Trámites para saber si te compensa aceptar la herencia

Caudal hereditario: cómo saber si tengo beneficios o deudas con la herencia

Recopilar todo el patrimonio del familiar fallecido resulta esencial para saber si vamos a salir ganando o perdiendo con la herencia.

La firma de un testamento.
La firma de un testamento.
Imagen de Pixabay.

Cuando fallece un ser querido, los descendientes deben poner en orden sus últimas voluntades. Esto, desde el punto de vista financiero, supone una cascada de gestiones alrededor de la herencia que esa persona ha dejado. El mundo del derecho tiene un término para definir ese patrimonio recibido: el caudal hereditario.

“Es la suma de los bienes, derechos y obligaciones que tiene el causante, tanto lo que suma como lo que resta”, explica Víctor Ortiz, cofundador de Heritae, en conversación con Finect. Dependiendo de la situación financiera del causante (el fallecido), trazar el caudal hereditario puede convertirse en una tarea compleja. Y con ello, a veces resulta difícil detectar si la herencia traerá beneficios o deudas a quienes la reciben.

“Debemos tener conocimiento de todo lo que tiene el causante, y ahí está el problema. Hay cosas que se pueden calcular muy fácil, como un seguro de vida”, señala Ortiz en referencia al certificado de seguros, un documento que una persona puede pedir al Ministerio de Justicia. “En cambio -añade el socio fundador de Heritae- no hay un certificado que recoja las cuentas del fallecido o dónde las tenía. Esto se suele saber por las cartas de los bancos o por conocimiento de los hijos”.

Detectar todo ese patrimonio, salpicado en diferentes registros, resulta fundamental para saber cuándo una herencia nos traerá réditos o, al contrario, tocará apretarse el cinturón. Las aceptaciones de herencias en España cayeron el año pasado un 11,4% frente a 2019, según las estadísticas del Consejo General del Notariado. Las renuncias también cayeron, pero a menor ritmo (-6,5%), si bien “habían venido creciendo año a año desde el inicio de la serie en 2007”, señala el cuerpo de notarios.

La razón principal de las renuncias es la certeza de que el patrimonio a heredar será una fuente de gastos más que de ingresos, según los expertos. “Si no eres capaz de saber las obligaciones que tenía tu padre, estás ante un problema. Esas obligaciones las debe asumir la mayor parte de las veces el familiar que hereda, salvo que la herencia se acepte en el formato de beneficio de inventario, donde el heredero solo responde a deudas que sumen un importe máximo igual al límite de lo heredado”, señala Ortiz.

Sin embargo, esta opción es testimonial. La gran mayoría de las herencias se reciben con el otro formato amparado por la ley: la herencia pura y simple. “Respondes de todas las obligaciones hasta con tu propio patrimonio”, resalta Ortiz sobre esta modalidad. Desde el Consejo General del Notariado recomiendan firmar una herencia a beneficio de inventario tan solo en aquellas herencias “grises o dudosas, cuyo pasivo no es bien conocido por los herederos”.

El componente fiscal

Otro aspecto que los herederos deben valorar es la tributación de la herencia. El caudal hereditario del fallecido está sometido al Impuesto de Sucesiones. Un tributo que varía entre comunidades autónomas y que es un termómetro para intuir los costes que puede acarrear este patrimonio.

Recibir una herencia en Asturias supone pagar un impuesto más elevado. Una soltero de 30 años que recibe de su padre una herencia por testamento de 800.000 euros (de los que 200.000 corresponden a la vivienda habitual del finado) deberá pagar 103.135 euros, ejemplifica el Registro de Asesores Fiscales del Consejo General de Economistas. Castilla y León le sigue a la zaga y, bajo el mismo supuesto, el heredero tendrá que desembolsar más de 81.000 euros.

El impuesto de sucesiones tiene el contador a cero en otras regiones, como Andalucía, Cantabria o Galicia, mientras que recibir un patrimonio de un fallecido en otros lugares está sujeto a bonificaciones: el cónyuge o parientes directos del causante pueden bonificar el 99% del impuesto en la Comunidad de Madrid (es decir, tributar al 1%).

Costes y tiempos

Detectar el caudal hereditario completo es, en general, una tarea que no requiere mucho tiempo. “Salvo los bancos, lo demás es bastante automático”, señala Ortiz. Heritae acostumbra a recibir la información de los registros donde se encuentra la información del familiar fallecido de sus clientes en un plazo aproximado de 48 horas.

La información del fallecido se encuentra normalmente dispersa por distintos registros. Los más comunes para rastrear el patrimonio de una persona son: el registro civil, el registro de últimas voluntades (donde se inscriben los testamentos), el registro de seguros o el Archivo General de Protocolos Notariales.

Además, habrá que acudir a diferentes administraciones para completar el puzle patrimonial: ayuntamientos donde el causante tuviese bienes, para liquidar los impuestos de plusvalía, a la consejería de Hacienda de la comunidad autónoma que corresponda para saldar el impuesto de sucesiones, al registro de la propiedad para pedir las notas simples de los inmuebles y a las entidades bancarias donde el fallecido tuviese posiciones, para pedir un certificado que acredite que a fecha de fallecimiento tenía esas posiciones, que pueden ser tanto activo como pasivo.

“Estamos luchando para que haya un certificado de cuentas (posiciones bancarias), igual que hay uno de seguros y otro de últimas voluntades. Incluso yendo más allá, no es una tontería que se hiciese un certificado de pleitos abiertos: una persona se muere y el testamento no recoge la situación patrimonial completa”, expone Ortiz.

Este último certificado tiene la finalidad de detectar qué parte del caudal hereditario corresponde a deudas y procesos judiciales abiertos que el familiar tenía en vida. “Así puedes saber como heredero si te compensa aceptar esa herencia. A veces no, y normalmente la gente no lo sabe”, indica el abogado de Heritae.

Las gestiones de herencias menores cuestan entre 3.000 y 5.000 euros, pero pueden alcanzar la horquilla de los 8.000 a 15.000 euros en situaciones más complejas, mientras que las grandes fortunas suelen generar costes mucho mayores. Por ello, la mejor opción para la mayoría de las personas que van a cobrar una herencia consiste en consultar con un abogado con trayectoria en derecho tributario. Así se evita tomar una decisión que pueda salir más cara que el valor de aquello que se va a heredar. Por su parte, Finect dispone de una plataforma de asesores financieros para dejarse aconsejar sobre las finanzas personales por profesionales del sector.

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