La recaudación se resiente

La menor inflación y la rebaja del IVA a los alimentos eclipsan el tirón del consumo

Los ingresos por IVA en España se redujeron un 0,1% hasta septiembre en términos homogéneos, mientras que los que proceden de los impuestos Especiales caen sin contar el nuevo gravamen a los plásticos de un solo uso.

Agencia Tributaria AEAT, sede
Agencia Tributaria AEAT, sede
Europa Press

El PIB en España aguantó en un contexto marcado por la subida de los tipos de interés y el debilitamiento de las principales economías europeas gracias al tirón del consumo de los hogares. Entre julio y septiembre ese avance compensó la caída de las exportaciones, que habían protagonizado la recuperación desde el fin de la Covid-19. La economía creció un 0,3% interanual en ese periodo, según el avance de la Contabilidad Nacional publicado la pasada semana por el Instituto Nacional de Estadística. Creció apenas dos décimas menos que en el trimestre anterior y, sin embargo, la buena marcha de la demanda de las familias no ha tenido todo el impacto que cabría esperar en la recaudación tributaria.

Entre los meses de enero y septiembre pasados los ingresos por IVA se redujeron un 0,1% en términos homogéneos hasta los 63.952 millones de euros. En el último Informe Mensual de Recaudación, la Agencia Tributaria atribuye este resultado a dos factores: a la menor inflación, dado que hace un año el alza de los precios había tocado techo en julio (subieron un 10,8%) y en septiembre seguían subiendo con fuerza (8,9%), pero también a las medidas extraordinarias aprobadas para hacer frente a las consecuencias de ese encarecimiento de la cesta de la compra y de la crisis energética, dos factores que se agravaron con la guerra en Ucrania.

Sólo la supresión del IVA a los alimentos de primera necesidad (leche, pan, frutas y verduras) o su rebaja del 10 al 5% para los productos básicos (aceites y pastas) ha supuesto una merma de ingresos para el Estado de 1.294 millones de euros hasta septiembre. La reducción de este mismo tributo a la electricidad ha costado otros 514 millones de euros y la del IVA del gas otros 187 millones de euros. El otro termómetro del consumo, los Impuestos Especiales, registran un resultado "flojo" en septiembre en palabras de la propia AEAT.

Los ingresos en el Impuesto sobre Hidrocarburos caen un 0,8% con respecto al mismo mes de 2022, interrumpiendo la mejora que habían experimentado en los anteriores y que parecía consolidada. Mientras, los impuestos sobre el alcohol acumulan una caída del 5,7% hasta septiembre, si bien venían de haber registrado un 2022 histórico en lo que a recaudación se refiere. En términos homogéneos lo recabado por impuestos Especiales habría caído un 1,7% entre enero y septiembre en relación al año anterior de no ser por el nuevo tributo a los plásticos de un solo uso.

La retirada de las medidas extraordinarias traerá más inflación

Está previsto que el Gobierno en funciones retire las medidas extraordinarias aprobadas contra la crisis, como las rebajas del IVA a la alimentación y la energía, al cierre de este año, lo que en principio podría generar un nuevo repunte del IPC. Lo ha reconocido, incluso, el Banco de España al prever que su eliminación eleve el alza de precios hasta el 4,3% de media en 2024, frente al 3,6% de inflación que el organismo que capitanea Pablo Hernández de Cos prevé para este ejercicio. 

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reconoce que esas y el resto de políticas aprobadas por el Ejecutivo para sortear la crisis de la Covid y la de precios han sido determinantes, si bien el club que engloba a los países más desarrollados apremia a Moncloa a "recomponer el margen fiscal, elevar la productividad y reducir las desigualdades sociales, lo que incluye crear más oportunidades para los jóvenes".

De hecho, en el 'think tank' ven margen para aumentar el IVA (acabando con el tipo reducido), la tributación medioambiental y otros impuestos especiales, que son inferiores a la media de la Unión Europea. Sería un giro de timón de ciento ochenta grados en un momento en que la actividad empieza a dar síntomas de agotamiento y las perspectivas de los propios consumidores empeoran. En concreto, las expectativas económicas y de ingresos de los españoles han caído 11 puntos en septiembre tras la leve tregua veraniega, según el estudio de 'Euro Clima de Consumo' de Growth from Knowledge (GfK).

Las expectativas económicas empeoran hasta los -17 puntos, un dato similar al de abril, pero cinco puntos porcentuales por debajo de la media europea (-12). De este modo, España se sitúa decimoséptima entre los 25 países analizados y cae 13 puestos respecto al mes anterior. Junto a Grecia, Finlandia y República Checa, es uno de los estados con el deterioro de expectativas más acusado en una región donde el sentimiento de desesperanza es generalizado. Sin embargo y según los autores del informe, el descenso de las expectativas económicas se debe más a la situación del conjunto de Europa, ante los efectos de la inflación y las subidas de tipos, que a la situación macroeconómica de España.

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