Cara a cara clave del 23-J

Feijóo ataca la euforia económica de Sánchez en plena guerra de datos

El encontronazo económico entre ambos contendientes políticos se ha decantado con un ataque sin cuartel del líder del PP sobre los logros económicos de Moncloa, en una guerra de datos y acusaciones de faltar a la verdad.

La televisión vuelve a acoger a una sola vuelta y en horario de máxima audiencia un debate cara a cara entre los dos principales candidatos a la presidencia del Gobierno para unas elecciones generales: Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. Ya en el plató, antes de empezar el cara a cara ambos han estrechado la mano durante 20 segundos mientras posaban para los periodistas.
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. 
EFE

El encontronazo económico entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en el cara a cara televisivo de este lunes se ha decantado con un ataque sin cuartel del líder del PP sobre los logros económicos del presidente del Gobierno, en una verdadera guerra de datos y acusaciones de faltar a la verdad entre ambos contendientes políticos que ha ocultado las verdaderas propuestas de sus respectivos partidos en materia de precios, empleo, hipotecas, vivienda o pensiones. El primer bloque económico del debate cara a cara se ha saldado en un tono agrio y con continuas interrupciones de la palabra de ambas partes, solo frenadas por los moderadores, pero sin ninguna propuesta novedosa o desequilibrante por ninguno de los dos candidatos a la presidencia del Gobierno el próximo 23-J.

La promesa socialista de llegar al pleno empleo en la próxima legislatura con un 8% de paro estructural, se encontraba de frente con la "oscuridad" de los datos sobre empleo que generan los 430.000 fijos discontinuos que se cuentan en las listas del desempleo: la generación de 8 millones diarios de deuda pública que denunciaba el líder del PP, con un crecimiento del PIB mejor que el resto de Europa; las medidas sobre ampliación de las hipotecas del PSOE con la idea de sacar a los okupas de las viviendas de los populares; y llenar la hucha de las pensiones que "el PP vació", según Sánchez, con la revalorización con el IPC a la que ya se ha apuntado el PP y la necesidad de acabar con "el despilfarro del gasto público en funcionarios", en palabras de Feijóo.

'Ley del sólo sí es sí' y un órdago a Sánchez

En materia social, el líder de Génova ha dirigido su discurso hacia un ataque a la 'ley del sólo sí es sí' -por la cual le asegura que pasará a la historia- que el jefe del Ejecutivo ha tratado de esquivar, afeando a Feijóo que el PP está pactando con un partido que no condena la violencia machista. El presidente de los 'populares' ha aprovechado este bloque para lanzar un órdago al líder socialista y ofrecerle la abstención de su partido si el PSOE sale vencedor en las urnas, que Sánchez se ha limitado a replicar con un "hable con Vara", en referencia al socialista extremeño que no ha conseguido repetir al frente del gobierno de esta región por un pacto entre PP y Vox.

Superado el ecuador del cara a cara, el debate se ha desarrollado en la misma dinámica, con un Feijóo obcecado en acusar a Sánchez de pactar con el "brazo político de ETA" y un Sánchez "indignado" por los últimos pactos que han llevado a cabo con Vox, al que tacha de "inconstitucional". Sobre esta alianza, el líder de la oposición ha sido contundente, afirmando que Santiago Abascal no entrará en su Gobierno si dispone de los votos necesarios para gobernar en solitario.

En política internacional, el debate ha girado en torno al plan autonomista para el Sáhara y la relación de España con Marruecos, donde Feijóo ha reprochado a Sánchez que no haya dado una explicación a los españoles sobre su cambio de posición en esta relación y ha apostado por una política equilibrada tanto con Marruecos como Argelia si accede a la Moncloa. Por su parte, el jefe del Ejecutivo, ha coincidido en esa postura, que el defiende ser la misma que respaldan desde Naciones Unidas.

Todo termina como empezó

El tan esperado cara a cara termina como había empezado. Con un debate radical entre ambos oponentes, quitándose la palabra el uno al otro y complicando la difusión de sus mensajes. Sólo se han respetado durante el minuto de oro, donde cada uno ha expuesto la base de las promesas. Ese ha sido el único momento limpio sin interrupciones del debate.

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