Plan Anual Normativo

Moncloa enfría la reforma laboral y deja al diálogo social solo 'retoques' en 2020

El Gobierno planea modificar "la estructura, el ámbito temporal y las condiciones de inaplicación de la negociación colectiva", pero congela el grueso de los cambios previstos en el acuerdo de coalición.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta, Carmen Calvo, en el Congreso.
Moncloa enfría la reforma laboral y deja al diálogo social solo 'retoques' en 2020
EP

Moncloa enfría varios grados la reforma laboral prevista por el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz y plasmada en el acuerdo de coalición que firmaron el PSOE y Unidas Podemos. El Plan Anual Normativo de la Administración General del Estado, que recoge las iniciativas legislativas que pretenden ser aprobadas antes de que acabe el año, limita los cambios en la normativa vigente, heredada del Partido Popular, a la "modificación de la estructura, el ámbito temporal y las condiciones de inaplicación de la negociación colectiva". Un enfoque genérico que se articulará en forma de Ley y que, en cualquier caso, se negociará en el ámbito del diálogo social, tal y como avanzó este martes durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo.

Fuentes gubernamentales explican que la intención es recuperar la prioridad aplicativa del convenio sectorial sobre el de empresa y la ultraactividad de los convenios para que no decaigan tras la finalización de su vigencia y hasta la negociación de uno nuevo, así como revisar los mecanismos de inaplicación de los convenios colectivos, limitándolos al descuelgue salarial por causas económicas graves. Estos tres aspectos estaban incluidos en el acuerdo de coalición, pero en aquel documento se contemplaban otros muchos como la derogación del despido por absentismo (anterior a la reforma de 2012 y que ya se eliminó en febrero), la limitación de la subcontratación o de la capacidad de modificación unilateral de las condiciones del contrato por parte de la empresa.

Desde Unidas Podemos aseguran que en esta "primera fase de derogación de la reforma laboral" también se van a abordar "los mecanismos de contratación y subcontratación empresarial". No se descarta, por tanto, que esta cuestión aparezca reflejada en el Plan Anual Normativo que el Gobierno dará a conocer a través del portal de transparencia en los próximos días. Si bien Calvo evitó ayer hacer cualquier referencia no solo a la subcontratación, sino a la "derogación de la reforma laboral" y se pronunció en términos de "creación de empleo de calidad" a través de los cambios en las condiciones de la negociación colectiva, de la regulación del teletrabajo y de la protección de "los trabajadores que realizan actividades de distribución a terceros haciendo uso de medios tecnológicos", esto es, los 'riders'.

El asunto de la subcontratación no es baladí. Hay que recordar que la patronal ya se plantó ante esta propuesta de reforma por parte de Trabajo el pasado mes de febrero, por entender que aparejaba graves consecuencias para el tejido productivo y el empleo al hacer "inviable" la supervivencia de muchas empresas. Ahora, fuentes de la CEOE adelantan que, si bien estarían dispuestos a tratar en las mesas con el Gobierno y los sindicatos cuestiones relacionadas con la negociación colectiva, como la prevalencia de los convenios de sector o la ultraactividad, las intenciones de la ministra Díaz en materia de subcontratación "inquietan y preocupan", por lo que de llevarse este tema al diálogo social auguran una "batalla importante".

La patronal vela armas

En cualquier caso, los empresarios ya velan armas. En la patronal desconocían que el Consejo de Ministros de este martes iba a tratar, aunque fuera de refilón, la cuestión de la reforma laboral. El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, criticaba anoche en una entrevista radiofónica que anuncios como este "hacen mucho daño a la economía" y provocan una "hecatombe en la confianza" y una "inseguridad jurídica enorme" en un "momento tan delicado" como el actual. Garamendi llegaba a hablar de  "irresponsabilidad tremenda por parte del Ministerio de Trabajo", aunque se mostraba dispuesto a "arrimar el hombro" en lo necesario para salir de la crisis actual. Derogar la reforma laboral, a su juicio, no va en esta dirección, según han manifestado desde Bruselas al FMI o la OCDE, recordaba.

No es la primera vez que a la CEOE le pilla por sorpresa un anuncio de este tipo. En pleno estado de alarma se conoció que los socios del Gobierno habían pactado con EH-Bildu la derogación completa y urgente de la reforma del PP, un movimiento político que hizo levantarse de la mesa a los empresarios. El propio Pedro Sánchez tuvo que matizar que cualquier modificación sería previamente tratada con los agentes sociales para calmar a los empresarios, pero fue la postura de la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, la que les hizo volver a sentarse días después.

Calviño fue tajante al afirmar que, en plena crisis económica causada por el coronavirus, no es el momento de abordar la derogación de la reforma laboral. "Con esta realidad sobre la mesa sería absurdo y contraproducente abrir un debate de esta naturaleza y generar la más mínima inseguridad jurídica en este momento", zanjó, no sin añadir que cualquier cambio debía dirigirse a impulsar el empleo y sería tratado en el diálogo social. Ahora, fuentes de su departamento aseguran que la vicepresidenta nunca se ha opuesto a tratar temas "como la regulación de los ERTE, el teletrabajo o el mundo de los riders...", enfriando aún más las posibilidades de llevar a cabo una modificación de la legislación actual en sentido amplio.

Hace ya tiempo que el Gobierno asumió que la reforma laboral no podía derogarse por completo y pasó a hablar de modificar sus "aspectos más lesivos", si bien esos cambios se están postergando más de lo previsto, en parte por la crisis sanitaria. Los sindicatos han elevado la presión para que la legislación se modifique con urgencia, pero en base al Plan Normativo que se acaba de aprobar, los grandes cambios no llegarán pronto. Además del embrollo de la subcontratación y de la limitación de la capacidad de modificación unilateral de las condiciones del contrato por parte de la empresa, que supondrán un choque frontal con la CEOE, el acuerdo de coalición también contemplaba cambios en materia de simplificación de los tipos de contratos, refuerzo de la causalidad en la contratación temporal y del control en los contratos a tiempo parcial, revisión de las causas del despido... Todo ello, por ahora, tendrá que esperar.

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