Entre 2040-2050

El empleo dejará de crecer en el pico de tensión del sistema público de pensiones

Las previsiones macroeconómicas publicadas por la Seguridad Social reflejan que el número de trabajadores se contraerá a un ritmo de un 0,1% anual entre 2040 y 2060 como consecuencia del envejecimiento de la población.

Yolanda Díaz y José Luis Escrivá
El empleo dejará de crecer en el pico de tensión del sistema público de pensiones. 
EFE

El empleo ha registrado un comportamiento positivo en líneas generales desde el fin del primer trimestre del año, los niveles de paro se han situado en mínimos desde 2008 y el número de afiliados a la Seguridad Social ha evolucionado al alza -excepto en agosto- hasta acariciar la cifra de los 21 millones de trabajadores. El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones hace un balance positivo de la reforma laboral que definen como "hermana" de la del sistema público de pensiones, lo que les ha impulsado a hacer unas proyecciones optimistas del gasto neto en pensiones para las próximas dos décadas. Sin embargo, sus cálculos arrojan una sombra: el empleo dejará de crecer en el periodo de mayor tensión para el sistema de pensiones, la década comprendida entre 2040 y 2050.

El informe 'Proyecciones del gasto público en pensiones' publicado por la cartera de Escrivá este martes recoge que el número de trabajadores crecerá de media un 1,4% anual hasta 2030, un avance que se ralentizará al 0,5% hasta 2040 y se frenará a partir de esa fecha. Las cifras manejadas por la Dirección General de Ordenación de la Seguridad Social apuntan a una caída media del volumen de afiliados del 0,1% entre 2040 y 2060, momento a partir del cual se estancaría. Este dato es significativo porque será precisamente a final de esa primera década -de 2047 a 2019- cuando el número de pensionista alcanzará un máximo de 15 millones, disparándose en consecuencia el gasto en pensiones contributivas por encima del 11,5% del PIB -de mantenerse las últimas medidas aprobadas-.

El Gobierno proyecta en el documento remitido a Bruselas para cumplir el hito 410 del compromiso 230 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que el número de trabajadores con edades comprendidas entre los 20 y los 64 años ascenderá a 22,2 millones en 2040, pero se habrá contraído hasta los 22 para 2050. El departamento encabezado por Escrivá también dibuja un segundo escenario en el que extiende la edad de trabajar hasta los 74 años, en el que los datos pasarían a ser 23 y 22,6 millones respectivamente. Con esta base, avanza que la tasa de empleo de esa década se situará en el 78,4% y la del paro en un 6% -la mitad que la actual-.

El Ministerio de Seguridad Social ha hecho una proyección propia de las tendencias demográficas para sustentar estas predicciones que a grandes rasgos casan con las elaboradas por el INE y Eurostat. Sin embargo, se aprecia una diferencia significativa que facilita el balance entre ingresos y gastos de la 'hucha' de las pensiones. Los tres análisis avanzan de forma pareja hasta 2035, cuando la del Gobierno pasa a divergir sustancialmente, como reconoce el propio informe. "En las proyecciones de la Seguridad Social la entrada más relevante se producirá a partir de 2034 coincidiendo con el mayor envejecimiento de los trabajadores, lo que hará necesaria su sustitución". 

Tanto el organismo nacional de estadística como el europeo esperan que la inmigración neta se sitúe en el entorno de 200.000 personas entre 2040 y 2050, pero en el gráfico del Ministerio la inmigración neta supera los 400.000. Una diferencia que no es menor, dado que el éxito del paquete de medidas puestas en marcha en la reforma del sistema de pensiones se basa en la evolución del empleo, por lo tanto, el número de trabajadores será determinante en unas décadas en las que la pirámide de población se abultará entorno a los 40 y los 75 años, mientras se pierde población joven cada año. Entre otras políticas, se ha elevado la cotización de las rentas más altas y se ha introducido un recargo extra en las nóminas, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) que puede incrementarse si no cuadran las cuentas. 

Pero hay una segunda variable que resultará fundamental para que los cálculos del Ministerio, que los trabajadores retrasen su edad de acceso a la jubilación. Escrivá rechazó elevar la edad legal de retiro ante la fuerte oposición de la izquierda, sin embargo, ha perseguido este objetivo a través de diferentes incentivos. El Gobierno confía en que el pago a tanto alzado en el momento de jubilarse, el incremento del 4% en el importe de la pensión o la fórmula mixta eleven la tasa de actividad y de ocupación más allá de los 54 años y especialmente, a partir de los 65. En concreto espera que hasta medio millón de trabajadores hayan optado por la jubilación demorada en 2050 y comiencen a percibir la pensión a partir de los 66,6 años -de manera que la edad media pase a superar los 65,5 años-. 

El Ministerio de Seguridad Social evalúa positivamente la acogida de los ciudadanos de estos incentivos ya que en tan solo un año y con datos hasta agosto, el porcentaje de trabajadores que retrasan el alta de jubilación se ha duplicado. La media de 2022 era del 5,4% de las personas en condiciones de jubilarse, al tiempo que a finales de verano esta proporción se había elevado hasta el 8,3%. El modelo destinado a los médicos de atención primaria y los pediatras ha recabado muchos más apoyos, como adelantó este diario. En el mes de julio un total de 113 profesionales sanitarios habían decidido extender su vida laboral cobrando su sueldo íntegro más un 75% de la pensión que habrían percibido, esto es un 70% de los que habían alcanzado los 65 años. 

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