Llega un momento en nuestra vida en la que podemos plantearnos si nos conviene más la compra de una vivienda o recurrir al alquiler. Para resolver esta cuestión y poder conocer el precio aproximado de una vivienda, la clave radica en conocer el PER (Price Earnings Ratio).
Este es un dato que nos indica el número de veces que la renta anual de alquiler está contenida en el precio de venta, es decir, el número de años que habría que invertir en el pago de una vivienda de acuerdo a las condiciones de alquiler actuales. Se calcula dividendo el precio de venta entre el precio anual de alquiler.
De acuerdo a esta fórmula, podemos determinar que cuanto mayor sea el PER, mayor es la proporción de la compra con respecto al alquiler, caso en el que te interesaría alquilar. Por el contrario, cuanto menor sea el PER, será más conveniente optar por la compra del inmueble.
Además del PER, podemos recurrir a otra fórmula para valorar la conveniencia de optar por una u otra opción, que es la rentabilidad bruta por alquiler, donde se obtiene un porcentaje de la división del dinero anual que se obtendría por la vivienda en alquiler como propietario entre el teórico precio de venta.
De esta manera, cuanto mayor sea la rentabilidad por alquiler, mayor es el precio del alquiler con respecto a la compra, y en este caso será más interesante comprar, mientras que cuanto menor sea la rentabilidad, será preferible optar por un alquiler de la vivienda.
Una vez conocidos ambos ratios, se puede comparar con la rentabilidad bruta de alquilar una casa en España que da a conocer el Banco de España de forma trimestral. Así pues, tras obtener la rentabilidad por alquiler o el PER de la vivienda que te interese y la compares con estos últimos datos, si el PER se sitúa por encima de los 29 años será mejor alquilar y si está por debajo, puede que te convenga más comprar.
Otros aspectos a valorar para decidir si te conviene más alquilar o comprar
Además de lo mencionado, existen otros aspectos a valorar para decidir si te conviene más comprar o alquilar un inmueble, comenzando por la evolución del precio de la vivienda, ya que si la vivienda sube será un aliciente para su compra, mientras que si baja, lo más recomendable es “protegerse” con un alquiler.
Por otro lado, los expertos recalcan que se debe comparar el dinero que se destina al alquiler con el que se paga en intereses. De esta manera, cuando el precio de un alquiler es muy superior a los intereses que se pagan mensualmente por la hipoteca, resultaría más interesante comprar, teniendo en cuenta que los tipos de interés varían en el tiempo.
A ello hay que sumar el horizonte temporal o plazo que se contempla para la compra de una vivienda. Por norma general, si no se espera residir en una vivienda por un tiempo superior a los tres o cinco años, y salvo que se espere una gran subida del mercado inmobiliario, será mejor optar por el alquiler en lugar de por la compra.
Por último, para comparar entre ambas opciones se deberían tener en cuenta todos los gastos derivados con los impuestos, gastos, fiscalidad…, ya que tener una vivienda en propiedad conlleva tener que pagar numerosos impuestos y recibos como el IBI, la comunidad o los seguros, que podrían evitarse a través del alquiler. De igual modo, también conviene tener en cuenta la fiscalidad de la comunidad autónoma, puesto que en algunas de ellas existen incentivos para la compra o el alquiler que habría que valorar en cada caso en particular.
