La nómina de las pensiones crece más del triple que el número de jubilados

El Gobierno deberá abordar durante las pocas semanas que quedan para acabar el año la última fase de la reforma de pensiones, la más difícil y controvertida, y que incluye el aumento del periodo de cálculo, a partir de los 25 años actuales, una medida que podría resultar eficaz para reducir el gasto pero sobre la que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones que dirige José Luis Escrivá ha dado escasas pistas. Casi en paralelo, los pensionistas disfrutarán a partir del próximo enero de un incremento en sus nóminas de al menos un 8,5%, una subida cuestionada por diversos organismos y que deja hipotecado el sistema de cara al futuro, y que sin el Factor de Sostenibilidad y solo con pequeñas modificaciones en el periodo de cálculo, hará difícilmente controlable el gasto.

Hasta un 65% del incremento del gasto en pensiones con respecto al Producto Interior Bruto (PIB) vendrá en 2050 del aumento de las prestaciones de acuerdo al IPC, según destacaba en un reciente informe el Banco de España, y es que estas subidas se consolidarán en los años siguientes, lo que provocará una carga extra muy importante más allá de la entrada de pensionistas de la generación del 'baby boom', con elevadas prestaciones generadas por sueldos altos y largas carreras de cotización. La futura situación ya tiene un anticipo, incluso con una inflación mínima, en la última década, con incrementos importantes en las pagas de los pensionistas por diferentes complementos y por la 'pequeña' revalorización de las pensiones.

Así, mientras el número de jubilados de todos los regímenes ha pasado de 5,34 millones en septiembre de 2012, en 2022 suman ya 6,26 millones, un 17% más. Mientras, la nómina de sus pensiones ha pasado de poco más de 5.000 millones a 7.871 millones en septiembre de este año, último dato disponible; un 55% más. Por su parte, el número de jubilados del Régimen General han aumentado un 31%, frente a un 65% que lo han hechos sus 14 pagas. Incluidas todas las pensiones -incapacidad, viudedad, jubilación-, la factura mensual alcanza los 10.867 millones frente a los 7.444 de hace una década, un incremento del 46% que contrasta con el de beneficiarios, de apenas un 11%. 

Cuánto incrementa el gasto la revalorización de las pensiones

El Banco de España estima que cada punto adicional de IPC supone un sobrecoste de 1.800 millones de euros, lo que supondrá el próximo año un gasto extra de 15.300 millones, que además se irá consolidando en los años siguientes. Pese a todo, hasta un tercio de los españoles ve bien una revalorización de las pensiones de acuerdo al Índice de Precios al Consumo (IPC) para garantizar el poder adquisitivo, según una encuesta realizada por KPMG en casi 500 empresas de todos los sectores. Mientras, otro tercio aboga por que el aumento se limite a las pensiones mínimas y no contributivas y limitarlo al resto y, el resto, considera que se deberían imponer topes a las subidas, lo cierto es que el sistema previsto supondrá una enorme carga económica con un contexto en contra. 

Los retos del sistema público de pensiones

El sistema público de pensiones español afrontará en los próximos años un contexto poco favorable derivado del acceso a la jubilación de la generación del 'baby boom', unas tasas de natalidad que no permite el reemplazo y u aumento de la esperanza de vida, que convierte a España en el país más longevo del mundo y que hará que aumente sustancialmente el tiempo durante el que se cobra la pensión. El otro frente son los salarios de los trabajadores y las cotizaciones, necesarias para mantener a los pensionistas. En el segundo trimestre del año el número de empleados activos ascendía a 23,3 millones de personas, de los cuales 20,5 estaban ocupados y 2,9 millones en desempleo, situándose la tasa de desempleo en un 12,48%, todavía demasiado elevada para mantener el sistema.