171 aviones paralizados

El Boeing 737 Max vuelve al ojo del huracán después del incidente en EEUU

El pasado fin de semana un avión Max 9 de Canadian Airlines perdió una placa sellada a 5.000 metros de altura, lo que rememora los dos accidentes de los Max 8 en 2019 en Malasia y Etiopía con más de 300 muertos. 

Avión accidente ventana
El Boeing 737 Max vuelve a ser el centro de atención después del incidente en EEUU
AP

El modelo de aeronave Boeing 737 Max y su garantía de seguridad vuelve a estar bajo el foco de atención tras el accidente del pasado fin de semana, cuatro años después de que el modelo estuviera en tela de juicio por las dos catástrofes que sufrió un modelo similar en cuestión de pocos meses en el año 2019 y en las que murieron más de 300 personas. En el incidente de este domingo, un avión Max 9 de la compañía Alaska Airlines perdió parte de su fuselaje volando a más de 5.000 metros de altitud, tras lo cual tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia, pese a que no resultaron heridos graves.

El incidente no tendrá una gran relevancia en España, puesto que los Boeing 737 Max 9 que operan en Unión Europea cuentan con una configuración distinta a la del aparato que aterrizó de emergencia el sábado con 177 pasajeros a bordo, por lo que no se ha inmovilizado ninguna aeronave en territorio comunitario. Por el contrario, en Estados Unidos, 171 aviones no volverán a levantar el vuelo hasta que se investiguen las causas de lo ocurrido.

El aparato de Alaska Airlines que sufrió el incidente perdió a casi 5.000 metros de altura el panel con el que se había sellado un hueco diseñado para alojar una puerta adicional de emergencia, una medida habitual en aviones que realizan trayectos con poca densidad de pasaje. Ninguna de las aeronaves que operan en Europa tiene esa característica, por lo que no se han visto afectadas por la directiva de emergencia que ha emitido la Administración Federal de Aviación estadounidense (FAA) y ha adoptado la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea (EASA, en inglés). Iberia, Vueling y Air Europa han confirmado a EFE que sus flotas no incluyen Boeing 737 Max 9 en España, mientras que la AESA constata que ningún operador español se ve afectado por la directiva.

215 aviones de este modelo en el mundo

Boeing entregó en marzo de 2018 el primer 737 Max 9, un avión diseñado con una capacidad de hasta 220 pasajeros que permite a las aerolíneas instalar tres filas adicionales de asientos respecto al Max 8 y "maximizar la rentabilidad" de sus vuelos, según describió entonces la multinacional estadounidense.

El modelo forma parte de la última generación de una de las familias de aeronaves de pasillo único más utilizada en el mundo, pensada para reducir hasta un 20 % el consumo de combustible y hasta un 14 % los costes de mantenimiento para los aerolíneas. Cuenta con un rango máximo de 6.110 kilómetros de recorrido y 42 metros de longitud, dos metros y medio más que el modelo Max 8.

En todo el mundo hay 215 Boeing 737 Max 9 en servicio, de los cuales 79 pertenecen a United Airlines y 65 a Alaska Airlines, según datos ofrecidos a EFE por la firma de análisis Cirium. Entre las compañías que también cuentan con ese modelo en sus flotas se cuentan la pananameña Copa Airlines, la mexicana Aeroméxico, Iceland Air, Turkish Airlines y FlyDubai. Otros 76 Max 9 están pendientes de entrega, mientra que, por comparación, en la actualidad 1.039 Boeing 737 Max 8 están en servicio y otros 163 han sido adquiridos.

Dos accidentes mortales

Este último incidente ha vuelto a poner en el punto de mira a la familia de aviones 737 Max, que desde 2019 estuvieron inmovilizados en decenas de países durante casi dos años tras dos accidentes con un Boeing 737 Max 8 involucrado en los que murieron 346 personas, en Indonesia y Etiopía. En ambos casos, se determinó que el software de control de vuelo generó información errónea y puso a las aeronaves en posición de descenso, pese a los esfuerzos de los pilotos por revertir esa instrucción. Hace apenas dos semanas, los Boeing 737 volvieron a estar de actualidad, después de que la multinacional estadounidense pidiese a las aerolíneas inspeccionar sus aviones en busca de un posible tornillo suelto en el sistema de control.

En el caso del incidente de este fin de semana, en el que no se produjeron heridos graves, la Junta Nacional de Seguridad del Transporte estadounidense liderará las investigaciones, que en estos casos suelen incluir inspecciones sobre el diseño del avión, su fabricación y su mantenimiento. Los técnicos analizarán el panel sellado en el lado opuesto al que saltó por los aires para tratar de determinar la causa del fallo, así como el sistema de presurización de la cabina, según ha avanzado ese órgano de seguridad.

Los incidentes aéreos también suelen llevar a las autoridades a evaluar las condiciones meteorológicas cuando se produjo el suceso, así como las decisiones que tomaron tanto el control de tráfico, los pilotos y la tripulación del avión implicado, con el objetivo de aprender lecciones útiles ante futuros incidentes.

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