Ventajas financieras en la jubilación

Las ventajas fiscales de los jubilados: descuentos e impuestos que ya no pagan

La reducción del IBI, o la exención de pagar impuestos por la venta de una vivienda son algunas de las ventajas fiscales de las que disfrutan los jubilados.

Tres jubilados.
Tres jubilados.
Imagen de Freepik.

Tras una vida pagando impuestos, cuando llega la jubilación los mayores de 65 cuentan con una serie de exenciones y descuentos. Para empezar, los jubilados que reciban la pensión mínima no deben dar cuentas a Hacienda, ya que no llegan al límite de 22.000 euros que obliga a presentar la declaración de la Renta. Tampoco lo deberán hacer los que reciban la pensión media. En diciembre, su cuantía se situó en 1.170,26 euros, lo que en 14 pagas suponen algo más de 16.000 euros anuales y por lo tanto tampoco implica la obligación de presentarla. Eso sí, siempre que se tenga un solo pagador.

Muchos jubilados cuentan con otros ingresos como planes de pensiones privados, pensiones compensatorias, u otro tipo de rentas que suponen sumar un pagador más a la ecuación e implican reducir el límite de 22.000 euros a 14.000 euros.

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que, pese a no tener obligación de presentar la declaración, en caso de no hacerlo, el contribuyente pierde su derecho a reclamar las deducciones, reducciones o a recibir una devolución. Las pensiones, al igual que ocurre con las nóminas de los trabajadores, están sujetas a retenciones y la declaración sirve para ajustar esas retenciones. De no presentar la declaración o aprobar el borrador ese ajuste, que muchas veces implica una devolución, se pierde automáticamente.

Vivienda

Uno de los grandes beneficios fiscales para los jubilados reside en torno a la vivienda. Por una parte, muchos ayuntamientos ofrecen para este colectivo pagar una menor tasa de IBI. En concreto, lo más normal es que el descuento sea del 50%, aunque hay casos, como en Barcelona, que asciende al 75%, aunque con un límite de 300 euros.

En relación a la vivienda, otro de los beneficios si se tienen más de 65 años es la exención del impuesto por la venta de vivienda habitual. De no estar jubilado, según recoge Finect los tipos a los que hay que hacer frente en 2021 si se obtienen beneficios por la venta de una vivienda son del 19% hasta los 6.000 euros, del 21%, entre los 6.000 y los 200.000, y del 26% si se gana más de 200.000 euros. 

Eso sí, si se compra una nueva vivienda habitual en menos de dos años el tipo impositivo quedará a cero. Por ello, si se está próximo a la jubilación y se pretende monetizar la vivienda como una segunda pensión, siempre que se pueda, resulta conveniente aplazar la venta. Es más, si existe más de un propietario conviene que ambos tengan cumplidos los 65, ya que de lo contrario solo quedará exenta la parte que corresponda al mayor de 65.

Rentas vitalicias

Al llegar a la edad de jubilación también se puede disfrutar de otras ventajas fiscales por la venta de activos. Así, los ingresos obtenidos por la transmisión de un activo, ya sea una vivienda –aunque no sea habitual-, acciones, fondos o un negocio quedan libres de impuestos, siempre y cuando se reinviertan en la constitución de una renta vitalicia. Por otra parte, su constitución debe realizarse antes de seis meses tras la venta y el máximo exento es de 240.000, la cuantía que supere esa cifra si estará sujeta a impuestos.

Hay que tener en cuenta que si se deberán pagar impuestos de lo que se perciba de la renta vitalicia. Eso sí, a mayor edad menor gravamen. A los 50, por ejemplo, el impuesto a pagar por la renta percibida es del 28%, del 24% a los 60, a partir de los 66 queda en el 20%, y al cumplir los 70 se reduce hasta el 8%.

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