Crecen más los contratos que los afiliados

Fedea propone pagar un salario mínimo a los fijos discontinuos cuando no trabajen

Los analistas abogan por penalizar a las empresas que acumulen a trabajadores inactivos, dado que los datos de 2022 y 2023 reflejan un 'stock' de personas a las que no se llama ni se despide, por el coste de la indemnización.

Fedea propone pagar un salario mínimo a los fijos discontinuos cuando no trabajen
Fedea propone pagar un salario mínimo a los fijos discontinuos cuando no trabajen
Europa Press

La reforma laboral de 2021 extendió la contratación de fijos discontinuos al agrupar cinco modelos diferentes de acuerdos laborales y penalizar los contratos temporales. Es una figura muy singular que permite que las empresas puedan mantener una relación laboral con un trabajador que no está prestando sus servicios y además que puedan hacerlo sin ningún coste, dado que no tienen ningún cargo por enviarlos a un periodo de inactividad. Esto estaría dando lugar a un 'stock' de trabajadores que en teoría tienen una relación laboral pero que apenas son convocados o se les llama para trabajar por periodos muy cortos, ya que para despedirlos sí que tendrían que hacer frente a la indemnización por despido. 

Así se desprende del análisis publicado por Fedea este lunes, en el que advierten que los datos de 2023 apuntan a que esta 'bolsa' habría crecido y podría seguir haciéndolo en los próximos años, ante lo que el investigador Florentino Felgueroso plantea crear algún tipo de penalización en forma de 'bonus malus' a esta práctica u obligar a dar una remuneración mínima al trabajador durante el periodo que está inactivo con el objetivo de aumentar la frecuencia y la duración de los llamamientos. El experto también valora la posibilidad de hacerlo a través de una indemnización por cese del llamamiento, puesto que buena parte de las bajas de este tipo de contratos son de carácter voluntario y son la mayoría en el caso de los jóvenes. 

Es complicado saber cuántas personas se encuentran en esta situación, ya que las estadísticas de paro registrado, afiliación y la Encuesta de Población Activa no se han adaptado a los cambios experimentados por el mercado laboral. Los investigadores de Fedea explican que esto significa que ya no son capaces de hacer una fotografía precisa de cómo evoluciona el mercado laboral y que dan lugar a lagunas, como es la cifra de los fijos discontinuos inactivos. Esta cifra ha escalado al debate político, por lo que los ministerios de Seguridad Social y Trabajo se muestran reacios a estudiar cualquier cambio en el método estadístico o hacer público el dato concreto, por lo que estos economistas han recurrido a los historiales laborales de afiliación y a la muestra continua de vidas laborales (MCVL). 

¿Cuántos fijos discontinuos inactivos hay?

A partir del análisis de estos datos han cifrado en más de medio millón el número de fijos discontinuos que estaban inactivos y no tenían otro empleo en 2022, una cifra que ascendería a algo más de 700.000 al incluir a los que tienen otro empleo. Esta es la última MCVL publicada y se espera que la de 2023 vea la luz después del verano, sin embargo, Fedea ha recurrido al número de contratos firmados y a la evolución de la afiliación a la Seguridad Social para avanzar cómo puede haber variado este número. En 2022 se firmaron 2,3 millones de contratos de este tipo, al igual que en 2023, pero mientras que en ese año eran suficientes 6,5 firmas para que se diese un incremento en el total de trabajadores activos (afiliación) un año después eran necesarios 10,5 contratos. 

El experto entiende que esto se debe a que los llamamientos han sido muy cortos, ya que el registro de la Seguridad Social es el resultado de la media de los días hábiles. "Convendría analizar qué aporta el hecho de que los trabajos intermitentes tengan contratos indefinidos, en comparación con la situación anterior, caracterizada por una sucesión de contratos temporales" se plantea el economista. "En principio, al ser un contrato indefinido, el trabajador debería sentirse más protegido y tener una posición de negociación más fuerte que un trabajador con contrato temporal. Sin embargo, si las rupturas de las relaciones laborales siguen creciendo y su causa principal es el abandono voluntario de los trabajadores, habrían dejado de percibir la indemnización por cese de contrato temporal" reflexiona. 

La norma laboral que impulsó Yolanda Díaz y pactó con los agentes sociales recoge que la duración del periodo de actividad, la jornada y su distribución horaria tienen que formalizarse por escrito, aunque a la vez reconoce que estos pueden figurar con carácter estimado y después concretarse en el llamamiento. Por tanto, desde Fedea aprecian que deben establecerse limitaciones específicas al tiempo que una empresa puede mantener a un trabajador en la inactividad, en lugar de relegarlo al campo de la negociación colectiva, porque crea distorsiones y crea lagunas de información, ya que en muchos casos el trabajador no genera derecho a la prestación por desempleo y no se registra como parado. 

Mostrar comentarios