El mayor banco de Estados Unidos por activos, JP Morgan Chase cerraba el primer trimestre del año con un beneficio neto de 12.622 millones de dólares (11.448 millones de euros), lo que se refiere a un incremento del 52,4% si lo comparamos con las ganancias del mismo periodo de 2022, a pesar de las turbulencias financieras que sacudieron a la banca estadounidense el pasado mes de marzo, según ha informado este viernes.
Desde EE.UU la situación bancaria actual que muestran los resultados de la entidad dirigida por Jamie Dimon reflejan el impacto de las subidas de los tipos de interés, con un crecimiento del 49% de los ingresos por intereses, hasta 20.800 millones de dólares (18.865 millones de euros) en el trimestre.
En este sentido, JPMorgan espera concluir el próximo ejercicio con ingresos por intereses netos de alrededor de 81.000 millones de dólares (73.465 millones de euros), lo que supondría un aumento anual de más del 21% si lo comparamos con los últimos resultados.
En EE.UU cuentan con una economía con "bases saludables"
En total, los ingresos netos del banco estadounidense entre enero y marzo sumaron 38.349 millones de dólares (34.782 millones de euros), un 24,8% por encima de lo logrado en el primer trimestre de 2022. Sin embargo, el banco está ampliando su colchón de cara al futuro. Las provisiones para hacer frente a posibles impagos de su cartera de crédito alcanzaron los 2.275 millones de dólares (2.063 millones de euros). Esto supone un incremento del 55,5% respecto del mismo periodo del año pasado.
Al cierre del primer trimestre, la ratio de capital básico de máxima calidad CET1 de JPMorgan Chase era del 13,8%, seis décimas más que en el trimestre precedente. De su lado, la rentabilidad financiera (RoE) aumentó al 18% desde el 13% del primer trimestre de 2022.
"Nuestros años de inversión e innovación, un marco de control y riesgo vigilante y un balance sólido nos permitieron producir estos rendimientos y también actuar como un pilar de fortaleza en el sistema bancario y respaldar a nuestros clientes durante un período de mayor volatilidad e incertidumbre", declaró el presidente y consejero delegado de JPMorgan, Jamie Dimon.
En su análisis, el veterano banquero subrayó que la economía estadounidense sigue contando con "bases generalmente saludables", aunque reconoció que las "nubes de tormenta" permanecen en el horizonte y las turbulencias bancarias se suman a estos riesgos.
No obstante, Dimon, el único banquero que se mantiene a frente de una de las grandes entidades mundiales desde la Gran Crisis Financiera, subrayó que la situación bancaria actual "es diferente a la de 2008", ya que ha involucrado a muchos menos actores financieros y son menos los problemas que deben resolverse.
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