El sector apela a la resiliencia

El mar Rojo despierta los fantasmas de la crisis de suministros en la automoción

La industria ya empieza a sufrir los estragos del conflicto geopolítico en forma de paros de producción en importantes fábricas del sector y teme que los problemas se agraven a medida que perduren las tensiones.

Fabrica de Michelín
El mar Rojo despierta los fantasmas de la crisis de suministros en la automoción
Michelin

La escalada de tensiones en el mar Rojo ha despertado los fantasmas de la crisis de suministros desatada por la pandemia que atascó el comercio mundial. Los ataques de las milicias hutíes de Yemen contra el tráfico marítimo han obligado a las principales navieras a cancelar su tránsito por un enclave tan estratégico como el Canal de Suez donde circula alrededor del 12% de las mercancías a nivel mundial. Este golpe de timón para rodear el sur del continente africano como ruta alternativa alarga cerca de 10 días la duración de sus travesías, lo que deriva en demoras de las mercancías y encarece los contenedores, que llegan a triplicar su precio por el mayor consumo de combustible.

A medida que se agrava el conflicto y se reduce la navegación de los buques comerciales -un 30% en lo que va de enero-, los retrasos y el aumento del precio de las mercancías empiezan hacer mella en el tejido industrial. Si bien los principales focos están apuntando hacia el sector textil, otros como la automoción ya empiezan a sufrir los estragos del conflicto geopolítico en forma de paros de producción en importantes fábricas de la industria.

Hasta ahora, la intensidad de los problemas de suministro no es comparable con el último precedente que desestabilizó el comercio mundial, pero fuentes del sector anticipan que la magnitud de los problemas irá 'in crescendo' a medida que el conflicto se alargue en el tiempo. No obstante, las mismas fuentes apelan a la resiliencia de la automoción española, que ha demostrado su fortaleza ante las últimas crisis de abastecimiento.

Problemas de abastecimiento

En España, empresas como Michelín se han visto obligadas a realizar paros de producción en sus cuatro fábricas ubicadas en Lasarte, Vitoria, Aranda de Duero y Valladolid por problemas de abastecimiento de caucho, materia clave de la fabricación de las cubiertas, derivados del mencionado conflicto. La multinacional gala interrumpió parte de su producción el pasado 13 y 14 de enero y la situación volverá a repetirse este fin de semana. En el caso de la planta vitoriana, fuentes sindicales cifran en 674 los trabajadores que se verán afectados por los paros y señalan a este medio que la empresa no les ha comunicado por el momento nuevas desactivaciones de turnos de producción.

Más allá de las fronteras españolas, el dolor de cabeza ha llegado hasta Elon Musk. Su compañía de vehículos eléctricos, Tesla, congelará la mayor parte de su producción en su planta alemana de Grünheide, cerca de Berlín, desde el 29 de enero hasta el 11 de febrero. En un comunicado, la empresa razona su decisión en "las brechas de las cadenas de suministro" ocasionadas por "tiempos de transporte significativamente más largos", pero no entra en detalle sobre los componentes que no están llegando a tiempo. Su interrupción cobra más importancia si tenemos en cuenta que esta fábrica produce el Tesla Model Y, también conocido como el coche eléctrico más vendido en España con 6.833 matriculaciones registradas en 2023.

Tesla no es la única que echará el candado. La sueca Volvo ha dejado de ensamblar vehículos durante tres días por falta de suministro en sus cajas de cambio en la planta belga de Gante, hogar del XC40 y C40. La compañía se ha mostrado cauta y no espera problemas de abastecimiento en su sede de Gotemburgo (Suecia), pero sí enfatiza la importancia de abordar la situación con prontitud para evitar mayores contratiempos en la cadena de suministro.

Ante esta coyuntura, conglomerados como Stellantis han ideado un 'plan de escape'. El grupo que engloba marcas como Fiat, Opel, Citröen o Peugeot, entre otras, está recurriendo a aviones de carga para trasvasar sus mercancías y evitar la vía marítima. "Para contrarrestar el alargamiento de los plazos de entrega de algunos buques desviados, Stellantis ha adoptado el uso de un número limitado de envíos en aviones de carga", explicaba la compañía en un comunicado recientemente. 

Mostrar comentarios