XXXIII Congreso de Inspectores de Hacienda

Los inspectores temen que Sánchez ceda ante el independentismo y trocee la AEAT

Los Inspectores de Hacienda temen que el Gobierno en funciones atienda las demanda de Junts per Catalunya de crear una Agencia Tributaria Catalana para lograr su apoyo de cara a la investidura de Pedro Sánchez

XXXIII Congreso de Inspectores de Hacienda del Estado
XXXIII Congreso de Inspectores de Hacienda del Estado
IHE

Los Inspectores de Hacienda del Estado temen que el Gobierno en funciones utilice la Agencia Tributaria como posible "moneda de cambio" de cara a la investidura de Pedro Sánchez y ceda ante las demandas de los independentistas de Junts per Catalunya de crear una Agencia Tributaria catalana para lograr su apoyo. La Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado, que celebra desde el jueves su congreso anual en Burgos, habla de un riesgo real de "fraccionamiento" de la Agencia -también de la Seguridad Social-, que generaría efectos muy perversos en toda las funciones que ésta desarrolla (gestión y recaudación de los impuestos, lucha contra el fraude fiscal y órgano vertebrador de determinadas ayudas sociales del Estado) y generaría importantes desigualdades entre los ciudadanos de ésta y el resto de autonomías.

El objetivo de crear una Agencia Tributaria Catalana completamente independiente del Estado ya venía recogido en el Estatuto de 2005 y desde entonces, recuerdan los inspectores, siempre ha estado presente. Si bien, en los últimos tiempos ha ganado peso ante el difícil puzle político surgido de las elecciones del pasado 23 de julio. "Desde IHE advertimos de que el fraccionamiento de la AEAT supondría un paso atrás de gigante en su función principal de aplicar el sistema tributario y la conculcación de los principios tributarios fundamentales sobre los cuales se asienta el actual sistema tributario español, fundamentalmente la generalidad, la capacidad económica, la igualdad, la justicia y la eficiencia tributarias", advierten en el documento de demandas que sirve de colofón a su congreso. 

Para los inspectores, la creación de una Administración Tributaria fraccionada implicaría traspasar varias líneas rojas que pueden generar "desigualdades" fruto de una gestión "ineficiente". En concreto, advierten de que podría verse afectado el sistema de información tributaria, que debe ser único para todo el territorio para garantizar su aplicación y luchar contra el fraude de una forma más eficaz. 

También se vería afectada la necesidad de un sistema de caja única, puesto que la gestión y el control de las retenciones y pagos fraccionados "se debería llevar a cabo por la AEAT, con independencia del porcentaje de recaudación que se ceda a cada CCAA", apuntan desde la asociación profesional. Igualmente contemplan un riesgo en la gestión de las retenciones, que deben realizarse de forma integrada por la AEAT, así como para el sistema de control de las actividades económicas, que tendría que tener un carácter integrado. 

Un Estatuto que proteja a la AEAT de injerencias políticas

Sin embargo, el peligro de "fraccionamiento" de la Agencia no es el único que genera preocupación entre los inspectores de Hacienda, que denuncian un "asalto" a la independencia y la profesionalidad de los funcionarios de la Administración a raíz de los cambios que se pretenden aplicar en los sistemas de selección de los funcionarios (fundamentalmente en el sistema de oposición) y en la incorporación obligatoria de interinos; y que contemplan además un riesgo por la ausencia de cambios organizativos que son necesarios en muchos ámbitos de la AEAT para adaptarse al nuevo entorno político, social, tecnológico, económico, financiero y tributario a nivel global. 

Todos esos riesgos se habrían evitado con la aprobación de un Estatuto Orgánico para al AEAT, que los inspectores vienen reclamando desde hace años, teniendo en cuenta sus particularidades como órgano encargado de la gestión y aplicación del sistema tributario. Este instrumento les permitiría "garantizar su independencia frente a cualquier injerencia política", explican, así como "impedir su fraccionamiento como moneda de cambio en negociaciones políticas".

Los inspectores de Hacienda citan episodios en los que esto ya ha sucedido con anterioridad, como con la amnistía fiscal de 2012, que "comprometió" a la AEAT por cuanto quiso "vender" sus beneficios, llamando a contribuyentes y despachos para que se acogieran a la misma, ante su escaso éxito en los primeros meses. Citan también el caso de la sanción impuesta en 2013 a una gran empresa (Cemex) que produjo ceses y dimisiones de varios directivos de la Agencia, al suponer una "clara violación" del carácter reservado que la Ley General Tributaria fija para la información de la que dispone. 

La asociación recuerda que la mayoría de grupos parlamentarios se han mostrado partidarios de la aprobación del Estatuto, cuya ausencia también conlleva ineficacia en sus actuaciones por la discrepancia de criterio que puede darse en sus órganos de dirección, esto es, entre el secretario de Estado de Hacienda (con funciones de dirección) y el director General de la AEAT (funciones ejecutivas).; pero también por la inestabilidad de estos órganos de dirección, puesto que cada nombramiento del director General trae consigo una catarata de nombramientos y ceses.

En ausencia de ese reglamento que sirva de parapeto y protección a su actividad, los inspectores denuncian la falta de independencia que conlleva en la política de recursos humanos (con imposiciones de Función Pública en su política de personal como la reciente elaboración de listas de interinos) y en la no menos importante de recursos económicos.

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