El presidente electo de Argentina, Javier Milei, planea convocar una sesión extraordinaria del Congreso un día después de su toma de posesión, el 10 de diciembre, porque asegura que Argentina no puede esperar hasta que se retomen las sesiones habituales del Congreso en marzo. Milei afirma que los problemas hay que tratarlos de inmediato con los legisladores, además de expresar la necesidad que tiene Argentina de detener la creciente emisión de dinero que alimenta la inflación.
El principal objetivo de Milei a corto plazo es estabilizar las finanzas públicas y el balance del Banco Central. Una vez haya logrado este objetivo, comenzará a reducir los controles sobre el capital y a unificar los tipos de cambio del país. La transformación será parte de una “terapia de shock” con ajustes fiscales para fortalecer la economía, según ha afirmado, dejando claro que el cierre del Banco Central argentino no se hará de forma inmediata.
El líder de La Libertad Avanza garantiza que, si los mercados cooperan y las tasas de interés se reducen significativamente, se mitigará el impacto de los recortes de gasto que propone su Gobierno. Un hecho de especial importancia en un país donde cuatro de cada diez habitantes viven por debajo del índice de la pobreza.
Primer destino: Estados Unidos
En su primer viaje como presidente electo, Javier Milei se ha dirigido a Estados Unidos para reunirse con funcionarios el Tesoro, la Casa Blanca y el Fondo Monetario Internacional. En todas las reuniones le acompaña Luis Caputo, exjefe del Banco Central de Argentina y líder de la transición económica de Milei.
El principal objetivo del economista en su visita a Estados Unidos es la refinanciación de los pagos de deuda argentina al FMI, un acuerdo que consideran deteriorado desde su partido. Además de la obligación de deuda argentina, los temas tratados en la reunión con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, han girado en torno a los problemas fiscales, monetarios y cambiarios de Argentina, según ha comunicado Milei.
Las claves de la dolarización
La iniciativa estrella de la legislatura de Javier Milei es reemplazar el peso argentino por el curso legal del dólar americano, con el correspondiente cierre del Banco Central. Desde el núcleo cerrado del líder de ultraderecha aseguran que es la única manera de ayudar a estabilizar la economía, reduciendo la inflación y limitando la capacidad del gobierno de financiar gasto público. El plan de Milei es que se haga de manera progresiva durante los próximos 16 meses y garantiza que empleará todas las herramientas que estén a su disposición para evitar la hiperinflación.
El éxito de la dolarización depende de las reservas de dólares estadounidenses existentes en Argentina. Según los expertos, se necesitarían 40.000 millones de dólares para llevar a cabo el proyecto, y actualmente no se cuenta con ellos. Para hacer frente a las reservas exigidas, Argentina tendría que intercambiar sus deudas en pesos por bonos dolarizados, respaldados con acciones de empresas públicas, como las del Fondo de Garantía de Sustentabilidad que pagan las jubilaciones, entre otros gastos.
La dolarización supondría perder la autonomía por completo de la política monetaria de Argentina, que pasaría a estar sometida a las decisiones monetarias de Estados Unidos. Muchos economistas defienden que la única manera de hacerle frente al problema del peso argentino y estabilizar la economía del país en el largo plazo es deshacerse de él.
Sin embargo, también son muchos los economistas que afirman que la propuesta de Javier Milei no es factible porque el endeudamiento al que se enfrentaría Argentina sería muy alto y la respuesta de crecimiento que tiene que alcanzar para poder cumplir con las deudas sería muy elevada para tan poco tiempo.
