El crédito hipotecario sigue profundizando su caída. El miedo al euríbor, el índice al que se referencian la mayoría de las hipotecas a tipo variable en España, no solo ha acelerado las amortizaciones de los préstamos, sino también ha provocado el desplome de nueva financiación para adquirir vivienda, hasta tal punto, que las nuevas solicitudes no compensan este repago anticipado de los nuevos créditos.
En mayo, el importe de las nuevas operaciones para adquirir una vivienda y sin contar las renegociaciones, se situó en los 4.736 millones de euros, que, aunque suponga un incremento del 21% respecto a abril (impactado por la Semana Santa) cuando se situó en los 3.913 millones, respecto a mayo de 2022 implica una caída del 19%, debido a que, doce meses antes, el nuevo saldo hipotecario se situó en los 5.857 millones de euros.
En los primeros cinco meses del año, el desplome acumulado de este nuevo crédito ha sido del 22% hasta los 21.070 millones de euros, frente a los 26.983 millones de euros para igual periodo de 2022. Lo cierto es que este descenso no es nada sorprendente. Tanto el Banco de España como las propias entidades financieras han señalado que este ejercicio se produciría un endurecimiento del acceso al crédito por la subida de los tipos de interés, que dejaría fuera a futuros hipotecados que en el pasado no habrían tenido problema.
Precisamente, el euríbor ha mantenido su escalada en el arranque de año a medida que el BCE subía los tipos de interés. El índice cerró junio por encima del 4% y en julio ya marca el 4,10%, un nivel en el que se podría frenar si finalmente el organismo que preside Christine Lagarde vuelve a elevar el precio del dinero en julio hasta el 4,25% y la facilidad de depósito en el 3,75%. En cuanto al tipo de interés TEDR de las nuevas operaciones se situó en mayo en el 3,69%, excluyendo los gastos y comisiones asociados. Este porcentaje es el más elevado desde que arrancó la serie histórica por el supervisor en mayo de 2015, por debajo del índice de referencia.
Caída del saldo vivo hipoterio
Paralelamente a este descenso también se ha producido una caída del saldo vivo hipotecario como consecuencia de unas amortizaciones que van a más. De mayo a abril, este volumen se ha reducido en casi 2.000 millones de euros, manteniendo la tendencia con la que arrancó el año. Las familias prefieren utilizar sus ahorros para repagar sus créditos con el fin de reducir el impacto de la subida de tipos y ante la menor renta disponible por la inflación.
En los primeros cinco meses del año, el saldo total del crédito hipotecario ha descendido en 8.326 millones de euros, frente a los 510.983 millones de euros con los que arrancó el año y se anota ya 6 caídas consecutivas si se tiene en cuenta el descenso ya en diciembre de 2022.
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