Cifra récord de 1,35 billones

La deuda desborda la previsión oficial y se dispara por encima del 120% del PIB

Supone una revisión al alza del dato avanzado por el Banco de España en febrero (1.311.298 millones), tras incorporar unos 35.000 millones de deuda de la Sareb.

Banco de España
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Europa Press

El Gobierno asegura que de esta crisis saldrá una España mejor. A la espera de comprobar si eso es cierto, lo que es seguro es que de esta crisis saldrá una España más endeudada. El Banco de España ha revelado este miércoles que la deuda pública cerró el ejercicio de 2020 alcanzando un máximo histórico de 1,35 billones de euros, equivalentes al 120% del PIB, tras un ejercicio marcado por la pandemia que ha disparado los gastos. La cifra se sitúa por encima de la previsión que había realizado el Gobierno, que planteaba que la deuda pública cerraría 2020 en el 118,8%. La estimación no iba mal encaminada, pero la decisión de última hora de la agencia estadística europea, Eurostat, de obligar a consolidar las cuentas de la Sareb dentro del perímetro del sector público ha terminado añadiendo 35.000 millones de euros en deudas que han sido decisivas para incumplir ese objetivo.

La información proporcionada por el Banco de España indica que la deuda del conjunto de las administraciones públicas alcanzó al cierre de diciembre de 2020 la cifra récord de 1.345.570 millones de euros, lo que implica además una revisión al alza respecto del dato avanzado el pasado mes de febrero (1.311.298 millones), por el efecto ya mencionado de la incorporación de unos 35.000 millones de deuda de la Sareb por un cambio contable de Eurostat. De acuerdo con estos datos, la deuda pública española superó la previsión inicial del Gobierno para 2020, que era del 118,8 % del PIB.

El tremendo repunte del endeudamiento público desde el 95,5% del PIB en que acabó el año 2019 hasta ese 120% del pasado año es heredero directo de las medidas de contingencias adoptadas por las Administraciones Públicas para paliar los efectos sobre el sistema sanitario, el sistema educativo, los individuos y las empresas a lo largo de este ejercicio, que se han traducido según la información proporcionada este miércoles también por el Instituto Nacional de Estadística en un desequilibrio de más de 123.000 millones de euros de las cuentas públicas, que el Tesoro ha tenido que sufragar a golpe de nuevas emisiones de deuda.

Una vez alcanzado ese pico de endeudamiento del 120% del PIB las dudas a partir de ahora se concentran en saber hasta qué punto este fenómeno será transitorio y también cómo va a evolucionar el endeudamiento público en los próximos años. A este respecto, como en tantos otros, el optimismo del Gobierno no tiene correlato en la perspectiva que sobre el asunto tienen los organismos internacionales y los institutos de análisis domésticos. Mientras el Ejecutivo sitúa 2020 como el pico en la evolución de la deuda pública, que ya empezaría a remitir este mismo año con una previsión de cierre del 117,4% y continuará a la baja en los siguientes, otros organismos como el Banco de España descuentan que la deuda todavía aumentará algo más este año para lugar estabilizarse en un entorno que en el peor de los casos se situará en el 125% del PIB.

Peor pinta aún tienen las predicciones de la Comisión Europea que no sólo descartan el escenario de reducción inmediata de la deuda pública que prevé el Gobierno, sino que también ve improbable una estabilización del nivel de endeudamiento del sector público y prevé un incremento constante de la deuda durante los próximos años hasta alcanzar a la altura del 2030 una tasa sin precedentes del 140% del PIB.

Lo que dicen los precedentes es que en la crisis anterior, el endeudamiento público experimentó ocho años seguidos de crecimiento desde el mínimo del 35,8% del PIB - un dato digno de la mismísima Alemania - que se acreditó en 2017 hasta el pico del 100,7% del PIB del año 2014 y que desde entonces ésta no ha bajado más de que de manera muy marginal durante los años siguientes. La prueba es que después de cinco años intentando reducir el nivel de deuda para situarlo en un nivel aceptable para las autoridades europeas ésta apenas cayó del 100,7% del PIB al 95,5%.

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