Ganar un premio millonario es el sueño de cualquier jugador de la lotería y muchas personas sueñan con qué harán con su cuantioso bote. Viajar, comprar un automóvil de lujo o comprar una nueva vivienda son algunos de los deseos que más se cumplen si resultas agraciado. El último bote del Euromillones pone en juego 39 millones. Si hay un único acertante podrá cumplir su sueño como un matrimonio de Reino Unido que ganó en mayo de 2022 un bote de 184 millones de libras, lo que supone al cambio más de 214 millones de euros y más de un año después dieron el paso de vender su casa para comprar una nueva. Lo que nadie se imaginaba es que las nuevas dueñas iban a vivir en persona la mítica película 'Esta casa es una ruina'.
Venden su casa tras ganar 214 millones
Los nuevos inquilinos compraron la casa a principios de año por 675.000 libras, unos 785.000 euros. Después de que el matrimonio ganara un bote millonario y deshacerse de su vivienda habitual, las recién estrenadas como propietarias nunca se imaginaron lo que iban a encontrar al entrar en su nuevo hogar.
Elinor Capostagno, con tan solo 19 años, se lanzó a comprar la casa tras mudarse desde Sudáfrica con su madre, donde ambas compartían una granja. Las recién llegadas esperaban una nota de sus antiguos propietarios, pero en realidad lo que se encontraron fue una casa con hasta tres dormitorios completamente en ruinas, según ha detallado The Sun.
El estado de la vivienda era un "desastre"
La joven estudiante de veterinaria ha asegurado al medio británico que no solo no dejaron ningún regalo de recibimiento, sino que dejaron "bastante desorden". “Había mucho que arreglar", afirma Capostagno haciendo especial incidencia en el estado en el que se encontraron el jardín y los setos.
La nueva propietaria también afirma en el mismo medio que tuvieron que hacer una limpieza en profundidad, haciendo especial hincapié en los estables de la propiedad recién comprada.
La joven asegura que a pesar de haber ganado el bote millonario y del estado en el que encontraron la casa, madre e hija no recibieron "un descuento en la casa". Sin embargo, a pesar del desconcierto inicial, Capostagno describió a Joe, el antiguo propietario de 50 años, como un "chico dulce" y "encantador" y que se mostró encantado a ayudar a las nuevas inquilinas a arreglarles es depósito de gasolina.
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