Ante la incertidumbre de los precios 

El campo se blinda ante el futuro y bate un récord en la contratación de seguros

El capital, 16.286 millones de euros, y las hectáreas de cultivo aseguradas rompen registros en 2022, aunque todavía solo está asegurada el 25% de la superficie agraria útil en España.

Un agricultor prepara el envío de 'calçots’ en una plantación de Maspujols, a 28 de enero de 2022, en Maspujols.
El cambio se blinda ante el futuro y bate un récord en la contratación de seguros. 
Fabián Acidres / Europa Press / ContactoPhoto

Heladas en abril, granizadas, inundaciones, sucesivas y persistentes olas de calor en verano, sequía... Los fenónemos extremos propiciados por el cambio climático azotan al campo español. Y a ello hay que unirle la crisis de escasez y precios de los fertilizantes, la escalada de precios del combustible y la energía o la incertidumbre para el sector generada, principalmente, por la guerra en Ucrania. Así, los agricultores y ganaderos españoles están blindando sus tierras, cosechas y granjas ante las circunstancias adversas y el seguro agrario ha batido varios récords de contratación durante el año 2022, según las cifras que ha registrado Agroseguro, el consorcio de aseguradoras que gestiona los seguros agrarios.

Igualmente, en comparación con 2021, las indemnizaciones abonadas en 2022 son un 6,5% superiores y también baten registros, con 732 millones de euros. Agroseguro explica el máximo histórico de 2022 “por la reiteración y severidad de fenómenos meteorológicos adversos”. En ese sentido, destaca la “grave helada” del primer fin de semana de abril, que provocó daños de alta intensidad en producciones del valle del Ebro e interior peninsular, especialmente en frutales y almendros. A causa de las heladas, Agroseguro ha abonado en 2022 indemnizaciones por valor de 259 millones de euros. Junto a esto destacan los largos periodos de altas temperaturas y olas de calor que, combinados con la falta de precipitaciones, han resultado perjudiciales para los cultivos cuyo desarrollo coincide con el verano y el comienzo del otoño, principalmente girasol y olivar. En total, Agroseguro ha abonado en 2022, 117 millones de euros por daños debido a la sequía.

Con esta situación, organizaciones agrarias, agricultores y expertos apuntan a los seguros agrarios como “palanca” para amortiguar la bajada de renta del sector debida a los embates del clima y a otros factores exógenos como a la mencionada crisis bélica en el este de Europa. “Las lluvias torrenciales puntuales, heladas tardías y temperaturas extremadamente altas de estos últimos años hacen sufrir mucho a nuestras plantas y es por ello que”, desde Asaja, “recomendamos a los agricultores contar con un seguro agrario que nos permita salir con dignidad de cualquier inclemencia”. Igualmente, desde Cooperativas Agroalimentarias de España recuerdan a los agricultores y ganaderos la conveniencia de contar con un seguro agrario para sus explotaciones, “ante las extremas y muy variables condiciones meteorológicas que se están produciendo y sus perjudiciales efectos para sus producciones. Hoy por hoy, el seguro agrario es el mejor instrumento para proteger los diferentes tipos de explotaciones y no jugarse el futuro”, defienden.

"Hoy por hoy, el seguro agrario es el mejor instrumento para proteger los diferentes tipos de explotaciones" 

Así, el capital asegurado por el seguro agrario en 2022 ha marcado un nuevo máximo histórico y crece un 4% hasta los 16.286 millones de euros. Esto supone que el valor de la producción agrícola y ganadera protegida por el seguro agrario se ha incrementado en más de 614 millones de euros durante el último año. Un aumento que se produce en buena parte de las producciones agrícolas de mayor peso, como son los cultivos herbáceos (+5%), los frutales (+1,5%) o la uva de vino (+1,25%), así como en el conjunto de los seguros ganaderos, que crecieron el 10%. La superficie asegurada fue de 6,2 millones de hectáreas, más del 25% de la superficie agraria útil en nuestro país, y la producción asegurada se situó en 38,1 millones de toneladas. Asimismo, durante el pasado año se aseguraron 416,5 millones de animales en el conjunto de los seguros pecuarios, un 26,8% más que en 2021.

Con estas cifras, lógicamente, las primas también crecen, un 3,3%, en cifras similares al porcentaje de capital asegurado, hasta situarse en 858,7 millones, la cifra más alta en la historia del seguro agrario. De ellos, 475 millones han sido abonados por los agricultores y ganaderos y el resto corresponde al importe de las subvenciones que conceden ENESA (Organismo Autónomo, dependiente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que actúa como órgano de coordinación y enlace por parte de la Administración para el desarrollo de los seguros agrarios) y las comunidades autónomas.

Hay que tener en cuenta que el sistema de seguros agrarios en España está gestionado por Agroseguro y definido por ENESA y que este año 2023, para fomentar la contratación, el Ministerio de Agricultura ha elevado el presupuesto de la línea de ayudas destinada al pago de las primas. La cuantía aprobada es de 317,7 millones de euros. De esta forma se prevé que la subvención, por término medio, se aproxime al 40% del coste de la póliza. A esa ayuda hay que sumar las que conceden las consejerías de agricultura de las diferentes comunidades autónomas. La suma de ambas subvenciones no puede superar el 65% de la cuota de la prima, aunque según las organizaciones agrarias las subvenciones se suelen quedar, por lo general, “en el 55% de la prima”. Por ello exigen mejoras en la gestión de las pólizas de seguros agrarios.

“Los agricultores que no aseguran es porque hacen sus cuentas y no les compensa”, sentencia el secretario general de UPA-UCE Extremadura, Ignacio Huertas. En parecidos términos se manifiesta el coordinador general de Unió de Pagesos (UP), mayoritario en Cataluña, Joan Caball, que cree que las bajas coberturas y los precios de los seguros "suponen un coste muy alto para los productores porque no cubren las pérdidas reales. Este hecho comporta que los agricultores, muchos de nosotros, no vemos todavía el seguro ni lo asumimos como una herramienta de prevención de riesgos y tampoco llega a cubrir las pérdidas totales".

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