La fortaleza de la recuperación económica tras la Covid-19 permitió el año pasado a España reducir la deuda del conjunto de las Administraciones Públicas hasta el 118,3% del PIB desde el 120,4% al que se disparó en 2020, en el peor ejercicio de la pandemia. El dato lo ha dado a conocer este jueves el Banco de España a través de un informe que explica cómo la reducción de esa ratio en más de dos puntos obedece a que la actividad avanzó un 7,9% en términos nominales (teniendo en cuenta la inflación), al mismo tiempo que el déficit del conjunto del sector público se situó en el 6,9% del PIB.
En el documento, el regulador explica que la vida media de la deuda se situó en siete años y ocho meses, con un ligero incremento de la participación de las tenencias de los sectores residentes. Por subsectores, la Administración Central, que fue la que asumió prácticamente todo el coste de las medidas extraordinarias para hacer frente a la crisis, siguió siendo la más endeudada, con una ratio de deuda del 106,1% del PIB. Por su parte, la financiación entre subsectores se redujo hasta el 23,6% del PIB.
La entidad capitaneada por Pablo Hernández De Cos recuerda que esas operaciones de endeudamiento entre los distintos subsectores suponen que el incremento observado en la deuda de una administración se produce para financiar a otra. "En la última década, este tipo de operaciones han determinado un incremento de la deuda de la Administración Central, que ha servido para financiar principalmente a las autonomías y a las entidades locales a través del Fondo de Financiación de las CCAA (FFCCAA) y del Fondo de Financiación de las CCLL.
Al mismo tiempo, una parte del gasto en pensiones se ha financiado, por un lado, mediante operaciones entre la Administración Central y las de Seguridad Social a través de la concesión de préstamos del Estado a la Tesorería General de la Seguridad Social y, por otro, con la enajenación de las tenencias del Fondo de Reserva de la Seguridad Social de deuda emitida por el Estado.
Un nivel de deuda superior a la media de la Eurozona
La deuda nacional se situó así casi veintitrés puntos por encima de la que registró de media el conjunto de la Eurozona, que fue del 95,4% en ese mismo periodo, aunque por debajo de la de otra de las grandes economías de la región, la italiana, que se mantuvo en el 150,3% del PIB. Las dos mayores economías por tamaño del área, Alemania y Francia, colocaron su endeudamiento en el 68,6 y en el 112,8%, respectivamente. Estos niveles de deuda suponen un desafío en un momento de endurecimiento de las condiciones financieras por la subida de tipos que el Banco Central Europeo viene aplicando desde el pasado mes de julio.
En marzo de 2020, el organismo presidido por Christine Lagarde creó su bazuca antipandemia, el llamado Programa de Compras de Emergencia frente a la Pandemia (PEPP, en sus siglas en inglés), con el fin de contrarrestar los riesgos económicos derivados de la mayor crisis desde la II Guerra Mundial. Debido a ello, a lo largo de aquel ejercicio las compras netas de valores representativos de deuda por parte del Eurosistema en el conjunto de la zona del euro alcanzaron 265.000 millones de euros.
El pasado ejercicio, sin embargo, las compras se redujeron respecto al año anterior hasta los 168.000 millones de euros, mientras que los saldos vivos de las compras realizadas se situaron en 2.631 millones de euros. Como resultado de las operaciones del Eurosistema, las tenencias de deuda pública española por parte del Banco de España se situaron en el 27,9% del total al cierre del año pasado (el equivalente a un 33% del PIB).
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