El renacimiento de 'Los Medina'... de sus primeros fracasos a Scalpers e Inditex

  • De las agencias, pasando por la moda o las inmobiliarias, los hijos de Naty Abascal lo han intentado, con más o menos suerte, en numerosos negocios
Rafael Medina y Naty Abascal
Rafael Medina y Naty Abascal

Aristócratas de pedigrí, descendientes directos de Alfonso X El Sabio e hijos de Naty Abascal. No viven en palacios y se consideran hombres del siglo XXI.

Luis y Rafael Medina pertenecen a una de las grandes casas ducales españolas, los Medinaceli, que en 1931 eran los mayores propietarios de España con 79.146 hectáreas, seguidos del duque de Peñaranda, el de Vistahermosa y el de Alba. Su abuela, la XVIII duquesa de Medinaceli, Victoria Eugenia Fernández de Córdoba y Fernández de Henestrosa, Mimi, ostentaba un ducado que junto al de Alba, Medina-Sidonia y Osuna formaba parte de las grandes familias aristocráticas españolas. Los Medinaceli poseen la Casa de Pilatos en Sevilla, el Hospital San Juan Bautista de Toledo, la Sacra Capilla del Salvador de Úbeda, el palacio de Oca en Santiago de Compostela o la Casa de la Judería, por ejemplo. Recientemente ha sido su prima Victoria Hohenhole, con solo 21 años, quien ha heredado 43 títulos tras la muerte de su padre, Marco de Hohenhole. Mientras, su tío Ignacio de Medina, duque de Segorbe, es el que controla la Fundación Casa Ducal de Medinaceli con la vasta tarea de preservar este patrimonio y la inmensa colección de arte de la familia.

En este noble ambiente crecieron vigilados de cerca por su madre, Naty Abascal, musa de fotógrafos y diseñadores de moda como Óscar de la Renta o Valentino. Hija de un abogado y de la primera mujer que abrió una boutique en Sevilla, inició su carrera con 18 años gracias al diseñador Elio Berhanyer. Richard Avedon la fotografió para la portada de Harper’s Bazaar, trabajó con Woody Allen, se codeó con Warhol y Salvador Dalí y, entre su círculo de amistades, se encuentra la ‘nobleza’ empresarial y artística como Nureyev, Yul Brynner o Audrey Hepburn. Pero, para sus dos hijos, es la mujer que les crió y afrontó su educación sola, sin una fortuna patrimonial detrás, después de que a Rafael Medina, el Duque de Feria, su ex marido, fuera condenado por corrupción de menores. Nati volvió a ponerse los tacones y diseños de primera línea para dar a sus hijos una buena educación. “Esa será su herencia. Ellos a estudiar y yo a trabajar”, ha repetido sin cesar. A sus 75 años, la madre sigue al pie del cañón reconvertida ahora en estilista de moda de la revista ¡Hola¡ y embajadora de lujo de marcas mientras sus hijos se labran un futuro también al amparo de la moda.

Luis, el pequeño y menos mediático. Si Rafael ha recibido el título de Duque de Feria y conde de Villalba (los títulos de su padre), él se ha quedado a las puertas de ostentar el condado de San Martín de Hoyos, un título que nunca pidió pero que, según ha dicho, a su abuela le hubiera gustado que tuviera, aunque varios líos familiares lo impidieron.

@artistspace

Una publicación compartida de Luis Medina Abascal (@luismedinabascal) el

Formado en EEUU y en París, es aficionado al kitesurf, el trekking, a saltar de un avión… ha coronado el Aneto y ha participado en la carrera Tritán Dessert. Revolucionó las redes con su #darosporfolladas a su círculo de íntimas (léase Ana Bono, Alejandra Silva o María Zurita) en Instagram. Luis Medina es otro habitual de los posados ‘profesionales’, aunque asegura no vivir de los photocalls. La agencia que mueve sus intereses le define como ‘aristócrata, empresario y socialité. Luis es uno de los invitados VIP más reclamados en los front rows de los desfiles de todo el mundo y en las alfombras rojas de los eventos más exclusivos. Referente para las marcas de moda masculina debido a su poder de prescripción offline y online”. Prestó su imagen a Dolce Gabbana y es embajador de Jaguar. También exhibe elegancia vistiendo sastres a medida de El Corte Inglés.

Not bad for a Monday. #kitesurf #tarifa @airushkites 📷@rodrigo_gavilan72

Una publicación compartida de Luis Medina Abascal (@luismedinabascal) el

En su perfil de Instagram, en el que tiene más de 33.000 seguidores, deja buena huella de todas estas aficiones y de su afición por la moda con ese deje simpático que le caracteriza. Montó con su amigo Diego Márquez la empresa de publicidad y marketing Impak, pero aquello no fraguó. Comparte esta pasión por los buenos diseños y agencia con su madre. Ambos tienen participación e implicación en Showme, un mix de showroom y agencia de comunicación situado en la madrileña calle Génova desde el que presta ropa a distintas celebrities como Isabel Preysler, Tamara Falcó, Paula Echevarría, Ariadne Artiles o Nieves Álvarez o gestiona la comunicación de marcas como Tiffany o Manolo Blahnik. Este negocio lo gestionan a través de la empresa Show Me That S.L. Hace unos meses la empresa de transportes Gescom, creada hace 19 años y premiada con diferentes galardones, le demandó por no abonar 30.000 euros tras siete de impagos por los envíos de los vestidos. No hubo necesidad de llegar a juicio. Alcanzaron un acuerdo para que el joven abonara los pagos a plazos. Y en eso está aún, según ha podido saber esta publicación.

Sin embargo, éste no ha sido su estreno en ‘fracasos’ empresariales. Hace unos años, tuvo problemas tras abrir la joyería Ceylan 1943 con uno de los proveedores y por un modelo de negocio en el que los beneficios no lo recibía en líquido, sino en perlas. Finalmente se vio obligado a cerrar tras declarar la empresa, Ceylan 1943 S.L., en concurso de acreedores.

También gestiona, siempre que puede, eventos llenos de glamour en Casa Pilatos, el palacio de los Medinacelli. Situado en el centro histórico de Sevilla, en la frontera de la judería medieval y a solo diez minutos de la catedral, es el “conjunto residencial privado más suntuoso de la capital y un lugar privilegiado para la celebración de pequeños y grandes eventos y visitas privadas”, según se define en su web. La Fundación Medinaceli es quien lo gestiona. Al frente, el duque de Segorbe. Justo al lado, en el edifico contiguo de tres plantas que su madre compró al ganadero Pablo Romero, crecieron los hermanos.

Todos estos negocios los canaliza a través de una red de empresas. Luis Medina ostenta cargo de administrador único desde 2006 en Azulalia Essential S.L., con domicilio en el madrileño barrio de Prosperidad, dedicada a la intermedio de comercio en la venta de productos. La sociedad no presenta cuentas desde 2011. Esta empresa es administradora solidaria de la empresa Showme That S.L., que gestiona el showroom, junto a la sociedad Avicanto SXXI S.L. cuyo objeto social es la promoción, compra y venta de acciones y en la que figura como administrador único su hermano Rafa. Esta empresa tampoco presenta cuentas, aunque se habla de una facturación no superior a los dos millones. También hizo sus pinitos como promotor inmobiliario. Después de cinco años como administrador único en Family Office Sociedad Limitada, dedicada a la promoción inmobiliaria, en 2015 cesó en ese cargo. Desde enero de 2010 Luis es también administrador único de Gekko Partners S.L., una sociedad dedicada al asesoramiento y consultoría en las áreas empresarial, de finanzas, diseño y marketing situada en la calle Argensola cuya matriz era, precisamente, Family Office Sociedad Limitada y que no presenta cuentas desde 2010.

Rafael Medina, diseñador para Amancio Ortega

Es momento de hablar del mayor de los hermanos. Como les decíamos, Rafael Medina ostenta desde los 23 años uno de los ducados más importantes del país, el de Feria. No es el único. Varias publicaciones le han coronado, en repetidas ocasiones, como uno de los hombres más elegantes de España. La boda del ‘duquesito guapo’, como algunos se refieren a él, ocupó más de cien páginas de la revista ¡Hola¡ y le reportó unos ingresos de 600.000 euros.

Apasionado del fashion bussiness y empresario de éxito. Rafa siempre ha dicho que prefiere ganarse su propia riqueza. Con 19 años, se matriculó en una prestigiosa universidad, la American University, para estudiar Gestión y Administración de Empresas. Tras la muerte de su padre, decidió volver a Madrid para estar cerca de su hermano Luis. En septiembre de 2001 empezó a trabajar en Credit Suisse, en la que Jaime de Marichalar era asesor. Rafael se encargaba de captar activos para el banco (propuestas de inversión, fiscalidad...) pero en 2005 abandonó su puesto con el objetivo de crear, junto a su amigo Borja Vázquez, un proyecto de moda llamado Scalpers. Empezó creando corbatas que vendían a amigos y conocidos. Luego llegaron los trajes y camisas que diseñaba en su casa y vendían en mercadillos caseros. Se implicó en todas las tareas: desde elegir las telas, diseños o cómo se vendían en la tienda. Ahora, la marca ha logrado un sitio privilegiado entre los hombres de 25 a 40 años que les gusta la moda y los diseños sencillos con un toque diferente. Su pieza estrella son las slippers, unos zapatos de terciopelo empleados en el siglo XIX como calzado de estar por casa por los aristócratas y que visten Flavio Briatore, Lapo Elkann o Jaime de Marichalar. Él los actualizó rediseñando el escudo familiar.

La primera tienda la abrieron en 2007. Actualmente la empresa cuenta con una red de 128 puntos de venta y está presente en países como Holanda, Francia, Reino Unido, Portugal y México, aunque España copa el 88% del negocio de la compañía. Las previsiones no pueden ser más optimistas. En 2017 la empresa cerró con una cifra de negocio de 42, 5 millones de euros y este año pretenden abrir más centros en todo el mundo y ampliar los beneficios. La marca se gestiona a través de la empresa, Scalpers Fashion S.L. que preside actualmente su amigo Borja. Tras su incorporación a Inditex como director creativo de Massimo Dutti en 2014, Rafael pasó a un segundo plano dejando sus acciones a su mujer y desde el pasado mes de febrero ha dejado de figurar como apoderado.

Para Rafael, aquel nuevo puesto en la empresa de Amancio Ortega, era la oportunidad de impulsar la división Mens Tailoring, la que elabora los trajes a medida. Elige tejidos, trata con proveedores, planifica la producción y colabora con la expansión internacional de la firma. Pero no solo le supuso un cambio de dirección laboral sino personal. Toda la familia, su mujer, Laura Vecino, y sus dos mellizos, han tenido que trasladar su residencia desde Madrid a la Ciudad Condal. La familia vive en el complejo residencial Torre Vilana, la urbanización privada más elitista de Barcelona, en la que residen Risto Mejide y Laura Escanes, el abogado Cristóbal Martorell o Custou Dalmau, entre muchos otros. Ella también cambió de vida. De su puesto como estilista en Mango a crear su propia empresa con Inés Domecq, esposa de Javier Martínez de Irujo, nieto de la duquesa de Alba. Juntas lideran The Editors Fashion Company, un negocio en el que comparten tareas en la producción de reportajes de moda y diseñan una marca de bañadores llamada Bqueenie. Al final, todo queda en la moda.

Mostrar comentarios