El IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas) es un impuesto que está basado en los principios de generalidad, progresividad y capacidad económica, contando con la principal finalidad de responder al principio establecido por la Constitución Española, en la que se indica que todos los españoles deben contribuir a sostener los gastos públicos, además de tratar de favorecer a las personas que tienen una situación más precaria. Este impuesto es el que se ajusta con la declaración de la Renta en el que se rinden cuentas con Hacienda con los ingresos recibido en un año fiscal.
Este impuesto es de aplicación en todo el territorio nacional, si bien cada comunidad autónoma puede determinar deducciones específicas, lo que puede hacer que se tenga que pagar una menor cantidad en impuestos, no pagar nada e incluso recuperar parte de lo pagado. El IRPF se aplica directamente en la nómina y otras rentas en forma de anticipo a la Agencia Tributaria.
Dentro de las rentas que se gravan por el IRPF se incluyen varios componentes. Por un lado, se encuentran los rendimientos del trabajo, ya sean por cuenta propia o ajena, que son principalmente los salarios, pero también los provenientes de las pensiones. También están los rendimientos del capital, que son aquellos que provienen de bienes inmuebles o ahorros, así como los rendimientos de actividades económicas. De igual forma, también están gravadas las ganancias o pérdidas patrimoniales y las imputaciones de renta.
El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas es el principal tributo del sistema fiscal español, el cual se caracteriza por ser directo y progresivo. Es directo porque se aplica en los ingresos de los contribuyentes, y progresivo porque supone un mayor porcentaje de pago cuanto más se ingresa.
Cómo se calcula la renta a declarar en el IRPF
El IRPF lo pagan las personas físicas residentes en España, considerando como tal a aquellos que viven la mayor parte del tiempo en nuestro país, independientemente de su origen o nacionalidad. Así, las personas españolas residentes en el extranjero, a excepción de algunos casos como los diplomáticos, no tienen que abonar este impuesto, y aquellos extranjeros residentes en España sí que tendrán que pagarlo, aunque no tengan la nacionalidad española.
Para el cálculo de la renta a declarar en el IRPF se estima directamente con la ayuda de documentos, como las nóminas o la contabilidad de los negocios conforme a la ley, así como la información fiscal remitida por parte de las entidades bancarias. Asimismo, hay que tener en cuenta que no se grava toda la renta, sino que se grava la renta una vez deducidos los gastos necesarios para generarla, como sucede con las cotizaciones a la Seguridad Social, que se necesitan para obtener los salarios, pero que no se gravan.
Por último, cabe recordar que este impuesto se adapta a las circunstancias personales y familiares de las personas, por lo que no todo el mundo lo paga por igual. Al realizar la declaración de la Renta anual se ajustan los datos del contribuyente. En función de lo que se ha ingresado y los impuestos que ya se han retenido de la nómina, el resultado será a devolver o a pagar. Para ello es importante descargarse previamente el borrador de la Renta para revisar que los datos son correctos y proceder después a
