Préstamos

¿Puedo dejar de pagar la hipoteca durante un tiempo? Así funciona el periodo de carencia

A lo largo de la vida del préstamo, los titulares pueden pasar periodos complicados para asumir el pago de la cuota y pueden solicitar pagar un importe más reducido para poder hacer frente a la deuda.

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¿Qué es el periodo de carencia de una hipoteca y cómo funciona?
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La hipoteca es un préstamo con el que el deudor podrá obtener una importante cantidad de dinero para adquirir una vivienda a cambio del pago de unos intereses y con la condición de que si no se cumplen las condiciones el acreedor tiene el aval de la propiedad de la vivienda. Se trata de una deuda importante -según los últimos datos del INE, el importe medio de las hipotecas constituidas sobre viviendas es es de 143.796 euros-, por ello es importante analizar bien las condiciones que se firman. Entre ellas, puede incluir el periodo de carencia que permite al propietario dejar de pagar las cuotas de la hipoteca durante un tiempo ante alguna dificultad económica. Así funciona.

Al solicitar un préstamo hipotecario, la propia entidad realiza un análisis de viabilidad para estudiar la capacidad de pago de los clientes y fijar las condiciones del contrato. Pero, igualmente, es importante que los clientes también analicen y comparen la oferta. De esta manera, se podrá sopesar las necesidades y posibilidades de afrontar los pagos durante un periodo largo de tiempo.

Toda la información se debe detallar en el contrato, pero incluso antes de la firma el banco debe entregar el documento precontractual con la información detallada. En concreto, se debe fijar el tipo de interés, el importe prestado, el plazo de la hipoteca o la cuota hipotecaria. Esta cuota es la cantidad que se tiene que pagar al banco cada mes. Una parte de la cuota corresponde al capital que se va amortizando y la otra parte serán los intereses.

¿Qué es la cuota reducida de la hipoteca?

Es decir, los intereses se calculan aplicando el tipo de interés sobre el capital pendiente de devolución en cada momento y al principio se pagarán más intereses y se amortizará menos capital. Pero es importante saber que esa cuota se pagará durante toda la vigencia de la hipoteca, que según datos del INE de media se sitúa en los 24 años. Es posible que a lo largo de ese periodo cambien las circunstancias financieras de los titulares y que no puedan asumir ese pago. En ese caso, se puede recurrir a la carencia. 

En concreto, se trata de un periodo durante el cual el titular podría pagar una cuota mensual más reducida, si pagas únicamente los intereses, o incluso nula si aplazas el pago total de las cuotas. Es decir, hay que tomar una decisión que consecuencias. Así, si se elige pagar solo intereses, la cuota mensual se reduce pero el capital prestado no disminuirá durante el periodo de carencia. Si además de no pagar intereses no se paga capital, los intereses se acumularán y la deuda crecerá.

Por tanto, recurrir a la carencia tiene un coste que dependerá del tiempo en que se disfrute, del tipo de interés, el importe pendiente y de si se recurre a la carencia parcial o total. En cualquier caso, siempre que se recurra al periodo de carencia hay que ser consciente de que al volver a pagar subirá la cuota porque se habrán acumulado intereses o si se recurre a la carencia parcial el titular dispondrá de menos tiempo para abonar el dinero prestado. 

Qué ayudas contempla el Código de Buenas Prácticas del banco

Para poder acogerse a un periodo de carencia es necesario que esté incluido como cláusula en el contrato de apertura de la hipoteca. Si no es así, se puede negociar con la entidad para aplicarlo. Pero como última opción, si el titular se encuentra en una situación económica difícil, también se puede recurrir al Código de Buenas Prácticas que permite aplicar una carencia parcial durante dos o cinco años. 

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