La privatización de la petrolera estatal YPF ya no está incluida en las amplias reformas que el presidente Javier Milei intenta que apruebe el Congreso argentino, según un resumen de la legislación difundido el lunes por funcionarios del Gobierno. Dentro del amplio plan de privatizaciones que prometió el ultraliberal, también se ha conocido este lunes que creará un sistema mixto para otras entidades como el Banco Nación, que contará con una privatización parcial.
Inicialmente, Milei había contemplado la privatización de hasta 41 empresas públicas. Sin embargo, con el fin de lograr la aprobación de su ley ómnibus, el Ejecutivo ha mandado un nuevo texto al Congreso con estas modificaciones. La eliminación de YPF o los cambios para Banco Nación han sido interpretados como concesiones a distintos grupos políticos, con el fin de lograr el respaldo de la Cámara de Diputados en los próximos días.
Otras importantes compañías nacionales de Argentina como Operadora Ferroviaria o Aerolíneas Argentinas se mantienen en la lista de empresas públicas que serán privatizadas. Mientras, al grupo de Banco Nación se unen Nucleoeléctrica y Arsat.
Bloomberg destaca que, para complicar las cosas sobre el caso YPF, a principios de este año un tribunal de EEUU ordenó a Argentina pagar unos 16.000 millones de dólares por las chapuzas técnicas cometidas durante la nacionalización. Un juez estadounidense dictaminó el 11 de enero que los inversores que pretendan cobrar la sentencia pueden empezar a ir tras los activos de YPF.
Banco Nación
Los nuevos planes del Ejecutivo para Banco Nación pasarían por crear una sociedad anónima, de tal forma que se podría permitir la entrada de capital sin que necesariamente implique su privatización. El nuevo presidente del banco, Daniel Tillard, es uno de los mayores partidarios de dar este paso. Recientemente, valoró como "central" la transformación de la entidad en sociedad anónima para crecer, alcanzar eficiencia y mejorar la transparencia en la gestión de la entidad.
Por su parte, en una entrevista radiofónica este lunes, Milei ha defendido que el Gobierno no ha cedido nada, sino que ha hecho mejoras, teniendo siempre en cuenta el necesario equilibrio fiscal.
Una decisión que necesita del Legislativo
Puede que haya sido más difícil privatizar YPF que otras empresas, ya que la ley de nacionalización argentina -aprobada en 2012- contiene una cláusula que exige que dos tercios del Congreso aprueben la venta de las acciones del Gobierno, en lugar de una mayoría simple.
Durante la última década, YPF ha canalizado su papel nacionalista para encabezar con éxito el desarrollo de las riquezas de la Patagonia argentina, y lidera los planes de construcción de gasoductos y de exportación de gas natural licuado.
