Gran incertidumbre por la guerra

La letra pequeña del boom inmobiliario: el miedo al Euríbor dispara las compras

El sector achaca parte de la demanda tan activa  a un adelanto de las adquisiciones de vivienda, así como por la situación de volatilidad que empuja a muchos inversores a ver los inmuebles como un activo refugio. 

Vivienda, hipotecas
La letra pequeña del boom inmobiliario: el miedo al Euríbor dispara las compras. 
Pixabay

El mercado inmobiliario está en plena ebullición. Con un nuevo récord de compraventa de viviendas durante el mes de marzo, hasta rozar las 60.000 operaciones, algo inédito desde enero de 2008, el sector acapara todas las miradas ante cualquier mínimo indicio que avive la llama de la anterior crisis económica. Sin embargo, más allá de la demanda embalsada fruto de los confinamientos forzosos, la explosión de actividad que se registra desde principios de 2022 obedece a factores como la precaución, de cara al encarecimiento de las hipotecas ante la inminente subida de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE).

El chollo del dinero barato ha comenzado a disiparse en sintonía con la escalada de precios, ante lo que muchos consumidores han optado por acelerar sus planes de inversión en el ladrillo en vistas a la ofensiva de los bancos a elevar los tipos de interés fijos y el paso del Euríbor a doce meses al verde. Entre el lunes y el jueves de esta semana el índice de referencia para los préstamos de una vivienda en España ha pasado del 0,2% al 0,34%, su cifra más alta desde inicios de 2015. “Los usuarios han decidido adelantar la compra ante el cambio del Euríbor a positivo y se están acumulando a principios de año”, precisa a La Información el director de Estudios de pisos.com, Ferran Font.

El motivo de esta “demanda tan activa” también descansa en factores como la guerra en Ucrania, que ha acentuado las tensiones inflacionistas de los últimos meses, y ante la que los ahorradores ven este mercado como un activo refugio. Cabe destacar que en España, tradicionalmente los inmuebles han sido la inversión por excelencia, comportamiento que se ha podido acentuar en una situación de volatilidad como la actual y ante la falta de rentabilidad de algunos productos financieros con el interés en negativo. Desde pisos.com estiman que este segmento representa alrededor del 20% de las compras totales.

Portales inmobiliarios como Fotocasa admiten que nunca antes habían tenido un nivel usuarios tan alto interactuando en su página web ni habían percibido cifras de participación tan altas como las de 2021, lo que constata que el interés por adquirir un inmueble se encuentra en máximos de la década. “Percibimos que los pequeños particulares españoles son quienes se están atreviendo a poner el foco en el inmobiliario frente a la incertidumbre y ven la vivienda como algo seguro ante momentos de inseguridad o indecisión”, explica a este medio la directora de Estudios y Portavoz de Fotocasa, María Matos, quien pone en valor el rendimiento de este producto, que estima en torno a un 6,5%.

“Es muy positivo que continúe aumentando la actividad del mercado y esto supone que los ciudadanos le dan mucho valor a la vivienda. Aunque lo más significativo, es que aún con la demanda en máximos, el crecimiento del precio -al menos en segunda mano- se mantiene contenido”, añade Matos. Sin embargo, la experta advierte que los citados factores representan un arma de doble filo y, precisamente, será el repunte del IPC, que en abril alcanzó el 8,3%, el motivo por el que el comportamiento que registra el mercado inmobiliario se moderará durante la segunda parte del año.

Coinciden en esta previsión los analistas de Bankinter, que en su último informe sectorial ya contemplan un enfriamiento del mercado de la vivienda para este 2022 y el próximo 2023 tanto en precio como en volumen de transacciones por los mayores costes de financiación y las menores tasas de ahorro. En este sentido, destaca la edificación de obra nueva, que prevén que se estabilice sobre las 100.000 unidades “para satisfacer el déficit de oferta de los últimos” ejercicios y con un aterrizaje suave del precio, con una ligera previsión de aumento del 1%. 

El pronóstico viene a explicar por qué el segmento nuevo ha crecido un 15%, máximos de 2014, frente al usado, que marca récord de los últimos quince años. Hay que tener en cuenta que la construcción no atraviesa su mejor momento, ya que la escasez de suministros y el encarecimiento de las materias primas ha golpeado las cuentas de las compañías que operan en el sector, en especial, las más pequeñas, que se ven “asfixiadas”, tal y como admite el secretario general de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), Mariano Sanz. Problema que llevan sufriendo desde octubre de 2020. 

Esta situación conduce a un retraso en la obra nueva, sobre todo, en aquellos casos en los que las empresas no pueden repercutir en los compradores los sobrecostes como el incremento de la factura eléctrica. Por el momento, desde el BdE han hecho un llamamiento a la prudencia y destacan que los desequilibrios inmobiliarios en el área del euro representan una fuente potencial de riesgo para el sector bancario español por la posible transmisión de sus efectos, pero sin saltar la voz de alarma. Los fantasmas de 2008 siguen muy presentes en los análisis económicos.

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