Al igual que han hecho ya otros organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la OCDE, la Comisión Europea sitúa a España a la cabeza del crecimiento entre las grandes economías del euro tanto este año como el próximo. Bruselas ha publicado este jueves sus previsiones de invierno, que mantienen el avance del PIB nacional en el 1,7% en 2024, un año en el que la incertidumbre geopolítica y el elevado nivel de tipos sí que han llevado al organismo a revisar a la baja sus estimaciones previas para el resto de las grandes economías de la Eurozona.
En concreto, el ejecutivo comunitario ha rebajado cinco décimas su cálculo para Alemania, tres décimas el de Francia, dos décimas el de Italia y hasta siete décimas el de los Países Bajos. De cara al próximo ejercicio la economía nacional seguirá situándose entre las economías más dinámicas con un avance del 2%.
España avanzará este año más del doble que la Eurozona, cuyo PIB crecerá un 0,8%, y prácticamente dos veces más que el de la Unión Europea (0,9%). Los cálculos para el conjunto de las economías que comparten el euro y para las de los Veintisiete suponen una rebaja de las expectativas respecto a las previsiones de otoño, publicadas el pasado mes de noviembre. Entonces, Bruselas apuntaba a un alza del 1,2% en la zona euro -que finalmente logró esquivar la recesión técnica el año pasado- y del 1,3% en la UE.
Esta mejora del escenario de crecimiento se produce en un entorno en el que España será capaz de rebajar la inflación más de lo previsto previamente por el Ejecutivo comunitario. La tasa anual de IPC se situaría de media este año en el 3,2% y el año que viene se colocaría muy próxima al objetivo a medio plazo del Banco Central Europeo (BCE) en el 2,1%. "La esperada eliminación gradual de la mayoría de las medidas gubernamentales para mitigar el impacto de los altos precios de la energía ejercería una presión al alza sobre la inflación", advierte la Comisión en su informe.
Un menor impulso del turismo y de las exportaciones este año
Con todo, la actividad seguirá frenando en España, dado que el PIB pasará de haber crecido un 2,5% en 2023 a hacerlo un 1,7% este año. Hay varios motivos detrás de esta desaceleración. La Comisión apunta en concreto a que el impulso del sector turístico será menor y a que la "todavía débil situación económica de los principales socios comerciales de España" limitará el dinamismo de las exportaciones.
A nivel interno, el impacto retardado del alza de tipos pesará sobre la demanda interna, especialmente ante "unos ratios de deuda interna y externa sobre PIB aún elevados, aunque en disminución". Con todo, el consumo y la inversión sostendrán la expansión económica este año, beneficiándose del efecto arrastre por el crecimiento mayor de lo previsto en 2023. Los hogares verán elevarse sus ingresos reales y podrán seguir tirando de ahorros, lo que sustentará el consumo.
El reto pendiente de la elevada tasa de paro
Tras el dinamismo mostrado en 2023, la Comisión cree que el empleo tirará menos este año, aunque seguirá contribuyendo a sostener la actividad económica. Se espera que el crecimiento de la inversión se vea respaldado por una aplicación más amplia del Plan de Recuperación y Resiliencia, también por la situación financiera más saneada de las empresas no financieras y por unas condiciones de financiación que se prevén más flexibles a medida que avance el año -cuando el BCE podría dar inicio a los recortes de tipos-.
"Está claro que España tiene un reto obvio y es que todavía hay una tasa de paro alta", ha señalado Paolo Gentiloni, comisario de Economía, a preguntas de la prensa durante la presentación de estas perspectivas. No obstante ha incidido en que debería reconocerse que "se ha avanzado gracias también a que ha habido ese compromiso de hacer reformas" por parte del ejecutivo español. Gentiloni ha asegurado que el Plan de Recuperación ha sido "muy ambicioso" y hasta ahora ha avanzado resultados muy buenos.
