Movilizaciones en todo el país

Francia vuelve a tomar las calles para protestar por la reforma de pensiones

Por primera vez en este pulso, las cerca de 250 protestas previstas se organizan un sábado para permitir a muchos trabajadores que no habían podido manifestarse en días laborables sumarse al movimiento. 

Protesta pensiones en Francia
Protesta pensiones en Francia
Europa Press

La reforma de pensiones planteada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, sigue sin conseguir apoyo en las calles, y tras una semana de debate en el Parlamento francés sigue contando con una férrea oposición. Este sábado, los sindicatos han convocado una nueva jornada de manifestaciones contra la controvertida reforma que pretende ampliar la edad de jubilación hasta los 64 años, dos más que la edad actual. Esta movilización supone ya la cuarta desde el inicio de las protestas el 19 de enero, al ser en finde semana se espera demostrar una mayor capacidad de movilización y sin fisuras.

Por primera vez en este pulso entre todas las centrales sindicales y el Gobierno, las cerca de 250 protestas previstas por todo el país se organizan en sábado para permitir también a muchos trabajadores que no habían podido manifestarse en días laborables sumarse al movimiento, con el objetivo de superar un millón de personas en las calles.

Se espera más afluencia

Además, en esta ocasión apenas se han organizado huelgas y eso debería facilitar los desplazamientos para acudir a las marchas y superar así ampliamente las cifras del pasado martes, que marcó un ligero retroceso en la participación, con 757.000 manifestantes, según la policía (dos millones, de acuerdo con la Confederación General del Trabajo, CGT).

El secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT, primer central del país), Laurent Berger, dijo el viernes que esperaba "una muy gran movilización", con la vista puesta en los 1,27 millones de personas que contabilizaron las fuerzas del orden el 31 de enero (más de 2,5 millones, de acuerdo con los organizadores).

Berger y el líder de la CGT (segundo sindicato del país), Philippe Martínez, han conseguido mantener la unidad pese a sus diferentes sensibilidades, reformista el primero y rupturista el segundo, que no se ha privado de mostrar su voluntad de lanzar acciones más duras, en particular paros convocados con carácter indefinido en sectores estratégicos como los transportes y la energía.

Concentraciones sin apenas violencia

Las manifestaciones se han desarrollado sin apenas actos de violencia y eso ha impedido que el Ejecutivo pueda utilizar eso como argumento contra la protesta, aunque Macron no se ha privado de hacer llamamientos a la responsabilidad a los sindicatos, que le han respondido que él es el "responsable" de los posibles desórdenes.

Berger y Martínez le han reprochado, sobre todo, "hacer oídos sordos" a las repetidas movilizaciones masivas en la calle contra una reforma cuyo eje principal es retrasar la edad mínima de jubilación de los 62 años actualmente a 64.

Diseñar nuevo plan 

Los sindicatos se reúnen tras las manifestaciones de hoy para diseñar su estrategia en las próximas semanas. Ya han anunciado otra jornada de huelgas y manifestaciones el 16 de febrero y se da por hecho que añadirán otras fechas en marzo, probablemente el 7 y el 8 de ese mes, una vez que hayan terminado las vacaciones escolares de invierno.

El Gobierno asegura que sí escucha lo que se dice en la calle y que ha sido capaz de hacer evolucionar su plan inicial. En realidad, los cambios en su proyecto responden, sobre todo, a algunas reivindicaciones de los parlamentarios conservadores de Los Republicanos, cuyos votos serán fundamentales para que la reforma salga adelante.

Tanto la izquierda en bloque, cuyos líderes se manifiestan este sábado con los sindicatos, como la extrema derecha de Marine Le Pen se oponen al proyecto de ley de Macron, que prosigue su tramitación en el plenario de la Asamblea Nacional desde el lunes.

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