El Gobierno da luz verde 

El PERTE para digitalizar el ciclo del agua prevé movilizar 3.000 millones

"Agua y energía son elementos determinantes de nuestro bienestar, con alto contenido económico para el conjunto de actividades, industrias, servicios, bienestar y con contenido económico de las actividades". 

Teresa Ribera
El PERTE para digitalizar el ciclo del agua prevé movilizar 3.000 millones. 
Europa Press

El Consejo de Ministros ha aprobado este martes, coincidiendo con la efeméride del Día Mundial del Agua, el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Digitalización del Ciclo del Agua que prevé movilizar más de 3.000 millones de fondos públicos y privados este año y el próximo y que estima una creación de empleo de unos 3.500 puestos de trabajo.

Durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha indicado que este PERTE será una herramienta para transformar y modernizar los sistemas de gestión del agua en España, tanto en el ciclo urbano, como en el regadío y en la industria para lo que el proyecto incluye ayudas para impulsar esta digitalización.

"Agua y energía son elementos determinantes de nuestro bienestar, con alto contenido económico para el conjunto de actividades, industrias, servicios, bienestar y con contenido económico del conjunto de actividades, industrias, servicios, bienestar de las ciudades y los hogares", ha valorado Ribera. La gestión del agua es muy "importante y determinante" en el bienestar, ha subrayado Ribera, quien ha recordado que España es uno de los países de la UE con mayor estrés hídrico y que se prevén disminuciones de hasta el 25 % del recurso en todo el país y del 40 % en el sureste peninsular para finales de siglo.

Las mayores variaciones atmosféricas y climatológicas causadas por el cambio climático supondrán una mayor incertidumbre en la disponibilidad de agua, por lo que conocer con exactitud las reservas, suministros, consumos actuales y demandas futuras resulta necesario para garantizar la seguridad hídrica. Por ello, "el uso de las nuevas tecnologías para conseguir una información precisa y actualizada en sectores como el ciclo urbano del agua, el regadío y la industria nos permitirá tener una mejor capacidad de control y gestión del recurso”, ha subrayado Ribera.

Subvenciones 

Las subvenciones, a las que podrán acceder administraciones y entidades competentes en el ciclo urbano del agua, industria, comunidades de regantes y usuarios de aguas subterráneas, buscarán avanzar en la protección del medioambiente, la mejora de la gestión del agua y la lucha contra el cambio climático y el reto demográfico.

A la digitalización del ciclo urbano del agua se destinarán 1.400 millones (de los que 200 millones serán territorializados) con el foco puesto en ciudades o agrupaciones de municipios de más de 20.000 habitantes. El sector industrial se beneficiará de ayudas de 100 millones para financiar programas de digitalización con el doble objetivo de reducir insumos y mejorar la gestión de los vertidos.

Al regadío irán 200 millones que buscarán aumentar la implantación de contadores en las tomas de agua y en parcelas, mejorar los sistemas de control de la humedad y conductividad del suelo, aumentar la medición de los aportes de fertilizantes o automatizar los sistemas de riego. Los beneficiarios de estas subvenciones deberán suministrar la información que obtengan a través de estas tecnologías y servirán de ejemplo para el resto de los programas de digitalización que se materialicen posteriormente.

En España, aproximadamente el 80,5% del agua se destina al regadío y los usos agrarios, seguido del abastecimiento del ciclo urbano, que representa alrededor del 15,5%. El ciclo urbano del agua factura una media de 7.600 millones de euros anuales, y se calcula que anualmente se pierde el 23 % del agua potable ya tratada a través de redes de distribución, un "lujo" que, según la ministra, España no se puede permitir. Reducir estas pérdidas en un 10%, como plantea la Agenda 2030, supondrá el ahorro de un volumen de agua significativo y un aumento en la facturación del orden de 700 millones de euros adicionales al año. 

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