El Gobierno alemán ha revisado este miércoles a la baja su previsión de crecimiento para 2024, estimando un aumento del Producto Interior Bruto (PIB) para este año del 0,2%, muy lejano al 1,3% presentado durante el informe de otoño.
Robert Habeck, ministro de Economía alemán, ha explicado que las medidas adoptadas para reducir la inflación han supuesto un alza de los intereses, afectando negativamente en las inversiones de las empresas. "La salida de la crisis es más lenta de lo que esperábamos. La economía mundial es volátil, el crecimiento del comercio internacional está en niveles muy bajos y eso para una nación exportadora como Alemania representa un reto", asegura Habeck.
Según pronósticos del Gobierno, la inflación se cifrará este año en el 2,8%, sustancialmente menor al 5,9% de 2023. Además, el ajuste fiscal aplicado por una sentencia del Tribunal Constitucional ha llevado al Ejecutivo de coalición a definir nuevas metas en noviembre.
Junto a los razones coyunturales, el ministro explica que existen otras circunstancias estructurales que se han acumulado con el paso del tiempo, como la falta de mano de obra consecuencia del cambio demográfico y el alto peso burocrático, que "se ha convertido en un tormento para las empresas". "Si no hay gente que haga el trabajo, podemos hacer las rebajas fiscales que queramos, pero las empresas no podrán desarrollar proyectos por falta de manos y cerebros", defendió.
Para Habeck, el cambio demográfico ha situado el potencial de crecimiento del 2% en la década de 1980 al 0,7% actual. El ministro lamentó no haber estudiado el problema con anterioridad y avisó que "seguirá bajando si no tomamos las medidas adecuadas". El mercado ahora busca conseguir la implicación en el trabajo de potenciales desperdiciados, como mujeres con problemas de conciliación laboral, jubilados que quieran seguir trabajando o adolescentes sin formación profesional.
El Ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, afirmo antes de la sesión de preguntas al Gobierno en la Cámara Baja que "la evolución de la inflación ahora es manejable". Sin embargo, el liberal ha señalado que la evolución económica de Alemania "no es satisfactoria" al contar con "muy poco dinamismo".
Mucha burocrácia y pocos trabajadores
Lidner ha explicado que los problemas en el crecimiento derivan del aumento del tipo de interés, la reducción de la demanda en los mercados mundiales y la pérdida de importaciones de energía fósil de bajo costo, y afirma que el país lleva perdiendo puestos en todas las comparaciones internacionales de emplazamiento de empresas desde 2014. "No se trata de explicaciones simples, sino de tareas estructurales" asegura.
La falta de mano de obra y la burocracia también suponen, según el ministro de finanzas, un problema para el crecimiento de Alemania, aunque asegura que la ley de inmigración sobre trabajadores cualificados y las decisiones del gabinete de reducir las trabas burocráticas suponen un "gran avance". "Ahora deben realizarse mayores esfuerzos para movilizar el mercado laboral", dijo.
Como solución ante el problema, Lindner destacó las inversiones "récord" en ferrocarriles, carreteras, vías navegables, redes digitales y la infraestructura. No obstante, defendió la optimización de las condiciones para las inversiones privadas y la movilización de capital privado en Alemania y Europa, la creación de un marco fiscal más competitivo. "Ahora se trata de promover un impulso real en el ámbito de los incentivos a la inversión, por ejemplo en la construcción y el fortalecimiento de los proyectos de investigación privados" sentenció.
