Asoliva, la entidad que agrupa los intereses de los exportadores de aceite de oliva, ha reclamado al campo que mantenga sus costes de producción actuales, mucho más altos que en años anteriores, para evitar que se intensifiquen las subidas de precios del aceite para los consumidores: "El coste de producción en origen no debe incrementarse porque no hay razones para ello", asegura Rafael Picó, director general de la asociación, basando su postura en que para la próxima campaña habrá la misma o incluso más cantidad de producto disponible, aunque ahora se ha logrado alcanzar un equilibrio entre oferta y demanda de los consumidores.
Picó asegura que el coste de producción en origen del aceite de oliva "se mantendrá o incluso está cayendo" tras una campaña, la pasada, en la que se vendió mucho pese a que los costes del campo subieron mucho. A esa inflación en la primera fase de la cadena se sumó una mayor presión exterior, lo que explica que la inflación del 'oro líquido' fuera todavía más persistente: "Los exportadores anticiparon sus pedidos para cubrir la demanda de mercados internacionales, dando lugar a una demanda muy superior a la oferta", asegura.
El director general de Asoliva anticipa que el mercado seguirá tensionado mientras los costes en origen sigan siendo elevados, algo en lo que también influye la falta de producto nacional, que obliga a las comercializadoras a acudir a productores del norte de África, Grecia o Turquía. Además, el hecho de que el consumo en los hogares españoles no haya bajado tanto como el industrial (como las conservas) podría jugar en contra del consumidor final.
Desde la Asociación de la Industria y el Comercio Exportador apuntan a que esta situación es una de las consecuencias de la aplicación de la Ley de la Cadena Alimentaria: "Es una ley inflacionista que solo tiene España, que es garantista para el mercado interior pero que perjudica a todo el mundo", explica Picó. La subida de precios, por tanto, tendría su origen en el principio de la cadena, los agricultores, que al ver incrementados sus gastos en la cosecha, habrían trasladado estas subidas en origen al resto de la cadena productiva, tal y como fija la norma. Excusa así al resto de la cadena productiva: "Los datos muestran que los márgenes industriales caen", justifica.
Los envasadores, pendientes del clima
Para Primitivo Fernández, director de Anierac, la asociación de envasadores de aceite, las perspectivas son más optimistas y espera que la tensión de precios actual no se alargue mucho más allá del mediados del próximo año: "Hay momentos críticos que pueden afectar, pero si el clima es normal no debería subir más. En abril o mayo debería de frenarse la escalada de precios", apunta a La Información.
El directivo basa su postura en una sucesión de factores que explicarían este posible descenso, entre los cuales se encuentra una pequeña mejora de la cosecha, el que para esas fechas ya se conocerán sus cantidades y calidad, que los precios en origen suelen caer a esa altura del año y que las cooperativas comenzarán a liquidar aceite.
Fernández espera que las lluvias actuales, el adelanto de la producción en Portugal y una climatología menos adversa puedan ayudar a lograr una mejor cosecha y así reducir los precios, tras dos años que califica de "catástrofe". Tanto la cosecha 2022/2023 como la actual 2023/2024 están dejando cifras inferiores a la mitad de lo que se venía recogiendo habitualmente: desde las 660.000 toneladas recogidas en la pasada campaña a una horquilla de entre 765.000 y 800.000 para la actual. Muy lejos quedan, por el momento, los 1,5 millones de toneladas de aceitunas producidas en años anteriores por el campo español.
