Presidente de la Cámara de Comercio de España

José Luis Bonet: "Soy optimista. Hay ánimo en los empresarios para invertir"

El empresario español destaca la oportunidad que representan los fondos europeos para la transformación del tejido corporativo español en su digitalización, internalización y búsqueda de la sostenibilidad. 

José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio de España.
José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio de España.
La Información

José Luis Bonet (Barcelona, 1941) ostenta la presidencia de la Cámara de Comercio de España por tercer mandato consecutivo, un puesto al que llegó en 2014 y para el que fue reelegido en 2019. El catalán ha desarrollado una extensa carrera empresarial y está al frente de Freixenet desde 1999. Además, es doctor en Derecho por la Universidad de Barcelona, en la que también se ha desarrollado como profesor de Economía Política y Hacienda Pública. Bonet es un firme defensor del emprendimiento y de España, como un estado de autonomías que caminan en una misma dirección. 

Pregunta: Estamos en un año electoral en el que parecía que la economía iba a acaparar el debate en las elecciones municipales y generales, pero en la agenda han entrado otros temas, el deterioro de las instituciones, la sanidad, la ley del ‘solo sí es sí’… ¿De qué vamos a hablar en la campaña electoral?

Respuesta: Se va a hablar de todo, pero fundamentalmente de economía, aunque también de política. Hay temas que sobrevuelan el debate, como la cuestión de la lealtad de las autonomías. Yo soy muy partidario del sistema de comunidades autónomas siempre que estas sean leales, cuando no lo son tenemos problemas que pueden tener una influencia negativa en la marcha de la propia región y de España. En el caso de Cataluña es evidente que no va a colapsar, la potencia de esta comunidad es monumental, pero su economía ha perdido fuelle y liderazgo en la del conjunto del país. Y esto debe recuperarse a partir de la normalización de la vida política y económica de Cataluña, para el beneficio de este territorio y de España.

P: Venimos de un año marcado por la inflación, la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos y las demandas de subidas salariales. ¿Puede ser la economía lo que decante el voto del ciudadano?

R: Sí, pero está muy relacionado con el tema propiamente político. Yo he vivido la evolución que ha experimentado España en los últimos 60 años y sobre todo, desde la Transición y la Constitución del 78 que consagró un modelo de economía social de mercado y otra serie de principios como el Estado del Bienestar. El salto que ha dado el país desde entonces ha sido monumental, primero porque los españoles tenemos capacidad y segundo, porque este marco nos lo ha permitido con elementos extraordinarios como la ayuda de Europa. Lo vimos en la pandemia. Si bien en 2008 Europa estuvo en otra onda, equivocadamente, ahora no, ha acertado, va por buen camino y para España esto ha sido clave, como la llegada de los fondos Next Generation.

P: El papel de los empresarios ha sido fundamental en este proceso...

R: El papel de los empresarios es clave en el sistema. Está basado en la empresa y no quiero decir en el empresario, también en sus colaboradores, los ‘stakeholders’ y los trabajadores, en el conjunto. Escuchamos a personas que hacen críticas extrañas a este sistema, pero es lo que ha dado resultado, por eso defiendo el emprendimiento. Al inicio de mi tercer mandato al frente la Cámara de Comercio de España, en 2019, tuve la oportunidad de transmitirle al Rey Felipe las líneas que íbamos a seguir. Le dije vamos a por la formación, vamos a por la sostenibilidad, vamos a por la internacionalización de las empresas y de la economía en general y a por el emprendimiento. 

Los fondos Next Generation cubrieron los primeros, por lo que yo destaqué la importancia de centrarnos en la internalización y el emprendimiento, porque los grandes países de Europa (Francia, Alemania…) ya lo tienen hecho, pero España está en el camino. El año pasado hubo un importante crecimiento de la exportación, ante el escenario de la guerra el ganador es Estados Unidos que vende el gas un 40% más caro. ¿Quién puede aguantar esto en Europa? España por su sector exterior. Las exportaciones crecen con una cierta revisión de precios por la inflación, con lo cual compensa de alguna manera ese coste que eleva EEUU. Además, España cuenta con lo que yo denomino el petróleo de nuestra economía, el turismo extranjero.

"Hay ánimo resiliente de los empresarios, de adaptarse a la situación, han llegado a la convicción de que deben transformarse y si no, se quedan fuera".

P: ¿Cuáles son sus perspectivas económicas para este año? ¿Es optimista y descarta la recesión?

R: Soy optimista en la discusión sobre la coyuntura actual. El año pasado se temía la recesión y siempre me decían que me iba a equivocar, pero ya en abril me guie por el ánimo de los empresarios del sector alimentario, que después se reflejó a nivel general en la encuesta que hacemos cada año. Hay ánimo resiliente de los empresarios, de adaptarse a la situación, han llegado a la convicción de que deben transformarse y si no, se quedan fuera. Y para mí, después de la estabilidad de España como país seguro, este es el factor más importante. Los empresarios están dispuestos a arriesgarse. Y las empresas, que en su mayoría son negocios familiares en los que se está dando una transición generacional, son conscientes de la importancia de la digitalización. La pandemia ha sido disruptiva y no hay institución o empresa que pueda seguir como antes, o se transforma, o está acabada.

P: Los fondos europeos representan una oportunidad para las pequeñas y medianas empresas para llevar a cabo este proceso, pero también se habla de que estos no llegan a la economía real. ¿Se está dando un atasco en las autonomías en la distribución de las transferencias?

R: Recuerdo que al principio de la pandemia yo clamaba diciendo “se necesita un Plan Marshall” y lo han sido en versión mejorada los fondos Next Generation. Es una oportunidad que hay que aprovechar sí o sí. Europa ha autorizado la tercera transferencia de 6.000 millones, si no viese que se está cumpliendo no lo habría hecho. La Cámara está colaborando mucho en el Kit Digital que es vital para cambiar la economía española. Al inicio se hablaba de que si se apuntaban 40.000 empresas sería un éxito, hoy son más de 77.000 y no lo han hecho por la subvención que reciben, sino que han visto la oportunidad de llevar a cabo este cambio. Este proyecto está avanzado, tiene buena pinta, pero yo advertiría de que las empresas pequeñas no se acaban en los 50 trabajadores.

José Luis Bonet, minutos antes de la enrevista con La Información.
José Luis Bonet, minutos antes de la entrevista con La Información.

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En España hay 85 cámaras de Comercio que cuentan con una oficina Acelera Pymes y les ayuda en este proceso porque solas no lo hacen. La solución pasa por las cuatro ‘a’: aglutinar, ayudar, acompañar y alianza. En este proyecto hay una alianza muy positiva entre Red.es y la Cámara de Comercio de España, yo creo en la cooperación público-privada, cuando empecé a hablar de ello en los 90 me miraban raro, pero o vamos juntos o no hacemos nada.

P: Parte de esa cooperación es el ansiado pacto de rentas, que parece cada vez más difícil de cerrar.

R: Ojalá lo hubiera. Si no hay consenso, también podemos funcionar combinando esfuerzos públicos y privados y con cooperación interna de la empresa. He vivido en mi propia experiencia las tensiones que se producen en las empresas cuando cada uno mira por lo suyo, es lógico, pero como resultado ha habido un entendimiento clarísimo. Puede que haya algún caso excepcional o activismo en la calle que lanza denuncias, pero lo que me importa es que el empresario tenga a sus trabajadores con él y al revés. Algunos dicen que hay lucha de clases, pero en las empresas lo que prima es el entendimiento.

"Cuando empecé a hablar de la colaboración público-privada me miraban raro, pero o vamos juntos o no hacemos nada".

P: En los últimos días se ha debatido en el Congreso la indemnización por despido injustificado, varias formaciones hablaban de recuperar los 45 días por año trabajado o ampliar los criterios para calcularla.

R: Creo que son desmesuras, los tribunales ya son capaces de juzgar por regla general, hacen su trabajo y lo hacen bien, quizá con lentitud, ese podría ser el defecto y por eso desde la Cámara estamos trabajando en la línea de la mediación. Las empresas compiten y además férreamente, pero pueden colaborar. Los empresarios también tienen un sentido de país que a veces se les niega y además les interesa que haya una cooperación estratégica. En la vida siempre hay el juego cooperación-conflicto, no la visión marxista de que solo hay lo segundo. Los que defendían esto están en el SXIX.

P: En el último año se han desarrollado tres impuestos específicos a la banca, las energéticas y las grandes fortunas. Se espera una avalancha de recursos que va a llegar hasta el Tribunal Constitucional, ¿qué papel juega esto para la seguridad jurídica del país?

R: Es normal que este proceso se judicialice, son cuestiones extrañas, anomalías que a quién le corresponda debe poner en su sitio. Creo que la máxima debilidad de la política que está siguiendo el Gobierno es en el aspecto recaudatorio, tiene una voracidad, digamos excesiva. Me resulta inexplicable que no hayan deflactado el IRPF con la inflación que hay, está confiscando una parte importante de la renta de la gente y esto no puede ser. Ningún Gobierno lo ha hecho, pero hay ministras que están señalando directamente a los empresarios mientras no piensan cambiar esto.

P: El sector exterior está soportando el crecimiento de la economía y ha superado por primera vez los 43.000 exportadores regulares. ¿Cuál ha sido la evolución en los últimos años? ¿Ha cambiado el perfil del exportador?

R: Al mirar con perspectiva estos datos, la evolución de España en este sentido parece otro milagro. En los años 90 apenas había empresas españolas con posición en el mundo, ahora cuentan con una importante exposición, también en términos de liderazgo. ¿Se ha cumplido la tarea? No, hay potencial y creo que hay que visibilizarlo y apoyarlo. Está muy claro que la internacionalización sigue siendo un objetivo al mismo nivel o por encima de la digitalización, la sostenibilidad, si bien la formación es lo más importante. Soy optimista porque hay razones para ello, contamos con estabilidad, el ánimo de los empresarios, la cooperación público privado y apoyo de las democracias occidentales, en cambio, no hay consenso político ni lo habrá.

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