Brecha de formación continua

La inteligencia artificial amenaza a los trabajos que exigen menos cualificación

El uso de la IA en el ámbito del trabajo está cada vez más extendido y puede jugar una función complementaria al desempeño de muchos trabajadores, pero la OCDE alerta de que podría llegar a sustituir a los menos formados.

Yolanda Díaz
La inteligencia artificial es una amenaza para los trabajos de menor cualificación. 
Europa Press

Más de un centenar de personas del ámbito del Trabajo -ministros, secretarios de Estado, interlocutores sociales y representantes de la OCDE y la OIT- se dieron cita esta semana en Santiago de Compostela para abordar los retos del futuro de trabajo. España, en el marco de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, puso el acento en el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) y sus implicaciones para las relaciones laborales, debido a que su presencia va en incremento y comienza a preocupar a los trabajadores. "Tres de cada cinco trabajadores están preocupados por el futuro porque ven que la tecnología sí que podría acabar sustituyéndoles" apuntó el el director de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales de la OCDE, Stefano Scarpetta, en uno de los paneles del evento, en referencia a un sondeo de 2022.

Sin embargo, el representante del 'think than' de las principales economías hizo referencia a una paradoja por la que los empleos que deberían estar más expuestos a esta tecnología no son los que más riesgo corren de ser sustituidos por ella. "Los trabajos más expuestos a la IA son los que tienen cualificaciones medias y altas", sostuvo. Si bien matizó que en estos últimos la IA operaba como un complemento al desempeño de las personas más formadas, lo que no sucede en los cargos que demandan una escasa o nula cualificación. "El riesgo de sustitución se da sobre todo en los trabajadores menos cualificados", sentenció Scarpertta en el foro internacional, que hizo referencia a los trabajos que solían ser desempeñados por personas jóvenes mientras estudiaban y han desaparecido por la IA.

El comisario europeo de Empleo y Derechos Sociales, Nicolas Schmitt, reconoció al inició del debate los esfuerzos que está llevando a cabo la OCDE para aportar información sobre el desarrollo y la implementación de los algoritmos en el ámbito laboral. En 2022 -en pleno surgimiento de la inteligencia artificial generativa- entrevistaron a más de 2.000 empresas y 3.000 trabajadores para conocer sus impresiones. Los resultaros mostraron que menos de un 10% de las compañías habían incorporado esta tecnología, aunque en el caso de las más grandes este grupo ascendía a un tercio. En este mismo sondeo, tres de cada cinco trabajadores confesaron estar preocupados por si esta tecnología podía dejarles sin empleo, pero también hicieron referencia a retornos positivos. 

Tres de cada cuatro profesionales reportaron que el uso de IA había mejorado la calidad de su trabajo, su rendimiento, pero también su disfrute, dado que esta tecnología asumía las actividades más "tediosas" lo que les permitía dedicarse a actividades más interesante. Además, habían notado mejoras en sus salud física y mental por esta mejora de sus dinámicas de trabajo, según compartió Scarpetta. Mientras del lado de los empresarios estos no solo aludieron motivos económicos para agilizar procesos o incluso sustituir antiguos puestos de trabajo -que también-, sino que señalaron entre los motivos que les habían llevado a introducirla la falta de trabajadores no cualificados. 

El responsable de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales de la OCDE reconoció en el foro celebrado en Galicia que actualmente hay evidencia variada sobre la capacidad de la Inteligencia Artificial para sustituir trabajadores, no obstante, llamó a los responsables políticos y a los agentes sociales a apostar por la formación no solo en competencias digitales, sino en aquellas habilidades que por el momento la IA no puede suplir. "Necesitamos a personas con competencias complementarias a la IA, competencias humanas, cognitivas, socioemocionales, la competencia de discriminar lo que está bien de lo que está mal, el pensamiento crítico", algo que defendió tiene que partir de la educación obligatoria pero ha de estar presente en la formación continua. 

La tarea pendiente: la formación continua

El panel de expertos y autoridades en el marco del Trabajo coincidieron en señalar que la formación continua era la principal herramienta que debía usar Europa para responder a los retos que se habían dibujado a lo largo de la conferencia, no solo el gobierno de los algoritmos, sino también la democracia en el trabajo y la transición digital verde. Actualmente, los trabajadores de los sectores más punteros que por lo general son los que tienen estudios más elevados son los que tienen la oportunidad se seguir formándose y adquirir nuevas habilidades, mientras que los empleados con estudios más básicos que trabajan en puestos no cualificados no, lo que ha dado lugar a una importante brecha que en opinión de los responsables políticos debe revertirse para que la transición digital no de lugar a "trabajadores de primera y de segunda". 

Precisamente, estos procesos de 'upskilling' -nuevas competencias- y 'reskilling'-reciclaje profesional- serán claves para conseguir que el trabajo de las personas sea complementario, en lugar de desaparecer. Portugal es uno de los países que más énfasis ha puesto en esta cuestión, como expuso la ministra de Trabajo, Solidaridad y Seguridad Social, Ana Mendes Godinho. Pero deben ir de la mano de una normativa que garantice que los trabajadores tengan constancia de que se usa esta tecnología y para qué fines, como se trata de reflejar en la directiva de plataformas digitales que se encuentra en punto muerto por las discrepancias entre los países que piden más flexibilidad y los que demandan más ambición, grupo que encabeza a España tras aprobar la 'ley rider'.

Esta transmisión de información a los representantes de los trabajadores -que ya se recoge en la norma española- no solo es importante como derecho legítimo de los trabajadores, sino que según los datos de la OCDE es clave en términos de productividad. "Los trabajadores eran conscientes del uso de la IA y su rendimiento era mucho mejor, el de la empresa en general era mucho mejor, con lo cual, para explicar lo que se está haciendo, la participación de los trabajadores es fundamental", defendió Scarpetta, quien destacó la importancia de que las pymes no se queden atrás ni en la implementación de esta tecnología, ni en la implicación de sus empleados.

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