Repartir el tiempo de trabajo

Díaz aparca la jornada laboral de 4 días y plantea fórmulas con horarios flexibles

La ministra, que admite que "nunca" valora las declaraciones de los agentes sociales, plantea una bolsa de horas o excedencias formativas, previa negociación con la empresa, como se hace en los países nórdicos.

Yolanda Díaz
Díaz aparca la jornada laboral de 4 días y plantea fórmulas con horarios flexibles. 
EFE

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, recula y ahora pone sobre la mesa la opción de ir hacia modelos de flexibilización como una bolsa de horas o excedencias formativas, en lugar de centrar la reducción del tiempo de trabajo en 32 horas semanales, que lo ve como una formulación rígida. En la Cumbre Internacional de la Semana de Cuatro Días, que ha tenido lugar en Valencia, para promover esta propuesta, la ministra de Trabajo ha indicado que existen "muchas otras manifestaciones" que cabe explorar, como los permisos para personas con dependientes a cargo o los paréntesis para formarse o para viajar con la garantía del puesto de trabajo. 

"Hablamos de la soberanía del propio tiempo", ha manifestado, quien ha insistido en que hay que contemplar varios aspectos de la jornada laboral que tienen que ver con la reducción del tiempo de trabajo, que ha de ser "en cómputo semanal y sin reducción salarial", pero sobre todo con la flexibilidad. Tras admitir que "nunca" valora las declaraciones de los agentes sociales, en respuesta a las declaraciones del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, quien ha tildado la propuesta de electoralista, ha precisado su apuesta por un "diseño integral" y por mirar más hacia los modelos nórdicos, donde por ejemplo existen "bolsas de horas" de los trabajadores y las trabajadoras, en las que ellos y ellas pueden disponer de su tiempo de trabajo y lo pueden pactar y negociar.

"El tiempo de trabajo es el todo y yo creo que no se trata tanto de una jornada a cuatro días, que es una formulación rígida y yo me siento más cómoda en las formulaciones flexibles, ha señalado. Si bien considera que se debe dialogar sobre la reducción de las jornadas, también abre un nuevo planteamiento de los permisos, por ejemplo para poder tener excedencias para los trabajadores y las trabajadoras que deseen ir a formarse a otro país un año. Ha reivindicado que el tiempo de trabajo no se puede separar del "tiempo de la vida", y por ello el Gobierno de España va a desarrollar una ley de usos del tiempo, que tendrá una "mirada ambiciosa, compleja y lo va a poner patas arriba todo".

"En España la jornada de 40 horas semanales lleva "muchísimo tiempo", ha remarcado. A este hilo, ha hecho hincapié en las horas extraordinarias que se realizan en España y que ascienden a 6,2 millones de horas semanales, lo que se traduce en 27 millones de horas mensuales según los datos que arroja la Encuesta de Población Activa (EPA). De ellas, el 44% no se remuneraron, lo que supone cerca de 2,9 millones de horas extraordinarias sin recibir compensación alguna. "Esta realidad es inaceptable", ha subrayado, antes de puntualizar que, aunque se trata se la cifra "más baja desde 2011", no se va a conformar y por ello ha anunciado que en breve se creará un algoritmo en la Inspección de Trabajo para perseguir esas horas que no se pagan. 

Además ha puesto de relieve la brecha de género que existe en esta cuestión, porque la mayor parte de las horas extra las hacen los hombres pero "las mujeres registran una mayor porción de horas no trabajadas". "Otra misteriosa casualidad", ha ironizado. Por último, ha señalado que en España hay un diferencial negativo de productividad con la Unión Europea y el tiempo de trabajo y la presencialidad del mismo, y el alargamiento de la jornada es uno de los factores que está muy estudiado.

Previamente han intervenido el secretario general de CCOO, Unai Sordo, y el de UGT, Pepe Álvarez, quienes han defendido la necesidad de reducir la jornada y han opinado que la posición de la patronal de considerar electoralista la semana laboral de cuatro días es "retrógrada" y debería mirar más "al siglo XXI". En este sentido, Sordo ha afirmado que esta reivindicación está "plenamente vigente" y es una forma de "disputarle la productividad de las empresas", porque considera que se trata de una opción viable en muchos sectores y muchas empresas. Para Sordo la reducción "deseable" del tiempo de trabajo debe servir para generar más empleos y no para precarizarlos más, y se ha confesado "perplejo" por la postura de la patronal, de que estos debates se hacen para ganar elecciones, pues no sabe dónde ve "el electoralismo" de estas reflexiones. "No hay por qué descalificar este tipo de medidas, que nadie está planteando taxativamente" para todos los sectores, ni en términos "homogéneos a toda la economía española", ha dicho. 

Por su parte, Pepe Álvarez ha afirmado que no analizar la reducción de la jornada de trabajo es "negar el progreso", pues existe una "necesidad imperiosa" de abordar la "hiperproductividad", y ha advertido que la jornada de 32 horas se implantará más rápido de lo que se piensa. De Garamendi ha dicho que su visión es "muy retrógrada, pensada exclusivamente para aquellos empresarios que en lugar de estar pensando en la economía del mañana y en la economía de todos, piensan en la cuenta de resultados a corto plazo sin hacer ningún tipo de cambio de sus empresas".

En el acto también ha estado arropada por la vicepresidenta y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, para quien reducir la jornada a 32 horas manteniendo el salario es una medida "profundamente feminista", que permite "corregir desigualdades forjadas por la división sexual del trabajo, base de la sociedad patriarcal". A su juicio "debe formar parte de la respuesta justa para afrontar la realidad del trabajo en la actualidad, la lucha contra el cambio climático, la igualdad entre mujeres y hombres, la desafección política y el aislamiento social en una sociedad hiperconectada". Requiere, en su opinión, "un debate serio, honesto y sin apriorismos", en el que se tengan en cuenta los datos, pero también "la empatía y los vínculos sociales, porque "no hay economía sin econovida".

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