Programa de Estabilidad 2023-2025

Economía descarta que el paro baje del 10% antes de 2026 pese al tirón del PIB

El Gobierno mantiene que la economía crecerá al 2,1% este año pese al entorno difícil marcado aún por la guerra en Ucrania, el alza de tipos y la inflación, y eleva el avance hasta el 2,4% el próximo por el efecto de los fondos UE

Calviño y Montero
Nadia Calviño, vicepresidenta primera y María Jesús Montero, ministra de Hacienda
Agencia EFE

El Gobierno ha remitido esta tarde a Bruselas el nuevo Programa de Estabilidad 2023-2026, que incluye la actualización de sus previsiones económicas para el nuevo escenario temporal, en un contexto que va a seguir marcado, al menos en el medio plazo, por las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania, la elevada inflación, la subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) para hacerle frente, pero también y desde el punto de vista positivo, por la llegada del grueso de los Next Generation UE. En medio de este contexto incierto, el Ejecutivo mantiene su estimación de que la economía crecerá al 2,1% este ejercicio (de momento, Estadística apuntaba esta mañana a un avance del 0,5% intertrimestral y del 3,8% interanual de enero a marzo en su primera aproximación) y eleva hasta el 2,4% el cálculo para el año que viene gracias al revulsivo de los fondos europeos.

Pese a este mayor tirón de la actividad, España no logrará situar su tasa de paro por debajo del 10% hasta 2026 -un año después de lo previsto en el anterior Programa de Estabilidad-, cuando el desempleo se situará en el 9,8% de la población activa. El nuevo escenario dibujado por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital sitúa esa misma tasa en el 12,2% este año (desde el 12,87% al que cerró el pasado ejercicio), en el 10,9% el próximo y en el 10,3% en 2025. Esta seguirá siendo, por tanto, una de las grandes cuentas pendientes de nuestra economía en el horizonte más cercano. El Ejecutivo calcula que entre este y los dos próximos años se crearán 1,1 millones de puestos de trabajo, con un aumento de la población activa y una mejora de la calidad del empleo. 

"La actualización del escenario macroeconómico 2023 – 2026 se realiza en un contexto internacional marcado por el endurecimiento abrupto de las políticas monetarias, los episodios de tensión financiera y la incertidumbre en el plano geopolítico y energético", señala el documento remitido a la Comisión. En la revisión del cuadro macroeconómico el Gobierno incluye el compromiso de reducir el déficit público hasta el 3% en 2024, un año antes de lo previsto, para cumplir así con el Pacto de Estabilidad y la recuperación de las nuevas reglas fiscales propuestas por Bruselas, tal y como avanzó el jueves la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. También se adelanta el objetivo de reducción de la deuda pública por debajo del 110% del PIB un año, al próximo ejercicio.

Objetivos de déficit y aval de la AIReF

Antes y, de cara al ejercicio actual, las comunidades autónomas mantienen un objetivo de déficit del 0,3% del PIB (dentro del 3,9% al que deberán ceñirse el conjunto de las administraciones). Sin embargo, el Ejecutivo Central les da un mayor margen fiscal el año que viene, ya que frente al superávit del 0,2% que se les exigía en el anterior programa de estabilidad, ahora se les fija como meta el equilibrio presupuestario (0%), lo que implica dos décimas de margen. Mientras, las entidades locales volverán a registrar ese equilibrio ya este año, después del déficit coyuntural registrado en 2022 por cuestiones técnicas. El año que viene también contarán con un margen de dos décimas al tener que cerrar también en equilibrio frente al superávit del 0,2% previsto en la anterior senda.

Las previsiones macroeconómicas que acompañan al Programa de Estabilidad han sido avaladas por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que, según cita el texto, considera que los cálculos "son factibles en un contexto global todavía incierto en el medio plazo". El Gobierno de coalición asegura tomar nota de las recomendaciones que hace el organismo fiscalizador en relación con el objeto del informe. En concreto, la AIReF recalca que el aval se ha realizado con la información disponible hasta el 28 de abril, por lo que no incorpora las posibles medidas de política económica que pueda contener el documento remitido este viernes a Bruselas.

A pesar de que el Ejecutivo reconoce que no pueden descartarse episodios puntuales de volatilidad, ante el descenso de la demanda mundial de petróleo y las elevadas reservas de gas en Europa revisa ligeramente a la baja los supuestos sobre precios de los principales insumos energéticos respecto al cuadro macroeconómico publicado en octubre. El precio del petróleo Brent se estabilizaría en torno a los 85 dólares por barril a partir de 2024 y el del gas natural se reduce hasta los 50 euros/MWh. Sin embargo, el contexto de elevada inflación y una política monetaria restrictiva pesarán sobre las perspectivas de crecimiento de la zona euro, que se revisan a la baja, reduciendo la actividad de los principales mercados españoles de exportación.

El Plan de Recuperación y el consumo, claves para el PIB en 2023

Con todas las cautelas derivadas de la alta incertidumbre, la economía española "se mantendrá en una senda de crecimiento robusto durante el periodo 2023 – 2026, impulsado por el empleo y el consumo privado, así como por las inversiones y reformas del Plan de Recuperación", apunta el documento. El Plan de Recuperación aportará la mitad del crecimiento en 2023 y suavizará el impacto que el shock monetario tendrá en otros países europeos. De esta forma, el avance del PIB irá convergiendo lentamente hacia su crecimiento potencial,  de forma que entre 2025 y 2026 el avance de la actividad se situará ligeramente por encima de este, en un 1,8% y 1,7%, respectivamente.

El sector exterior mantendrá una contribución ligeramente positiva durante el periodo de previsión, excepto en 2024, cuando la demanda interna será la que más tire del crecimiento. El aumento previsto de las exportaciones de bienes se sumará a la buena evolución del sector turístico durante todo el horizonte de previsión. En 2024, al moderarse los precios y acelerarse el consumo privado y la inversión, las importaciones aumentarán, provocando una pequeña contribución negativa del sector exterior. El consumo privado será uno de los motores principales del crecimiento, con un avance del 2,3% este año, gracias al buen comportamiento del empleo y al despliegue de las reformas. El año que viene crecerá al 3% con una inflación más moderada y ante el aumento previsto de empleo y salarios. A esa buena marcha del consumo contribuirá también todo el ahorro acumulado por los hogares en pandemia. 

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