En plena recuperación

La caza cierra la veda al alza y ya roza los niveles previos a la pandemia

Antes de la Covid, la actividad cinegética suponía el 0,3% del PIB nacional y generaba más de 185.000 empleos. “Y este otoño-invierno casi hemos recuperado ya las cifras de 2019”, aseguran fuentes del sector.

Caza
La caza confirma su recuperación en España y roza niveles previos a la Covid.
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Este mes de febrero termina la temporada de caza en España. De hecho, en la mayor parte de las Comunidades Autónomas la veda para muchas especies ya se ha cerrado o, como mucho, lo hará a final de mes excepto en casos muy excepcionales. La temporada 2022-23 ha sido 'especial' para los 750.000 cazadores con licencia que hay en nuestro país. Por un lado, era la primera temporada cinegética sin ningún tipo de restricciones tras la pandemia y, por otro, la Ley de Bienestar Animal, que finalmente se aprobó en el Congreso el 9 de febrero sin que en ella estuvieran incluidos los perros de caza, amenazaba una actividad que, según un estudio de la Fundación Artemisan, generaba antes de la aparición de la Covid-19 el 0,3% del PIB de España y más de 185.000 empleos. "Y este otoño-invierno casi hemos recuperado ya las cifras de 2019", aseguran fuentes del sector.

Bien lo sabe Antonio (38 años), de Villanueva de Córdoba, norte de Andalucía, una zona donde muchas personas –lo mismo sucede en las comunidades vecinas de Castilla-La Mancha y Extremadura- viven de octubre a marzo de la caza. No en vano estamos hablando de la llamada 'milla de oro' de la caza en España. "Por aquí", explica, "en estos meses hay muchas monterías todos los fines de semana y yo, y en muchas ocasiones también mi mujer, trabajamos en ellas y luego ya, en primavera y verano, nos dedicamos al campo. Si la caza desaparece, ¿de qué vamos a comer muchos de los habitantes de estos pueblos? Estos años de pandemia, sin caza o con la actividad muy restringida, lo hemos pasado mal en invierno", asegura. "Además, este año teníamos el miedo de la ley animalista, que parece que ya no hay peligro, ¿no?", dice Antonio.

"¡Qué sabrán en una oficina de Madrid, de la capital, lo que sucede en el campo o lo que nos conviene y nos da de vivir a quienes vivimos en el mundo rural!", sentencia visiblemente enojado este lugareño de Sierra Morena, que asegura que esta temporada ha podido sacarle a la caza, trabajando en monterías, "unos 1.700 euros y mi mujer unos 1.000". Si a ello le añades que “también hemos echado unas peonadas en la aceituna, algún animal que crío en casa", cerdos y gallinas, "el huerto que tengo... Pues, así vivimos en el campo".

"Una muy buena temporada"

"Había muchas ganas de caza y las fincas y las manchas que se han cazado estaban llenas de animales. Ha sido una muy buena temporada", aseguran desde la empresa Monterías Riquelme. Pero no sólo la caza mayor, la temporada ha sido espléndida para la caza del zorzal, la paloma torcaz, la codorniz... "Casi estamos en números de antes de la pandemia", insisten.

Córdoba es una de las provincias españolas con mayor actividad cinegética. Allí, la temporada ha sido "espectacular" en lo referente a especies como el ciervo, el gamo o el muflón, pero, sobre todo, como sucede en la mayoría de regiones, destaca la imparable expansión del jabalí, hasta el punto de que como modo de gestión de poblaciones, emergencia cinegética, lo llaman, esta especie podrá cazarse hasta el 31 de mayo. "Se ha puesto de manifiesto la importancia económica y medioambiental de la caza en la provincia de Córdoba", explican desde ASAJA (Asociación de Jóvenes Agricultores), "y la riqueza y el empleo que genera la caza en las zonas rurales y el gran número de profesionales que participan en ellas: veterinarios, carniceros, guardas, postores, rehaleros, arrieros, empresas de catering y restauración...", detallan.

Y es que como explican desde la Fundación Artemisan, organización en la que participa la Real federación Española de Caza (RFEC), "la caza es una importante actividad económica del medio rural, a la vez que fundamental para el control poblacional de diversas especies. Entendida como un recurso renovable, es esencial compatibilizar el mantenimiento de las poblaciones cinegéticas en su medio natural, la conservación de este medio y la gestión rentable de dicho recurso". En ocasiones "es complemento de otros aprovechamientos agrarios o forestales, aunque en muchas otras constituye por sí sola la principal renta de la tierra en muchas regiones, sustituyendo otros aprovechamientos que han perdido rentabilidad". Y es "esencial para el medio rural, ya que no sólo genera renta para esas regiones, sino que también genera una importante cantidad de puestos de trabajo directos e indirectos". "Concretamente, antes de la Covid, la actividad cinegética en España generaba más de 6.475 millones de euros al año, y creaba 187.000 puestos de trabajo".

Así, la caza se concentra sobre todo en Castilla la Mancha, Castilla y León, Andalucía y Extremadura. "Es en estas provincias donde mayor impacto socioeconómico tiene. Su importancia no es sólo en lo relativo al carácter recreativo o de turismo, sino que es un importante motor de la actividad empresarial". Y es que más del 80% del territorio nacional es coto de caza y como explican desde la Fundación de caza sostenible "la caza es hoy, a través de las actuaciones de gestión cinegética, una actividad con una enorme repercusión sobre el medio natural, positiva unas veces si se hace adecuadamente y negativa otras cuando no se realiza apropiadamente. Cientos de miles de hectáreas son dedicadas en exclusiva, o como uso y aprovechamiento más importante, a la caza y, en ellas, las actuaciones que se llevan a cabo repercuten directamente en el grado de degradación o conservación del medio natural. Una caza sostenible, basada en un aprovechamiento y una gestión cinegética sostenible, garantiza la conservación del medio natural. Una caza que garantice y colabore en la conservación, es una caza acorde a nuestro tiempo, a gusto consigo misma y socialmente aceptada".

Bien lo sabe el presidente de la RFEC, Manuel Gallardo, quien en los últimos meses ha desarrollado una actividad frenética en defensa de la caza en diversos foros, Congreso, Senado y hasta en Bruselas, en la sede de la Comisión Europea y el Parlamento Europeo donde pidió que las instituciones europeas "no legislen en contra de la actividad cinegética sino que trabajen de forma conjunta con los 7 millones de cazadores europeos. A favor de una actividad que, solo en España, genera casi 200.000 puestos de trabajo y 6.500 millones de euros anuales".

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