.
El resto de actuaciones van encaminadas a mejorar la capacidad de las líneas y de la infraestructura; a lograr una mayor coordinación con los puertos, desde donde parten buena parte de los tráficos que surcan las vías del país; o la creación de una oficina de apoyo y asesoramiento a todos los actores de la cadena. El Gobierno espera que el movimiento de mercancías haya cambiado sustancialmente una vez finalicen las obras de los corredores Mediterráneo y Atlántico, el primero de los cuales está previsto para el año 2030.
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