Previsiones de otoño

Bruselas rebaja su cálculo de PIB para España en 2024 por el frenazo europeo

La Comisión eleva dos décimas el avance de la economía este año hasta el 2,4%, en línea con el Gobierno, pero lo reduce otras dos décimas el que viene hasta el 1,7%, si bien España seguirá como la economía más dinámica 

Gentiloni con Calviño
Nadia Calviño y Paolo Gentiloni 
Agencia EFE

Una de cal y una de arena en las previsiones de otoño que este miércoles ha hecho públicas la Comisión Europea. Bruselas mejora dos décimas su estimación previa de crecimiento de la economía española y sitúa el avance del PIB en el 2,4% este año. Este cálculo que coincide con el incluido por el Gobierno en su Plan Presupuestario y se produce tras la revisión al alza que llevó a cabo previamente el Instituto Nacional de Estadística de los datos de la Contabilidad Nacional. Sin embargo, el frenazo de las economías del euro, el endurecimiento de la política monetaria y el menor dinamismo del sector turístico han llevado al Gobierno Comunitario a empeorar dos décimas la estimación para el próximo ejercicio, cuando contempla que España crezca un 1,7%.

España se mantendrá así como la economía que más crezca ambos ejercicios entre las grandes del euro gracias, en buena medida, al desembolso de los fondos europeos, y la que registre una menor inflación. Bruselas sitúa la tasa de IPC de media en el 3,6% este año -en línea con sus cálculos de verano- pero la eleva el próximo ejercicio hasta el 3,4%, cinco décimas por encima de lo que estimaba hace solo unos meses al agravarse las tensiones geopolíticas y extender los principales países productores los recortes previstos en el bombeo. De cara a 2025 el IPC armonizado, que es la referencia que Eurostat emplea para hacer sus comparaciones entre países, se moderaría al 2,1%.

La Comisión sitúa la demanda interna como principal motor del crecimiento el año que viene, por la mejora de los salarios y la moderación de los precios. Al mismo tiempo, el desarrollo del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y la aceleración prevista de los pagos a cargo de los Next Generation sostendrán la inversión, especialmente en maquinaria y bienes de equipo. Esto permitirá, según la Comisión, que el PIB acelere su avance al 2% ya en 2025. 

Riesgos a la baja por los tipos y la elevada deuda

"Los riesgos a la baja se relacionan con el impacto prolongado sobre la demanda del endurecimiento de las condiciones financieras, especialmente a la luz del elevado, aunque decreciente, nivel de deuda externa, pública y privada", advierte la Comisión Europea en su informe. Este destaca cómo el aumento del poder adquisitivo de los hogares, y la "saneada situación financiera" del sector privado en general tras los esfuerzos que las familias y las empresas han venido haciendo desde la pasada crisis financiera podrían mitigar los obstáculos al consumo y la inversión.

En lo que respecta al mercado de trabajo, la creación sostenida de empleo y la caída de la temporalidad garantizarán la resiliencia del mercado laboral en 2023, a pesar de que el empleo aumenta menos desde el verano. Bruselas rebaja la tasa de paro al 12,1% este año y al 11,6% y el 11,1% en 2024 y 2025, respectivamente. 

A partir del 1 de enero la Comisión Europea desactiva la cláusula de escape del Pacto de Estabilidad y Crecimiento después de cuatro años en los que los gobiernos han tenido más margen de gasto para hacer frente a la pandemia, las crisis energética e inflacionaria y la guerra en Ucrania. Bruselas contempla que, ante la vuelta de las reglas fiscales (a la espera de que salga adelante su reforma), que el déficit se modere aunque con menos intensidad que los años anteriores por el menor tirón de ingresos tributarios indirectos y por el coste "creciente" de las pensiones, al estar ligada su actualización de nuevo al IPC. 

El déficit se situará en el 3,4% en 2024 y la deuda en el 106,5% 

También por la ampliación hasta finales de este año de las medidas anticrisis, el conocido como "escudo social". En este sentido, la Comisión Europea espera que "todas las medidas relacionadas con la energía (excepto el impuesto a las empresas energéticas) expiren el 31 de diciembre de 2023". Con todo lo anterior, el déficit del conjunto de las Administraciones Públicas se reduciría hasta el 4,1% este año, dos décimas por encima de lo que prevé el Gobierno, y seguiría descendiendo el próximo hasta el 3,2% "si se mantienen las políticas, ya que el presupuesto para el próximo año aún no se ha presentado". 

Ese nivel prácticamente permitiría cumplir con la meta del 3% fijada por Bruselas, si bien España podría elevar el desequilibrio en sus cuentas hasta el 3,4% en 2025 por el impacto presupuestario de las medidas en materia de ingresos, como el gravamen temporal a la banca (la Comisión no tiene en cuenta la posible prórroga pactada en el acuerdo de Gobierno con Sumar) o el impuesto de solidaridad a las grandes fortunas, que expirarían, en principio, a finales de 2024. 

En lo que respecta a la deuda pública, uno de los grandes males de la economía nacional, la Comisión Europea reduce la ratio hasta el 107,5% este año (desde el 113,2% al que despidió el pasado) y vislumbra una estabilización entre 2024 y 2025 en el entorno del 106,5%, a medida que se desvanezca el diferencial favorable entre el crecimiento del PIB nominal y el coste del servicio de la deuda.

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